Viernes, 29 de Marzo 2024
Tecnología | Arte por el afán de hacer arte y que ese arte hable de una historia

Rufino Tamayo pinta su México en el doodle

Rufino Tamayo podría decirse que es la esencia de el pintor que toda su fama se la debe a lo que plasmaron sus pinceles

Por: EL INFORMADOR

La ''Dualidad'' de Rufino Tamayo, en el doodle de hoy, en su arte y en su vida. ESPECIAL /

La ''Dualidad'' de Rufino Tamayo, en el doodle de hoy, en su arte y en su vida. ESPECIAL /

GUADALAJARA, JALISCO (26/AGO/2013).- Pocos pintores mexicanos tienen el mérito de lograr el pleno reconocimiento sin que su nombre sea matizado con escándalos, declaraciones, ideologías e historias escabrosas. Rufino Tamayo podría decirse que es la esencia de el pintor que toda su fama se la debe a lo que plasmaron sus pinceles.

En el 114 aniversario de su nacimiento, el navegador Google le dedica el día de hoy un doodle en el cual en su obra "Dualidad" que se puede contemplar en el vestíbulo del Museo Nacional de Antropología e Historia, en el mismo, un magistral recorte de la imagen permite intuir las letras de Google, sin que hubiera sido jamás la intención del artista plasmarles ahí, aunque por la genialidad en la selección de la imagen, se antoje decir que su visión del futuro le llevó a esconder ese mensaje para la posteridad, tan admirable es la labor de quien diseñó este doodle el día de hoy.

La vida de Rufino Tamayo se puede dividir en dos caras, como el día y la noche, como su Dualidad aquí representada: Quetzalcóatl, la serpiente emplumada que lucha en el día, el mismo Rufino que lucha por ser pintor, por realizar sus obras con un colorido brillante, básico, muy autóctono y con temas muy mexicanos, la alegría de ser artista y ver su obra primero en la imaginación y luego como una realización tangible; por el otro lado, la noche, Tezcatlipoca, el jaguar, cazador nocturno, el Espejo Humeante, la lucha de su vida personal nacida en la pobreza, el abandono paterno, la pérdida de su madre cuando el artista frisaba los 12 años, el abrirse paso en una Academia de San Carlos en la que los maestros no creían en él, la amargura de no dejar descendencia y añorarle.

De Rufino Tamayo se podrá decir más o menos de lo que se dice de otros pintores relacionados con el muralismo mexicano, sin embargo, su grandeza no queda en duda, su temática, su fuerza expresiva que va mas allá de el lienzo o el muro. Su obra es su legado, su fama es su herencia material, su vida privada, su ideología, no manchan su paleta de pintor. Arte por el afán de hacer arte y que ese arte hable de una historia, no de un capricho para despertar polémica.

Rufino Tamayo murió a los 91 años de edad en la Ciudad de México el 24 de junio de 1991 y sus obras se encuentran en colecciones en museos de todo el mundo.

EL INFORMADOR/ ADRIÁN CASTAÑEDA FONSECA

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