GUADALAJARA, JALISCO (05/MAR/2017).- Cuando pensamos en ir a un destino de playa, lo primero que se nos viene a la mente a los tapatíos, invariablemente es Puerto Vallarta. Un destino que si bien es muy conocido, tiene la ventaja de que siempre encontraremos algo nuevo qué hacer.En esta ocasión viajamos para experimentar el sabor vallartense de sus playas, su gastronomía y conocer otro tipo de opciones dentro de la oferta de lujo.En esta temporada previa a Semana Santa y Pascua, Puerto Vallarta recibe la visita de miles de estadounidenses, canadienses y europeos. Así lo notamos desde el aeropuerto, en la caminata por el malecón, el hotel o los restaurantes que visitamos. Sin embargo, este destino de playa se ha caracterizado históricamente por ser muy amable con cualquier visitante y todos nos sentimos como en casa.La opción que exploramos es el hotel Velas Vallarta. Ubicado a cinco minutos del aeropuerto internacional, en la zona de la Marina y a 15 minutos del Centro de la ciudad, este recinto nos ofrece una opción interesante para quienes buscan armar su paquete “todo incluido”, pero sin dejar de lado las comodidades.Así lo comprobamos, con un escenario espectacular gracias a la buena distribución de las torres y la disposición de una alberca para relajarse (realmente es silencioso el ambiente), una para niños y otra para divertirse con diversas actividades a lo largo del día.Nos instalamos en una habitación tipo “estudio”, así denominada por el hotel, donde encontramos lo necesario para una estadía de tres días y dos noches, ya que la distribución del espacio es perfecta para una pareja. Sin embargo, las habitaciones se pueden ampliar para un mayor número de personas gracias a la configuración y la forma en que están conectados los cuartos.Frigobar incluido y servicio a la habitación, con una atención de no más de 20 minutos, nos encantó. Probamos el servicio al cuarto, donde pedimos para comer una ensalada César, acompañado por un pescado del día, sin dudas con ganas de repetir. Pero, había que explorar lo que ofrecen los restaurantes del hotel y en la cena fuimos al restaurante Andrea. Un par de botellas de vino volaron entre los comensales, donde de entrada se pidieron croquetas de arroz empanizadas y rellenas de queso crema, para dar paso al plato fuerte donde la elección iba de la imperdible lasagna a la boloñesa hasta el Porto Fino, una pasta linguini con salsa pomodoro cremosa al vodka y camarones empanizados. Para el desayuno, comida o cena también está la opción del restaurante La Ribera, ubicado frente a la playa y con servicio buffet o a la carta, al igual que el Andrea, donde de entrada lo recomendado es una crema de jaiba y como plato fuerte una pesca del día con pescado bañado en salsa dulce de mango con pico de gallo y arroz al vapor. ¿Bebidas? Lo que guste, desde coctelería con un mojito hasta cervezas nacionales.¿Cuánto cuesta toda esta belleza? Una habitación de lujo para cuatro personas desde cinco mil 308 pesos, hasta una suite familiar por 44 mil 88 pesos, por noche.Tres opciones como tu plan BUna vez instalado en el hotel, para quienes quieran salir a conocer un poco más sobre Puerto Vallarta, nada como ir a ver la puesta de Sol desde el malecón. Voladores de Papantla despiden el día de forma espectacular mientras tomas la mejor fotografía del descenso del Astro Rey. Recorrer el malecón desde la escultura de “Los Milenios”, pasando por “En busca de la razón” de Sergio Bustamante, hasta “El niño sobre el caballo de mar” (la más emblemática de Puerto Vallarta) tenemos bares, restaurantes y actividades al aire libre.Al día siguiente, el plan puede ser ir a conocer las ballenas. Hay que salir muy temprano ya que el mar está sumamente tranquilo, favoreciendo nuestra estadía por al menos cuatro horas a cinco millas de la playa, para encontrarnos con una de las especies marinas más espectaculares como lo es la ballena jorobada. En esta época y hasta entrado el mes de abril, vienen a reproducirse por lo que es muy agradable pasar a saludarlas y conocer estas monumentales especies que año con año nos visitan.El recorrido parte desde la Marina, donde se puede rentar un bote (varían los precios pero en nuestro caso costaba 30 dólares por persona, unos 600 pesos mexicanos aproximadamente) con motor de preferencia, ya que una pequeña embarcación queda algo expuesta ante la inmensidad de las ballenas, y aunque es poco probable un accidente en estas embarcaciones chicas, no están excentas por lo que hay que tomar previsiones y armarse bien con su chaleco salvavidas.Una vez dentro del territorio marítimo de la ballena jorobada, hay que esperar, ser pacientes, ellas no avisan y nos sorprenden a escasos metros a veces. Pero bien vale la pena, ya que la recompensa es inigualable al conocerlas y convivir un poco con ellas. En el camino también tenemos mucha presencia de tortugas y delfines, por lo que hay que moverse con cuidado entre las aguas para no lastimar a estas especies.Por último, recién descubrimos una opción bastante interesante para los amantes de la naturaleza. Y es que quienes quieran ir al avistamiento de aves y conocer miles de especies endémicas de Puerto Vallarta en cuanto a vegetación, pueden hacerlo en el Jardín Botánico, ubicado exactamente en el municipio de Cabo Corrientes, a 30 minutos de Vallarta en coche (en el km24 de la carretera 200 hacia El Tuito). El acceso cuesta 150 pesos por persona y cuenta con lo necesario para pasar todo un día de exploración y aprendizaje.
