Viernes, 19 de Abril 2024
Tecnología | A consecuencia del defecto, el animal no puede comer como lo hacen sus semejantes

Jacinta, la ternera con dos hocicos

Al nacer su dueño se percató de que la ternera tenía un hocico partido por la mitad o en todo caso dos hocicos

Por: EFE

SEGOVIA, ESPAÑA.- Sucedió en Nava de la Asunción. Allí, hace ocho meses, nació Jacinta, una ternera muy especial, distinta a las demás. El ganadero Lorenzo Jorge Cuevas creyó, al verla por primera vez, que la madre le había pisado la cabeza, que aquello no era normal, que tenía un hocico partido por la mitad o en todo caso dos hocicos.

La ternera, cruce de raza frisona y limusín, no es bicéfala, aunque pueda parecerlo, pero sí tiene dos hocicos que comparten la misma mandíbula, aunque en realidad son cuatro las mandíbulas (dos superiores y dos inferiores) que el bóvido posee, eso sí, incompletas.

A consecuencia del defecto, el animal no puede comer como lo hacen sus semejantes. Le es imposible rumiar y a sus ocho meses de vida continúa alimentándose a base de leche maternizada. Al no poder rumiar, la ternera padece alteraciones digestivas que le ocasionan gases y en el futuro derivarán en una úlcera de estómago y otras dolencias intestinales.

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