A falta de empleo, emprendo

GUADALAJARA, JALISCO (29/ABR/2010).- De un tiempo atrás a la fecha, el aspirar a ser una persona emprendedora se ha convertido en una necesidad básica para todos los egresados de los estudios profesionales, e inclusive para muchos desempleados en vez de reducirse a la mera percepción de que el emprendimiento es solamente un don innato o una magnificencia. Se tiene presente que ahora más que nunca, es mucho más difícil el poder obtener un empleo con facilidad, puesto que las ofertas del mismo decrecen cada vez con mayor velocidad, haciendo que la posibilidad de ser empleado cuando se necesita sea cada vez más inalcanzable y a la vez una oportunidad vista a largo plazo.

El desempleo se encuentra altamente correlacionado con las bajas en la economía. Esta relación se ha ido acentuando en nuestro país en los últimos 20 y 30 años, a causa de las crisis a las que nos hemos enfrentado como país, al fuerte impacto que tienen las crisis internacionales sobre la economía mexicana y a la gran desaceleración económica que todo esto genera. Así es como se ha desencadenado e incrementado la falta de creación de empleos y  la necesidad del aumento de ingresos para la supervivencia de millones de mexicanos. Como consecuencia de las razones mencionadas con anterioridad, sabemos que hoy México ha perdido más de 300 mil empleos desde el inicio del presente año, cifra presentada según el número de trabajadores inscritos al Instituto Mexicano del Seguro Social.

Estando informados de la presente situación en la que nos desenvolvemos, situación que no ha sido ninguna novedad para nadie por la misma antigüedad que posee, es más fácil que las personas que contamos con la oportunidad de acceder a una educación profesional, como lo son los estudios universitarios, posgrados, maestrías y doctorados, nos demos cuenta de que “no nos queda de otra” más que emprender y aprovechar los recursos y herramientas que se nos han proporcionado a lo largo de nuestras carreras y no solamente eso, también explotar los recursos ofrecidos por los organismos especializados en emprendimiento empresarial. Muchas instituciones cuentan con estos organismos, llamados también Incubadoras de Empresas, pero de nada sirve que existan, si no se exploran, aprovechan y utilizan como un medio de impulso para dar el primer paso: la creencia de que la idea de crear una empresa propia es completamente factible.

En el libro No nos queda de otra, de los autores Álvaro Núñez Solís y Edgar Muñiz Ávila (2008), se presentan las diferentes alternativas que tienen los profesionistas recién egresados, los empleados y los desempleados, en base a una investigación que se realizó para la publicación del mismo texto. Según los resultados, dentro de las alternativas más comunes se encuentran: El trabajar en una empresa, el seguir estudiando, trabajar en un negocio familiar, confiar en la suerte o iniciar un negocio propio. La primera alternativa suele ser la más común cuando se trata de adquirir experiencia con el dinero de otros, el seguir estudiando, se puede ver desde dos ángulos distintos: como una forma de posponer el enfrentamiento con la verdadera toma de decisiones o como un proceso de preparación para enfrentar a la misma. Trabajar en un negocio familiar, se puede percibir como una salida fácil y comodina, que ofrecerá más privilegios que en un trabajo normal, o como una gran pasión por el hecho de pertenecer a un imperio familiar al que se le ha visto crecer desde sus inicios.

Confiar en la suerte, es claramente la peor alternativa a la que se puede inclinar, ¿Me ganaré la lotería?, ¿Me van a heredar?, ¿Me van a mantener? Iniciar un negocio propio, es la alternativa en la cual se basará el resto del escrito, y a continuación se profundizará en las razones que nos mueven a emprender e iniciar un negocio desde cero.

