Viernes, 19 de Abril 2024
Tecnología | La trascendencia del juego Mike Tyson´s Punch Out! es muy difícil de superar

A chocar los guantes contra Tyson... y el Rey Hippo

La trascendencia del juego Mike Tyson´s Punch Out! es tan difícil de superar que nadie se ha animado a copiarla

Por: EL INFORMADOR

El juego fue lanzado al mercado en el ya lejano 1987 para el NES. ESPECIAL /

El juego fue lanzado al mercado en el ya lejano 1987 para el NES. ESPECIAL /

GUADALAJARA, JALISCO (24/MAY/2014).- Mario Bros es tu réferi. Lo sacaste de pisar champiñones mutantes y jugar con el caparazón de tortugas autómatas para subirse al ring, contar hasta 10 y levantar tu brazo en las victorias. El juego tiene que ser bueno si el hijo pródigo de Nintendo sólo está para asistirte.
 
Y no defrauda. Aunque en los buenos viejos tiempos el mando se limitó a girar a la izquierda o derecha, y pulsar el B o el A (acaso el start del control cuadrado para un súper golpe), el reto no era menor. Por el contrario: Punch Out! lució, y luce más que todas sus secuelas (aunque ninguna de ellas puede calificarse como mala).
 
¿Chocaron guantes con el Tigre de India? Aquel que se desaparecía y reaparecía con el puño en tu nariz. ¿Vencieron a Don Flamenco, el estereotípico boxeador de España que además juega al torero (y que es igualito a Adam Sandler)? ¿Qué tal Bald Bull y su gancho mata carreras?
 
Todos pesaban o medían el doble, y tú les hacías frente con el flaquito Little Mac, quien prefería no levantar pesas y sí correr junto a la Estatua de la Libertad junto a su gordo entrenador adicto al chocolate, quien pedaleaba una bicicleta.
 
La trascendencia en la mecánica de juego de Punch Out!, juego lanzado al mercado en el ya lejano 1987 para el NES (Nintendo Entertainment System), es tan difícil de superar que nadie se ha animado a copiarla. Sólo en sus secuelas se ve algo similar, pero no tan bien logrado.
 
Como los grandes, el título --publicado y distribuido por la Gran N-- logró hacerse un espacio propio y separarse por completo de la "plataformitis" de la época, para distinguirse como un juego de box tan bien hecho, pese a las limitantes de su tiempo, que ni su secuela de Súper Nintendo ni la reaparición del buen Mac en el Wii superan a la versión original.
 
La historia la forjó el Punch Out! en cuyo duelo final saltaba al ring el entonces invencible Mike Tyson (en la licencia original, el último personaje era el olvidable Mr. Dream, con básicamente el mismo modelo de Tyson, pero con un color de piel claro y la dentadura completa). Pero ningún detalle en él sobraba: su música, su historia, sus cortos diálogos entre round y round ("dance like a fly; bite like a mosquito": épico) y, sobre todo, sus carismáticos personajes.
 
De ellos se puede escribir mucho. Por ejemplo: que el primero con el que te enfrentas (Glass Joe) es sumamente parecido a Owen Wilson, o que el karateca Piston Honda no niega su parentezco con Chong Li (lo recordarán por las películas genéricas de pelea de Jean Claude Van Dame). Y sí: Steven Seagal también tuvo un robo de look, con el machísimo Súper Macho Man.
 
Al principio es cosa fácil: ¿No te pega? Pues espera a que te dé la señal. Es tan torpe que te informará que desea hacerlo, así que esquiva y regresa con una secuencia. Tú elige: quijada o estómago. Lo vas a tirar.
 
Pero eventualmente el reto crecerá y para llevar a la lona a tu contrincante deberás tener una estrategia; de nada te servirá aventar golpes a lo loco.
 
En un sábado de box, ¿de verdad no quieres enfrentar a un tipo que se llama Soda Popinsky? (quien en realidad se llamaba Vodka Drunkenski, aunque aparentemente dejarlo así en América haría apología del alcoholismo). A él nunca lo vencí. Golpee a todos los demás hasta que me cansé, pero nunca pude chocar guantes con quien le seguía.  
 
Pero si es necesario acortar el recorrido hasta la cima, basta con hacer sonar Eye of The Tiger en el walkman y apuntar el password 007-373-5963. ¿Se acuerdan qué seguía? La muerte, en mi caso. Los tabiques que guardaba el chimuelo Tyson en sus guantes negros indudablemente se estrellarían contra el rostro de mi personaje. El fortachón se burlaba de mí, pues yo estaba destruido con uno solo de sus ataques.
 
Pero en mi resquebrajado ego aún quedaba la victoria sobre el karateca aquel; el ver a King Hippo mareado y contra las cuerdas tras recibir una mortal combinación de golpes en su panza; anticiparme al gancho mortal de Bald Bull y sofocarlo, o estropear cada pixel del rostro de Don Flamenco.
 
Sí. El primer Punch Out! es un gran juego.
 
EL INFORMADOR / ISAACK DE LOZA

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