Miércoles, 24 de Abril 2024
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Duodécimo Domingo del Tiempo Ordinario

Cristo se fue manifestando con su presencia, con su palabra salvadora y con sus milagros

Por: EL INFORMADOR

Jesús el hombre, el humano, fue aprendiendo a ser el hijo de Dios por medio de un proceso interno intenso. ESPECIAL /

Jesús el hombre, el humano, fue aprendiendo a ser el hijo de Dios por medio de un proceso interno intenso. ESPECIAL /

LA PALABRA DE DIOS

PRIMERA LECTURA

Lectura de la Profecía de Zacarías (12,10-11;13,1)

“Derramaré sobre la dinastía de David y sobre los habitantes de Jerusalén un espíritu de gracia y de clemencia”.

SEGUNDA LECTURA
Lectura de la Carta del Apóstol San Pablo a los Gálatas (3,26-29)


“Ya no hay distinción entre judíos y gentiles, esclavos y libres, hombres y mujeres, porque todos sois uno en Cristo Jesús”.

EVANGELIO
Lectura del Santo Evangelio según San Lucas (9,18-24)


“¿Quién dice la gente que soy yo?”

GUADALAJARA, JALISCO (19/JUN/2016).- Unos dicen que eres Juan “El Bautista”, otros, que Elías y otros que alguno de los profetas que ha resucitado. Así afirmaban entonces. En este Siglo XXI de encuestas, de censos, de entrevistas y reportajes, si ante las multitudes a la salida de un estadio de futbol se les hiciera una sencilla pregunta: ¿Para ti, quién es Cristo?, ¿Cuál sería la respuesta? Para muchos sería sorpresa y no pequeña. Podrían responder que alguno de esos ídolos estampados en la camiseta del equipo de sus amores y aún con detalles porque los medios masivos de comunicación difunden abundancia de minucias. Podrían tal vez opinar de los gobernantes, de gente de la política, de hombres y mujeres, del mundo de la música, del cine, de las telenovelas... pero de Cristo.

Cristo se fue manifestando con su presencia, con su palabra salvadora, con sus milagros y les anunció  Cuando levanten en alto al Hijo del hombre entonces conocerán que soy Yo. Culmina la vida y la obra de Cristo en la cruz, en la resurrección y en su ascención gloriosa, su retorno al Padre. Los apóstoles ya quedan así con plena conciencia de su cercanía al maestro, al verdadero Mesías, el esperado de quien ellos irán a dar testimonio.

El cristiano, al elegir libremente seguir a Cristo ha de llegar en su vida práctica a distinguir entre su propio gusto o tendencia personal y la voluntad de Dios. En uno, en dos o más momentos determinados y libremente ir tras el llamamiento de Dios, en contra de su propia apreciación o gusto personal. Siente que algo muere en sí mismo, pero al mismo tiempo percibe una nueva razón para su mente, su voluntad y su acción, una luz y una gracia, todo lo impulsa hacia el bien.

Cargar la propia cruz es una actitud alegre de aceptar en todo la voluntad divina y es también una actitud dinámica del creyente en estos tiempos por la verdad, por la justicia.

Así la cruz es ayudar a otros agobiados por cruces más pesadas. La cruz es la vida del cristiano, si la quiere llevar. La cruz es la vida de la Iglesia, si la sabe llevar.

José Rosario Ramírez M.

Jesús fue un hombre

“Fascinante… desconcertante…  sorprendente… irresistible en todos los sentidos… ningún lenguaje puede decirlo. Perturbador de certidumbres fáciles… de posturas fijas y dogmáticas… crítica leyes… cultos huecos… ningún esquema puede contenerlo…” Es Jesús de Nazaret… Con estos adjetivos se puede describir a Jesús el hombre, el humano. Quien fue aprendiendo a ser el hijo de Dios por medio de un proceso interno intenso. Nace de una mujer, sencilla, sin un padre genético, pero con uno putativo, quienes se encargaron de enseñarle a ser hombre, a reconocer sus sentimientos, orar, y a tomar un sentido de pertenencia de una sociedad. Creció como un niño cualquiera dentro de una familia humilde con carencias, familia de trabajo, pero preocupada por hacer la voluntad del Padre. Entonces; ¿cómo es que Jesús descubre que es el Hijo de Dios? De una forma muy sencilla; La introspección, es ahí dentro del corazón donde se encuentra al Padre, y va descubriendo cada vez la misión que le tenía destinada.

Es por eso que Jesús tuvo que pasar por un proceso, biológico, físico, psicológico, emocional y espiritual para poder llevar a cabo su misión.  Por eso podemos descubrir y reconocer que Jesús fue un HOMBRE; el cual en su condición divina-humana va aprendiendo a ser Dios, con errores, con miedos, con satisfacciones, con tentaciones, etcétera. Poder descubrir desde los ojos de la fe esta postura nos ayuda a decir que es fascinante, porque siendo Dios, se encarna para que nosotros podamos identificarnos con Él, por medio de sus errores, sentimientos, pasiones, etcétera.

Desconcertante, porque nos enseña que el ser humano se encuentra en un proceso de conocimiento constante, el cual es necesario para poder descubrir el propio proyecto de Dios para cada uno de nosotros y desde ahí poder encontrar su presencia. Recordemos que siendo una persona sin un lugar político en su sociedad, se atreve a hablar, criticar y cuestionar, aquellas leyes farisaicas que no tenían ningún sentido de cercanía con el Padre, y nos propone una nueva imagen del Padre; El amor, la misericordia y la cercanía.  El cual fue motivo para sorprender a la sociedad, incluso tanto fue la sorpresa que lo llevó a una muerte en Cruz, como el peor de los malhechores de aquel tiempo.

Actualmente nuestra sociedad está globalizada, “conectada” con las demás personas, la cual en realidad nos hace que cada vez estemos más desconectados con nuestro interior, por lo tanto difícilmente podremos tener un encuentro fecundo con Jesús, y con el Padre. Es necesario ir a nuestra esencia, aprender a escucharnos para poder dejar que Jesús rompa los esquemas de nuestra vida, las  leyes impuestas por nosotros mismos y dejarnos seducir por él.  Seamos como Jesús, que aprende a ser hombre y a encontrarse con su Padre en la cotidianidad de la vida, con fidelidad, discernimiento y apertura.

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