La mayor oferta de profesionistas que de vacantes disponibles, es una fuerte razón que mueve a los individuos a buscar otra opción que les permita crecer y generar ingresos. La falta de oferta de empleo, como se mencionó previamente, es la respuesta al mal manejo de las economías. Otra razón que mueve a los profesionistas a emprender, es la sensación de que son “mucho” para la posición tan “insignificante” que ocupan. Esta inconformidad es el motor que los mueve a buscar oportunidades que estén al nivel de su preparación o inclusive a un nivel más alto, pero nunca más bajo, de lo contrario el crecimiento o será muy lento o será inexistente. La misma situación aparece cuando brotan las inconformidades con el salario que se recibe, y se tiene como respuesta el mismo motor anterior. El estrés laboral y la presión del entorno también son razones significativas que recaen en la necesidad de emprender, de independizarse y crear un negocio propio, donde se adquiera un nivel de autonomía, libertad y satisfacción, que siendo empleado difícilmente será posible de alcanzar.

El ser emprendedor, no tiene edad alguna, solamente tiene su origen en la búsqueda y el interés de poder dedicarse única y especialmente a lo que más te gusta y disfrutas, pero siempre debe de tomarse en cuenta la paciencia. Toda etapa, en especial la generación de ideas, requiere de un proceso al cual se le debe de invertir, tiempo, dedicación y sobre todo pasión, pues sin esta última no será posible convertir las ideas en hechos exitosos.

El Éxito es como una mariposa. Cuanto más la persigues más te eludirá, pero si cambias tu atención a otras cosas, viene y se sienta lentamente sobre tu hombro. (Núñez, & Muñiz, 2008:74).

Una vez que se quiere emprender, se debe de contar con tres elementos cruciales para llevar a cabo dicho proceso: oportunidad de negocio, recursos económicos y trabajo de equipo.

Primeramente se debe de tener una idea de negocio que sea factible, y para comprobar su factibilidad es necesario realizar un plan de negocio. Actualmente existen muchos libros que orientan paso a paso el análisis de un buen plan de negocio. En lo personal yo recomiendo el texto Launching New Ventures: an entrepreneurial approach, de la autora Kathleen R. Allen (2005).

Los recursos económicos, son esenciales para el crecimiento empresarial, puesto que si no se cuenta con capital, no se podrá invertir en investigaciones, en tecnología, adquisición de nuevos recursos, pago de nóminas, entre muchas otras cosas. Los emprendedores se asustan cuando se trata de capital, porque cuando no cuentan con él, creen que será imposible llevar a cabo la implementación de su idea. El dinero no tiene porque ser un temor, existen muchas instituciones crediticias, muchas otras que se especializan específicamente en la inversión en proyectos, o también puede haber personas que se encuentran interesados particularmente en el proyecto, y son capaces de inyectar la cantidad necesaria de capital, con tal de llevar a cabo la realización de la idea de negocio.

El último elemento pero el más importante de los tres es el equipo de trabajo. A la  hora de reunir a los integrantes del equipo, es crucial que se consideren y se tengan en prioridad las capacidades de cada uno de los integrantes, poniendo atención a que no se dupliquen las habilidades, por el contrario, que cada integrante aporte valor al proyecto y complemente aquellas características faltantes para tener un equipo de trabajo completo y funcional.

Ser emprendedores es una tendencia a la cual debemos de adaptarnos y tratar de poner en práctica en nuestras vidas laborales. Sin la falta de emprendedores, habrá carencia de nuevos negocios, y mientras no se abran nuevas organizaciones, la falta de empleo seguirá disminuyendo día a día, frenando la economía de nuestro país, y siendo más drásticos, frenando la economía mundial. Es por esto que debemos de prepararnos para explotar todas las herramientas que nos proporciona a lo largo de nuestras vidas, para poder aplicarlas en el momento que deseemos iniciar desde cero por nuestra propia cuenta, eso sí, una vez que se tenga identificada una idea que nos apasione por completo.

María José L. Corcuera

REFERENCIA BIBLIOGRÁFICA:
1 González, Roberto. (2010). Más desempleo en 2010: aún si el país supera la recesión: ocde. La Jornada, 33. Retrieved from http://www.jornada.unam.mx/2009/07/11/index.php?section=economia&article=019n2eco
2 Núñez, Álvaro, & Muñiz, Edgar. (2008). ¡No nos queda de otra!. Naucalpan, D.F: Innovación Editorial Lagares de México, S.A de C. V.