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José Manuel Gómez Vázquez Aldana

Perfil: Excelencia que trasciende

Por: EL INFORMADOR

GUADALAJARA, JALISCO (15/MAY/2009).- Uno de los pilares de la reconocida firma de arquitectura GVA, abre las puertas de su oficina para mostrar el otro rostro del arquitecto, como padre, abuelo y amigo. Cuenta con grandes reconocimientos y siempre ha estado rodeado de personalidades ya sea del circulo de arquitectos más reconocidos del mundo, en la política y desde luego en la vida social. Ha sido una pieza importante en diferentes movimientos sociales muchos en pro de Guadalajara.

Su curriculum vitae está colmado de reconocimientos, siendo todos importantes, lo que destaca es que permanece como presidente de la exitosa firma GVA con la que ha recibido grandes satisfacciones a nivel internacional. El trabajo de GVA es cotizado no sólo en México sino también en Centro, Sudamérica y el Caribe, en donde han realizado obras que son verdaderas expresiones de la arquitectura moderna.

El éxito se debe a la combinación entre la experiencia y la visión que se integran en los diferentes equipos de trabajo de la firma, sistema que los ha caracterizado en varias décadas pues logran un equilibrio entre la madurez y la innovación.

Son 41 años de trabajo en lo que se destacan algunos reconocimientos, en 2005 GVA obtuvo el XIV Premio Obras Cemex, en la categoría de Arquitectura Sustentable, por el proyecto de Unitec, Campus Zapopan; otros proyectos diseñados por el grupo han recibido premios, como los AAA Five Diamond Awards del Hotel Ritz Carlton Cancún.
Por otro lado, la revista inglesa World Architecture ha considerado al Grupo GVA como la firma número uno en Latinoamérica en los años 2005 y 2006 así como la décima, en el 2005, y la novena en 2006, a nivel mundial dentro del género de la hospitalidad.

Un inicio inesperado

El arquitecto José Manuel Gómez Vázquez Aldana, estudió en el colegio Cervantes, aún no tenía idea de lo que iba a estudiar “estaba terminando el tercer año de secundaria y tenías que escoger entre dos ramas, la técnica (arquitectura e ingeniería) o la humanística (derecho y medicina), entonces yo escogí arquitectura porque no iba a ser abogado, ni médico, no eran mis prioridades y de arquitectura no sabía mucho pero tenía un tío, Julio de la Peña y tenía la imagen de él. Además en arquitectura no había la materia de química que me molestaba mucho pero la pasé, por eso me hice arquitecto”. Y se hizo arquitecto, a base de trabajo y esfuerzo.

Tras su elección, entró a estudiar a la Universidad de Guadalajara, destacando su habilidad para el diseño: “Mi experiencia profesional comenzó antes de que me recibiera porque en ese tiempo no había muchos arquitectos en Guadalajara, había cinco o seis arquitectos”. Entró a trabajar con el arquitecto Julio de la Peña, un hombre del que aprendió mucho: “Él y el arquitecto Díaz Morales han sido para mí, guías, uno en diseño y el otro en teoría y en diseño, pero en otra forma” dice refiriéndose a Díaz Morales.

Una vez que comenzó a tener experiencia el camino a seguir era hacia la independencia laboral; dejó a sus maestros y un tiempo trabajó asociado con el ingeniero Jorge García de Quevedo: “No había arquitectos, entonces los ingenieros diseñaban sus propias casas, en ese tiempo todavía no terminaba la carrera pero como tenía talento para diseñar y para dibujar, de repente me encontré haciendo casas y edificios aún sin haberme recibido”.
En un corto periodo José Manuel terminó la carrera y montó su propio despacho con ayuda de su hermano Jaime, con quien lleva más de 40 años trabajando.

