Domingo, 05 de Mayo 2024
Tecnología | Su construcción trae aportaciones académicas, astronómicas, científicas y tecnológicas

Gran Telescopio Milimétrico, un orgullo para México

Ubicado a más de cuatro mil metros sobre el nivel del mar, el telescopio más grande del mundo podrá revelar datos sobre la vida e historia de las galaxias

Por: NTX

El investigador del Instituto de Astronomía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), José Antonio García Barreto. NTX /

El investigador del Instituto de Astronomía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), José Antonio García Barreto. NTX /

CIUDAD DE MÉXICO (16/JUN/2013).- Como un instrumento que hará posibles estudios que revelen información sobre el origen de las primeras galaxias del universo y que brindará granes aportes científicos y académicos, definió el especialista en radioastronomía José Antonio García Barreto, el Gran Telescopio Milimétrico "Alfonso Serrano", que recientemente inició su primera etapa de operación científica desde el volcán Sierra Negra, en Puebla.

El investigador del Instituto de Astronomía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) señaló a Notimex que el telescopio más grande del mundo, cuya inversión supera los 150 millones de dólares, es un avance tecnológico único en su tipo.

Con una parábola de 50 metros de diámetro, es un aparato diseñado para recibir ondas separadas por un pequeña distancia, en un rango de entre uno y tres milímetro, para lo que fue necesario crear una superficie reflectora y la electrónica adecuada que permita realizar los análisis adecuados, explicó en entrevista.

Detalló que el instrumento además se requirió la formación de profesionales, lo cual es una gran aportación "no sólo desde el punto astronómico, además desde el punto de crear nuevas tecnologías y la formación de recursos humanos; tales como estudiantes que terminen su licenciatura, maestría y doctorado en la especialidad de ondas de radio milimétricas".

Crear la infraestructura adecuada para construir un instrumento de esta magnitud en el país fue un reto, pues México cuenta con una tradición astronómica dedicada al desarrollo de telescopios ópticos.

No así en "ondas de radio, donde México no tenía ninguna infraestructura, sólo el Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada (Cicese); era el único lugar donde se estaba desarrollando la electrónica necesaria", mencionó.

En ese contexto, el Gran Telescopio Milimétrico es un gran avance, pues "cuenta mucho que el diseño y la tecnología se hayan desarrollado aquí, en México; entonces no sólo son aportes a nivel académico sino también industrial, ya que se eleva el nivel de sus técnicos e ingenieros involucrados en el proyecto".

En el campo astronómico, subrayó el también doctor en Física, con este instrumento se abre la posibilidad a nuevos conocimientos pues al analizar las ondas milimétricas se podrían descubrir más moléculas espaciales que se sumarían a las más de 450 detectadas.

"Es importante porque influye directamente a lo conocido sobre el desarrollo de la vida", subrayó.

Con este telescopio, además, se podrán detectar moléculas de varias galaxias, pues al tener la parábola más grande que existe el mundo es posible observar mayor número de ondas milimétricas lo que permite ver objetivos débiles "esto se traduce en que están lejanos, lo que significa que estamos viendo el pasado y con ello se pueden conocer los orígenes de la primeras galaxias que hubo en el universo".

García Barreto apuntó que para la construcción del telescopio se requirió el trabajo de diversas empresas dedicadas a la ingeniería civil, sistemas eléctricos y de mecánica de presión y de grandes estructuras.

Otro de los grandes retos del proyecto, dijo, fue la transportación e instalación del Gran Telescopio Milimétrico, ubicado en el volcán Sierra Negra, en Puebla:

"La antena no se pudo llevar entera a la montaña, se tenía que hacer aquí, armarla aquí, probar que funcionaba, desarmarla y mandarla por piezas, siguiendo las normas de transportación de las carretas federales, (...) cada parte de la antena se mandó por separado y ya en la montaña fue armada, fue un reto", abundó.

El especialista consideró que los mexicanos deben sentirse orgullosos de que este proyecto esté concluido y funcionando, pues es el resultado de varios años de trabajo y de formación de recursos humanos en el ramo científico, tecnológicos e ingenieriles:

"Es un beneficio, porque se percola; todos los ingenieros, tecnólogos o técnicos que trabajaron ahí, diseminan todo el conocimientos y los aplican en otros proyectos, eso no se compra, se desarrolla, esto es muy diferente a que el gobierno federal diga voy a gastar 250 millones de dólares y voy a Estos Unidos y compró un satélite de comunicaciones", opinó.

De la ubicación del Gran Telescopio, cuya construcción generó beneficios económicos para los estados de Guanajuato, Querétaro, Puebla y Ensenada, dijo, que ésta fue elegida por ser uno de los lugares más altos de la tierra, a cuatro mil 600 metros sobre el nivel del mar, en este sitio hay menos atmósfera que pudiera dispersar la radiación, "es una localización estratégica, uno de los puntos más altos de México".

El físico señaló como el origen de este proyecto una serie de pláticas académicas entre la Comunidad Astronómica de México y la Universidad de Massachusetts, a finales de la década de los 80 e inicio de los 90, en las cuales la institución educativa estadounidense mostró interés en colaborar con los mexicanos para desarrollar una telescopio más grande que el que poseen, cuya parábola cuenta con un diámetro de 14 metros.

En un principio, recordó, se planeaba que el proyecto se desarrollara en colaboración entre las citadas instituciones, no obstante, tiempo después se decidió que el Instituto Nacional de Astrofísica Óptica y Electrónica (Inaoe), ubicado en Puebla, fuera el que estableciera el convenio con la Universidad de Massachusetts.

Respecto al equipo a cargo de este proyecto, precisó, que los astrónomos involucrados en pertenecen al Inaoe y a diversas instituciones nacionales, pues el Gran Microscopio Milimétrico es financiado por el Consejo Nacional De Ciencia Y Tecnología (Conayt), institución que depende de la Secretaría de Educación Pública (SEP), la cual pone a disposición este instrumento para toda la comunidad del país y no sólo un instituto.

Del costo del telescopio milimétrico más grande del mundo, refirió que en una etapa inicial se estimaba en 42 millones de dólares, de los cuales 50 por ciento sería proporcionado por la Universidad de Massachusetts y 50 por el gobierno federal mexicano, sin embargo esta cantidad fue insuficiente, llegando a aumentar a más de 150 millones de dólares, "por eso es un mega proyecto, fue desarrollar un equipo muy complejo".

Finalmente, el investigador destacó que con este telescopio México tiene una de las más altas tecnologías, "esperamos que nos de más datos astronómicos para la comunidad académica y la humanidad, los cuales deberían ser integrados al sistema escolarizado".

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