Sábado, 20 de Abril 2024
Suplementos | Uriel Avigdor Navarro Ruiz estuvo a punto de tirar la toalla, pero su familia lo apoyó

Un ejemplo de trabajo y disciplina

Estuvo a punto de tirar la toalla, pero su familia supo cómo darle las armas para seguir combatiendo en el tatami y hoy goza de las mieles del éxito

Por: EL INFORMADOR

Luchar por sus sueños. Es el mayor consejo que el deportista mexicano da a los niños. NTX /

Luchar por sus sueños. Es el mayor consejo que el deportista mexicano da a los niños. NTX /

GUADALAJARA, JALISCO (04/JUN/2017).- A los 23 años logró el sueño de toda una vida. Aunque nunca se consideró como un atleta lleno de talento, trabajó con constancia y disciplina para cumplir una meta que pocos mexicanos han logrado: convertirse en campeón mundial de una arte marcial tras consagrarse como el segundo exponente nacional en ganar un Campeonato Mundial de Taekwondo, cuando se consagró como el mejor del orbe en el Mundial de Puebla 2013.

Pese a que nació en el Estado de Tamaulipas, Uriel Avigdor Adriano Ruíz, ha competido durante toda su carrera como representante jalisciense hasta convertirse en uno de los atletas que pregona con orgullo la oportunidad de ser un tapatío de corazón.

“El taekwondo es mi vida, es una carrera entera porque lo he practicado desde los seis años y hasta ahora que tengo 27 años, 21 años de estar entrenando, de dedicar mi juventud a este deporte que es mi pasión. Ha habido pasos afortunados y desafortunados, pero todo lo he hecho con dedicación, esto es igual que una carrera universitaria, siempre tienes que estar listo, a veces reprobarás, aprobarás con excelencia o pasarás de ‘panzazo’, siempre será duro, pero tendrás tu recompensa”.

Con la disciplina y la entrega diaria como bandera dentro y fuera del tatami, el taekwondoín azteca señala que esta arte marcial cambió su vida para siempre desde que comenzó a practicarla a la corta edad de seis años.

“Yo no conocía el taekwondo, ni sabía nada de artes marciales, pero de niño era muy hiperactivo, había un lugar al que íbamos a cenar y en la parte de arriba de ese lugar existía una escuela de taekwondo, estaba muy cerca de nuestra casa y mi mamá me dijo que al siguiente día me iba a llevar a inscribirme. Así me nació el amor por este deporte, llegué a cinta azul avanzada, era un poco alto para mi edad y peso, por eso siempre combatía contra cintas negras, me traían como trapo, ya no quería ir. Un día mi mamá me encontró llorando en el piso porque ya no quería ir, pero al final decidí seguir, finalicé mi preparación y esa es la única vez que he llorado”.

Valores que se transmiten

Si algo tiene muy claro Uriel Adriano a la hora de competir, es que los valores aprendidos en casa deberán adaptarse en los combates para tratar siempre con respeto y disciplina a los compañeros, entrenadores y autoridades.

“Eso depende de tu personalidad, viene en tu ser, pero el taekwondo debes ser disciplinado y respetar a tus mayores, porque en este deporte coreano se debe respetar a las personas de mayor edad, saludar siempre y ser educado, esos son algunos valores que se dan en el taekwondo, pero yo pienso que los principales valores surgen en casa, como te traten tus papás, es como tu reaccionarás en todo sentido, tanto en la calle, como en el tatami”.

Además, Adriano Ruíz indica que su familia ha sido lo más trascendental de su carrera, ya que sus padres no han dejado de apoyarlo en todo momento, incluso cuando pasó por su mente dejar el taekwondo.

“Al principio, cuando no ganas medallas en Olimpiada Nacional, te llegas a frustrar, a decir que no sirves para esto, a lamentar por qué pierdes si entrenas al máximo todos los días. Después de eso, hay una parte en la que decides ya no seguir, pero mi mamá fue una de las personas que siempre me empujó, que me decía que siguiera adelante, si me gustaba el taekwondo, tenía que seguir adelante. Empecé a ganar en las Olimpiadas, pero antes de ser campeón nacional, fui el único jalisciense que ganó un Campeonato Nacional de adultos, a partir de ahí mi carrera comenzó a dar frutos”.

Su vida como militar

Al igual que muchos de los atletas más sobresalientes del país, Uriel forma parte de la Secretaría de la Defensa Nacional, institución que asegura, ha cambiado su vida como deportista y como persona.

“Eso ha significado mucho para  mí, ahorita soy sargento segundo auxiliar, he subido de rango y la ayuda que he recibido de parte de la Sedena ha sido esencial. Ahorita es de las pocas dependencias que me apoya para eventos, entrenamientos y todo lo que implica este deporte. A mí me gusta el ejército, no soy un hombre siempre recto o un soldado en forma, pero me gusta formar parte de esta institución. Tanto aquí, como en el taekwondo, la disciplina es algo trascendental cuando se quiere lograr algo. Soy un poco flexible, no soy totalmente cuadrado, pero sé cuándo disciplinarme, si yo sé que tengo una competencia en dos meses, durante un mes y medio le digo adiós a la comida chatarra, a las fiestas con amigos y familia, a las desveladas”.

Un consejo para los niños

Tras haber participado en la edición 2017 del Festival creativo para niños y jóvenes Papirolas, el taekwondoín jalisciense reconoce que el principal consejo que se le pude brindar a un niño deportista es que nunca renuncie a sus sueños y luche por lo que siempre ha soñado.

“Les pido que sigan sus sueños, eso se los dicen muchos atletas, pero debemos ser realistas, llegará una etapa en la que decidirás qué hacer de tu vida. A mí me gusta decirles a los niños que pueden alcanzar lo que se propongan, así como yo lo hice, me preparé, me enfoqué en lo que debía hacer y al final fui campeón del mundo. Simplemente trabajen fuerte, que todo lo que piensen se refleje en su trabajo, como atletas y como personas. A las nuevas generaciones se les debe educar con honor, trabajo y respeto”.

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