Convivir con los grandes

Su fama había ido allende fronteras y en 1968 el Gobierno de Estados Unidos le hace una distinción especial llamada “Eisenhower Fellow”, un programa anual de especialización del que entre 45 personas del mundo escogieron a un arquitecto tapatío: “ Esa experiencia cambio mi vida. En ese tiempo conocí a Mies van der Rohe, a Walter Gropius, a Yamasaki que estaba haciendo las Torres Gemelas que ya no existen, total fue una maravilla de viaje, mi esposa me acompañó seis meses y yo venía a Guadalajara cada cinco semanas, porque en ese tiempo ya teníamos mucho trabajo. Gracias a Jaime pude irme porque él se hizo cargo de la oficina”.

Ese viaje cambiaría el curso de su despacho: “Antes era José Manuel y Jaime Gómez Vázquez y luego nació Gómez Vázquez Aldana, GVA Asociados, la primera firma que nació en todo México como firma, porque antes había despachos de los grandes arquitectos como: Teodoro González de León, Augusto Álvarez, Juan Sordo Madaleno, Enrique del Moral, pero eran personas y cuando morían se terminaba su trabajo, inclusive Luis Barragán, si hubiera habido una firma el trabajo de Barragán hubiera seguido con esa escuela”.

La creación de la firma se dio hace 41 años no ha habido tiempo de hacer la fiesta en grande “con la crisis no celebramos el 40 aniversario, esperamos que ahorita eso cambie, aunque ahora tenemos dos crisis, una es la influenza financiera y la otra es la influenza humana, y eso que no contamos la narco influenza que es la más peligrosa de todas…Las crisis cambian las cosas”.

GVA empieza a destacar para no parar: “En hotelería, en el turismo y en la planificación que fue en lo que yo me especialicé trabajando con Constantino Doxiades. Empezamos a hacer arquitectura con otro criterio, nos especializamos en planeación urbana, en diseño urbano, en hotelería, en desarrollos turísticos, luego en el grupo nació arquitectura de interiores que maneja María Isabel (su hija) socia principal pero es parte del grupo, tenemos un área de paisajismo asociados con Peridian de New Port Beach”.

De las obras más importantes que recuerda encabeza la lista la Plaza de Toros, la ampliación del Estadio Jalisco en el 70, el Hotel Tapatío, Casa Jalisco “son algunas de las primeras grandes obras, obras que siguen vivas; hay un edificio que está ubicado en Madero y Colón que tiene seis pisos y no está tan peor para los años que tiene”, dice entre risas.

El muro

Una de las paredes de su oficina está decorada con un muro de fotografías “ en ese muro está mi vida entera” dice y comienza a señalar algunas de las fotografías, muchas con su esposa y sus hijos, otras con su hermano Jaime, aparece también al lado de la bellísima Sofía Loren, otra con Hugo Sánchez, con Pelé, Fidel Castro, Luis Donaldo Colosio, Susana Dosamantes, Alberto Cárdenas, Díaz Ordaz, Kissinger y muchos más.

Él es el personaje central que aparece con un puro a bordo de un yate o bien puede estar disfrutando una tarde con sus dos hijos varones cuando a penas eran unos niños, debajo de ésta aparece una con los hijos ya mayores.

La edad de las fotografías nos dicen que ha tenido una vida plena, llena de sonrisas, de amigos y de interminables viajes y vivencias, a veces con agua, otras con nieve pero siempre aparece sonriente.

De las cosas que le gustan hay muchas, en la lista aparecen “golf, tenis, toreo, natación, acuarelear y escribir …”.

En otro espacio de la oficina encontramos el perchero en donde reposa su bata de arquitecto, aún en uso, porque al arquitecto le sobran ingenio y visión, que plasmará en su mejor obra y ¿cuál es esa mejor obra? “Si me preguntas cuál va a ser la que me da más satisfacción, esa va a ser la próxima”.


Su familia en la firma

Juan Carlos, José Manuel, María Isabel, Alejandra trabajan en la firma. Cuatro de cinco trabajan en la firma y sus 16 nietos son la alegría de su hogar.

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