Miércoles, 08 de Mayo 2024
Suplementos | La ciudad de Guadalajara hoy cumple 473 años y un día

De patrimonio e idiosincrasia tapatía...

Los tapatíos celebran su identidad con los símbolos arquitectónicos, culturales y sociales

Por: EL INFORMADOR

Guadalajara, Guadalajara, hueles a pura tierra mojada… y a tequila, a futbol, a música, a tradición. EL INFORMADOR / A. Hernández

Guadalajara, Guadalajara, hueles a pura tierra mojada… y a tequila, a futbol, a música, a tradición. EL INFORMADOR / A. Hernández

GUADALAJARA, JALISCO (15/FEB/215).- Guadalajara, Guadalajara, hueles a pura tierra mojada… y a tequila, a futbol, a música, a tradición. Guadalajara, Guadalajara, tienes el alma más mexicana... y sigues tan bella con tus 473 años recién cumplidos.
Quien se jacte de ser tapatío de hueso colorado es porque disfruta de una carnita en su jugo con harto limón, cebolla y cilantro, frijolitos de la olla y unas tortillas recién hechas. Quien diga con orgullo que come jericallas o arroz con leche después de la merienda, es porque el ser tapatío lo lleva en la sangre. Quien bebe tequila, se nutre de la jugosa torta ahogada, le va a las Chivas aun cuando no le va tan bien al equipo, o agradece la lectura que le brinda un diario como EL INFORMADOR que tiene casi 100 años de experiencia, es porque es un tapatío de pies a cabeza.

Y precisamente eso es patrimonio: idiosincrasia, referencia cultural, amor por la tierra que lo vio nacer a uno. El patrimonio material e inmaterial es aquel que vemos a diario, que nos define como habitantes de una ciudad, que nos da color, que nos da legado. Es un orgullo que hay que mantener, promocionar, difundir y disfrutar, tal como lo describe Carlos Lara, analista de la comunicación y la cultura, quien reitera la importancia de conservar y divulgar la identidad patrimonial de lugares como la Perla tapatía.

Ese patrimonio que también es lengua, es voz, es canto, aquel que le dice a otro: “ocupo que me des el vuelto”, sabe inmediatamente que es una comunicación muy tapatía, el sonido cantadito con el que reafirmamos nuestra inconformidad: “Ay, ajá”, “¡Sabe!” o el “A la vivo a la vavo a la sin bombá” que —aunque mal dicho— nos define como ciudadanos de una Perla de Occidente que huele a pura tierra mojada, donde la fiesta no para mientras haya baile y mariachi.

El especialista sabe que nuestra metrópoli que recién cumplió 473 años es cuna de la mexicanidad, que no sólo destaca por sus valores arquitectónicos, además por bienes inmateriales de referencia tradicional que cualquiera de sus ciudadanos conoce, como el equipo de las Chivas que es un vínculo generacional entre las familias, que el deporte es el desahogo de las frustraciones diarias, que  se grita con el corazón, que se anhela ver al equipo ganar, un equipo que ha inspirado a jóvenes con ganas de triunfar y que independientemente de los fines comerciales y técnicas que están detrás, sigue siendo un símbolo tapatío muy claro que le da color a Guadalajara, aun y cuando hay guadalajareños que tienen otros equipos de futbol favoritos.

Y es que más allá de las marcas, está le referente de lo que uno como tapatío ve y siente cuando hay un elemento que le recuerda a su niñez o su infancia, porque los tapatíos somos festivos, pero muy directos, cuando algo no nos gusta lo decimos y lo expresamos y en ese sentido EL INFORMADOR, también es un diario de tradición que le da voz a la inconformidad del ciudadano.
Carlos Lara advierte que el periódico es un elemento tapatío que trasciende en el tiempo, porque ha seguido toda la vida diaria de una ciudad; una publicación de trayectoria de casi un siglo, pero con toda la sangre joven para seguir poniendo a la ciudadanía en contexto informativo, porque el tapatío, el de “a deverás” no se conforma con lo que le dicen, él va y busca la verdad, “que al cabo no le halla”. 

