De regreso en las calles infectadas de 'The Last of Us'

GUADALAJARA, JALISCO (29/MAR/2014).- ¡Me vieron!

Debo correr y esconderme, pues apenas me quedan dos balas en el cargador y desconfío muchísimo de mi tino, sobretodo porque cuatro individuos armados con fusiles de asalto corren de un lado a otro, gritando y advirtiéndome que sus intenciones conmigo, una niña de 14 años, no son buenas.

Aprovecho mi ventaja, que está en que mi complexión. Ésta me permite entrar por los ductos de aire, y a través de ellos me paso a un cuarto aledaño sin recibir disparos. Estoy a salvo... creo...

No. No lo estoy.

Me encuentro en un piso superior pero desde aquí veo claramente que los tipos aquellos siguen rastreándome. Para añadir estrés a mi condición, me encuentro a cuatro infectados, todos inmóviles, en el lado opuesto del salón al cual llegué.

Muestran el rostro de su horrible mutación al piso. Creería que están muertos, pero sus gemidos y espasmos me confirman que sólo están "hibernando". Estoy perdida. Todos quieren mi cabeza: vivos y no muertos. ¡Esto no me había pasado antes!

Pero recuerdo que en el ducto me encontré un ladrillo, al cual no presté demasiada atención antes. Decido regresar por él y arrojarlo justo al centro del cuarto. Improvisé. Las dos partes se alertan y buscan el origen del sonido que provoqué; los resultados de mi acción no podrían ser más satisfactorios cuando ambos grupos se carean: ahora sólo disfruto la función y me hago cargo de quien quede en pie.

Esa es la experiencia novedosa de The Last of Us: Left Behind. La efímera (aunque no por eso menos bella) aventura que Naughty Dog entrega, a manera de contenido descargable, para entender un poco más la historia de Ellie, la simpática y grosera niña que acompaña a Joel en la aventura principal de este largometraje disfrazado de videojuego.

Por sólo 14 dólares, los dueños de un Playstation 3 podrán conocer por qué la niña cuenta un amplio repertorio de chistes malos a Joel durante su travesía, y a quién exactamente se refiere cuando habla de su amiga Riley, a cuyo lado caminarás la mitad de este DLC (downloadable content, o contenido descargable) en una historia de más empatía y revelaciones que de sigilo y terror.

Pero tampoco hay por qué alarmarse, pues en paralelo a esta historia sabrán cómo una indefensa (?) menor de edad se las arregló sola para asistir a su compañero de aventuras cuando éste sufrió un accidente durante la segunda parte de la línea central de la historia. Esto con la carga adrenalínica (o más) que ya contaba al inicio de la reseña.

Left Behind transcurrirá sin que lo noten, y como en la parte principal, quedarán con ganas de más cuando lleguen al final, en dos horas y media (a lo mucho). Pero sin duda vale cada centavo: ver de nueva cuenta a la simpática Ellie y conocer un poco más de su pasado, además de ventilar un punto difuso tras la lesión que sufre Joel, bien valen el gasto.

Gráficos, voces, historia, dificultad y emotividad. Todo permanece intacto. Debo destacar de nueva cuenta que el punto flaco del DLC radica, sin duda, en su cortísima duración. Pero las bondades que entrega al videojugador sí alcanzan a poner equilibrio en la balanza costo-beneficio.

EL INFORMADOR / ISAACK DE LOZA