La Troje

GUADALAJARA, JALISCO (14/FEB/2016).- Al noroeste de Lagos de Moreno, se encuentra la bonita y escondida Hacienda La Troje. A nuestro regreso de San Luis Potosí, un letrero que anunciaba la hacienda nos invitó a conocerla. El sendero simplemente pintoresco, delimitado por gruesos mezquites. Nos encontramos ante una bifurcación y no supimos para dónde seguir, en eso pasó un sobrino de Juan Alonso Serrano, al vernos indecisos, nos preguntó que adonde nos dirigíamos, y le dijimos que a La Troje y nos respondió, “síganme”. Y a corta distancia nos detuvimos a un costado de una barda con portón, el cual tocó y salió el encargado y nos dio la bienvenida. El sobrino acababa de traer un grupo de caballistas a pernoctar en la hacienda, pues organiza cabalgatas.

Jesús Gómez Serrano, escribió: “En 1598 un sencillo labrador llamado Pedro Mateos de Ortega empezó a obtener mercedes de tierras a lo largo de los caminos que unían las villas de Lagos, San Felipe y Aguascalientes, una zona por entonces poco apetecible debido a las temibles incursiones de los chichimecas… Su hija María, se casó con Francisco Javier Rincón… nacieron Agustín, Pedro y Juan Rincón de Ortega… Agustín, figura en 1642 como alguacil mayor de las villas de Aguascalientes y Santa María de los Lagos… De su matrimonio con Leonor Caballero no tuvo hijos… en julio de 1653, nombró heredero y albacea a su hermano, el licenciado Pedro… realizó múltiples negocios con los más prósperos labradores… conservó durante muchos años el abasto de carne de la ciudad de Zacatecas, lo que representaba una salida segura para todo el ganado criado en sus haciendas… en mayo de 1657 Pedro Rincón de Ortega fundó un mayorazgo sobre todos sus bienes, nombrando primer heredero a su hermano, el capitán Juan… A la muerte de Juan Rincón se formó en los juzgados de la Real Audiencia un concurso de acreedores, que en condiciones normales hubiera terminado con el remate o la adjudicación de las haciendas, pero que por tratarse de bienes vinculados concluyó apenas en nuevas esperas e inciertas promesas de pago. Su administración se encomendó a Juana Rincón, la única hija de don Juan y al esposo de ésta, el capitán Nicolás Gallardo… nació en 1651 José Rincón Gallardo, el primer portador de un apellido que conservaría su lustre durante varios siglos”.

Al pasar la puerta de la brecha, apreciamos una explanada y al fondo tres trojes, la tercera con su puerta tapada, trojes que se llenaban de maíz, enseguida un claro amplio que daba acceso al patio de labores, con una espigada puerta a un costado y un arco en medio punto del lado del patio. Continua una ventana vertical con dos hojas y luego dos jacalones para maquinaria agrícola, con remates arqueados. Atravesamos el umbral del arco referido, para mirar el atractivo patio, que ostenta tres corredores de gruesos arcos de ladrillo aparente y en medio punto, con contrafuerte en cada dos vanos. A unos pasos observamos la casa grande, a la cual se le adosaron dos portales, uno al frente y otro en su fachada trasera, el primero lo comprenden cinco arcos en medio punto con capiteles toscanos y de ladrillo aparente y el segundo con siete arcos, tres de punto encontrado y cuatro en medio punto. Ventanas verticales con forja se asoman a los espacios, entre ellas una puerta abre al interior. Fuimos admirando, la sala con bóveda de cañón aparente, un vano circular abajo, una gran ventana arqueada y muros altos, un comedor en un espacio similar, cuenta con dos, el otro con ventana de cuatro hojas. Las recámaras, amplias y con roperos de dos lunas, que convergen en el alegre patio, de tres corredores, delimitados por columnas redondas de cantera rosa, capiteles dóricos y arcos escarzanos, en medio una fuente de una copa. El traspatio con un corredor arqueado y la capilla con vistoso techo de madera. Hacienda que está enfocada para realizar eventos, en 1861 contaba 19 mil 088.8 hectáreas.