GUADALAJARA, JALISCO (08/ABR/2017).- En un segmento más orientado a la familia, la Mazda CX-5 es una alternativa muy interesante para los que quieren algo distinto, más individualista, con un toque atrevido y un manejo de alto nivel.El cambio del primer producto en ofrecer la tecnología SkyActive, que fue lanzado en 2012, no es tan fuerte como para ser llamado de nueva generación. Tampoco es tan sutil como los que pasan tradicionalmente desapercibidos. La CX-5 es nueva lo bastante como para que muchos piensen que se trata de una generación distinta, pero en su esencia la plataforma y conjunto mecánico se mantienen, lo que caracteriza un cambio menor, de mitad de vida, llamado “facelift” en el argot de los autos. La misma Mazda lo define como una especie de “mitad de generación”.Por supuesto que es estético el cambio más perceptible. El frente gana faros más delgados, elegantes, deportivos, que le confieren una mirada más penetrante. El ala cromada que enmarca la parrilla por debajo de ésta y que pasó a ser identidad de la marca, se une de una manera intrigante y marcada con esos faros. El logotipo central está tan alejado de la parrilla que parece flotar sobre ella. Los faros de niebla son tan chicos que recuerdan dos canicas brillantes. Es impresionante lo que ha logrado la ingeniería de iluminación hoy en día. No es todo lo nuevo.En los costados los paneles laterales son distintos. La puerta de una CX-5 2018 no podría sustituir a una de modelo anterior. El cofre es un poco más paralelo al piso y el voladizo delantero se ve más corto. Por atrás las calaveras también son más delgadas y una parte circular en el centro de éstas recuerda un poco al roadster de la casa, el MX-5. Es solo una indicación de lo que se espera en manejo, al menos en la versión 2.5 que probamos.Rojo vivoAntes de percibir todos esos detalles, lo que se nota distinto también es el color. El rojo de la CX-5 2018 es diferente, más brillante y profundo. La marca lo bautiza “soul red”, es decir: “rojo alma”. Luego, está el interior más cuidado, con plásticos de mejor calidad, que hacen que la estancia en la camioneta sea más agradable incluso cuando rodamos, por el silencio en la cabina, superior a antes y probablemente mejor que en sus rivales.Los asientos forrados de piel en esta versión S-Touring pueden ser de color muy claro, casi blanco, lo que mejora la luminosidad en su interior. Por fortuna la alfombra y los tapetes siguen negros, lo que ayuda a que la suciedad producida por nuestros zapatos se perciba menos.La línea de cintura de la nueva CX-5 es un poco más baja y esto ayuda en la visibilidad. Todos los cambios son tan sutiles como importantes en este producto.Como mencionamos, mecánicamente la CX-5 se mantiene igual. El motor 2.5 conserva sus 188 caballos de fuerza y sus 185 libras-pie de torque. La caja sigue siendo la automática de seis velocidades de antes y ese conjunto otorga un buen desempeño, aunque sin sobras. En ciudad resulta ágil y puede ser incluso frugal, si el piloto sabe contener sus deseos por arrancar fuerte, por ejemplo. En autopista se percibirá un mayor silencio en el habitáculo, tanto con relación al viento como del ruido de otros autos o camiones. La suspensión se siente un poco mejor aislada y también silenciosa.En las curvas, el que solía conducir una CX-5 2017 o anterior, al hacerlo con ésta sentirá que le resulta más simple, fácil, natural. Será difícil explicar el porqué. Pero la razón se llama G-Vectoring, un sistema de administración de la entrega del torque que hace que los movimientos de la camioneta sean más fluidos. El piloto pensará, tal vez, que ha evolucionado su manera de conducir. En realidad es solo un halago hecho de forma elegante de parte de la CX-5, que es la verdadera responsable por esa sensación.No, no es un cambio radical el que experimentamos en la CX-5 para 2018, pero es tan sutil como agradable. Es como si un chef descubriera que su platillo más exitoso sabe mejor con uno dos ingredientes más o si está hecho con un tiempo de cocción ligeramente distinto. El resultado es agradable, todos lo disfrutan más, solo no sabrán exactamente el porqué.