Y qué tal si de brindar se trata, no hay nada más rico que un elixir que viene del agave, ese saborcito dulzón que calienta las gargantas que sirve para el desempance  y que hasta cualidades medicinales se le atribuyen, que si no se te quita la gripa, por lo menos se te olvida, a qué rico el tequila ¡Salud!. Carlos Lara afirma que hay una organización tequilera que está en la memoria colectiva tapatía y esa es Tequila Herradura, que ha destacado a lo largo del tiempo con una identidad clara.

No obstante, la ciudad también tiene sus grandes pérdidas. Carlos Lara se refiere a las grandiosas obras que se han perdido y ya sóo habitan la memoria, como la escuela de música de la Universidad de Guadalajara (UdeG), emblemático complejo de valor patrimonial, social y sentimental.

O las antiguas casonas cuyos verstigios yacen —con suerte— bajo la Cruz de Plazas: Plaza Liberación, Plaza Guadalajara, Plaza de Armas y La Rotonda de los Jaliscienses Ilustres. Preguntemos a nuestros abuelos y bisabuelos si ellos recuerdan esta etapa en la que tal vez sus padres o tíos o les contaron de las maravillas de la Guadalajara antigua, porque los tapatíos de hueso colorado también atesoramos fotografías, documentos, prendas, todo lo que nos recuerde a nuestras mejores anécdotas, incluso aunque no las hayamos vivido.

“Que las nuevas generaciones conozcan no sólo lo que hemos sido, sino lo que somos y lo que hay que preservar, esta lista de patrimonio inmaterial  es fundamental, habla de la cultura barrial, de las tradiciones como la misma comida, las canciones, cosas que se están  perdiendo”, enfatiza el especialista.


El valor patrimonial  que se conjuga con la marca


Carlos Lara explica que el ciudadano de cualquier nación ha cambiado en la forma de consumir su cultura, su patrimonio;hoy es más visual, más voraz, más del estilo de acudir a un museo tomarse la selfie y compartirla con sus seguidores. Ejemplo de marcas que han hecho de la cultura un valor comercial, Lara dice que está Pineda Covalin y Remedios Mágicos, entre otros.

Y que si bien es difícil que haya una sinergia entre el gobierno y las marcas para promover el patrimonio, no sería imposible y si muy benéfico para ambas partes: “Hay casos exitosos, por ejemplo aquí,  las empresas parauniversitarias de la UdeG, es un clúster creativo que no tiene nadie más en el país y que ha puesto el acento cultural a la ciudad y al Estado en la época moderna”.

Explica que para que se preserve el Patrimonio y se difunda y que el ciudadano lo consuma es porque el gobierno tiene que garantizar el derecho a la cultura en general. La tarea que les deja a las autoridades culturales es que éstas tiene que ver al ciudadano como consumidor y usuario, tal como lo hacen las empresas. “Se debe hacer uso del imaginario popular y social y tal pareciera que esa es la crítica que hiciera (Néstor García) Canclini, que al Estado le quedan las tradiciones y al mercado lo moderno, y ese no es el tema no es la salida”.

¿Y cuál es la responsabilidad del ciudadano? Desde su perspectiva, Lara enfatiza que el público debe apropiarse de sus espacios culturales, de acudir, aunque tampoco tenga que ser su obligación, pero que lo que le interese sepa que está para él, para su uso y su consumo, “el Estado tiene que garantizar ese derecho y eso depende de una buena estrategia de difusión”.

TOMA NOTA


Memoria de un grande

> Para echar un vistazo en la Guadalajara que fue hace algunas décadas, te invitamos a leer el libro “Ya nada es igual. Memorias (1929-1953)”, de Emmanuel Carballo (1929.2014), uno de los grandes críticos literarios y periodistas del país.

> En la publicación, el autor dedica algunas páginas a la ciudad y sus personajes.

> Adquiere el libro, en su versión electrónica, en Gandhi por 105 pesos.

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