Viernes, 26 de Abril 2024
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'No me asombró triunfo de Alfaro': Cosío Vidaurri

El exgobernador abre las puertas de su casa para dar cuenta de su visión respecto a las elecciones que recién fueron celebradas

Por: EL INFORMADOR

Con buen ánimo. Guillermo Cosío Vidaurri comparte sus memorias y establece un panorama actual de su partido. EL INFORMADOR / A. García

Con buen ánimo. Guillermo Cosío Vidaurri comparte sus memorias y establece un panorama actual de su partido. EL INFORMADOR / A. García

GUADALAJARA, JALISCO (19/JUL/2015).- Guillermo Cosío Vidaurri abre las puertas de su casa a EL INFORMADOR para dar cuenta de su visión respecto a las elecciones que recién fueron celebradas; el triunfo de Enrique Alfaro en Guadalajara, el estatus actual del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y algunos retos que tiene por delante;así como las explosiones ocurridas hace 23 años en el barrio de Analco.

—¿Cómo ve el resultado de la pasada elección?

— Con naturalidad y con tranquilidad. (Enrique) Alfaro ganó porque tenía el hándicap de hace tres años, en la elección para gobernador… (Aunque perdió con Aristóteles Sandoval) había sacado la mayoría de votos en Guadalajara. Tuvo el acierto de persistir en sus inquietudes, no dejando la plaza sola, la trabajó sin cesar. Tuvo otro acierto, los candidatos a regidores fueron precisamente los candidatos a diputados locales que perdieron (en 2012), los dejó en sus distritos persistiendo, haciendo campaña a favor de él durante dos años y medio. No me asombró.
 
— La sorpresa fue la diferencia abismal de votos: el voto duro del PRI era de 250 mil y apenas tuvo la mitad. ¿Hay un desmoronamiento del partido? ¿Hay traición?

—No, hubo apatía, un mal que se da cuando la gente no siente la emoción de ir a sufragar, no quiso, porque no le gustó el candidato, porque se sintió dejado a un lado. El voto duro existe, pero había que revitalizarlo.
 
— ¿Ricardo Villanueva era un candidato ajeno al partido?

—No. Cuando él es señalado como candidato, la gente del partido lo aceptó, lo vio como una persona que el gobernador había propuesto, pero para mí fue un poco tarde. Las cosas tienen que prepararse con tiempo.
 
—¿Qué futuro tendrán los partidos políticos después del voto de castigo? España es un buen precedente. Los triunfos de candidatos independientes en México (como Pedro Kumamoto) es otro.

—Hay algunos partidos que han salido adelante pese a todo, ahí está el partido Conservador en Inglaterra, que pese a lo que se esperaba, que iba a perder, ganó… ¿Qué acaba de pasar en Turquía? El primer ministro esperaba ganar arrasando y perdió la mayoría.
 
—¿Hay un desencanto nacional con la autoridad?

—Es que el Gobierno del Presidente Enrique Peña Nieto ha tenido situaciones muy difíciles de las cuales ha salido, pero han tenido un costo, ha dejado una mala imagen… eso recae en la mala imagen que lleva el Presidente.
 
—En el periodo de campañas, ¿el papá del gobernador, Leonel Sandoval, hizo un boquete en la imagen de Aristóteles Sandoval?

— De alguna manera hay que considerarlo como algo que vino a ahondar, que seguramente existía y se agravó… es una situación que realmente es penosa para nuestro gobernador, pero desafortunadamente aconteció. El papá del gobernador ya era político cuando surgió su hijo, ya había sido diputado y alentaba inquietudes políticas.
 
—¿Se le están cargando culpas ajenas al gobernador?

—Yo creo que sí.
 
—¿El gobernador tendrá la fuerza o la autoridad moral ante su padre para generarle lineamientos?

—No, yo creo que las inquietudes políticas de Leonel Sandoval son viejas y son razonadas, él allí se formó. Cuando gana el distrito, que ahora se perdió, era prácticamente el fémur de la familia Sandoval.
 
• “Leonel se quedó, como vulgarmente se dice, picado”

— En el caso de Aristóteles se hablaba de una operación política por parte de Leonel al margen del partido.

—Es que Leonel se quedó, como vulgarmente se dice, picado. Él fundó un movimiento que se llama MAS. Termina la campaña (de 2012), salen airosos y él se siente, con toda razón, que participó de manera destacada en el triunfo de su hijo y eso de alguna manera lo alienta a seguir trabajando con el equipo que formó. Tenía un trabajo muy hecho…
 
—¿Leonel Sandoval arrancó solo y parece que, desde la Ciudad de México hubo mensajes claros de que suspendiera sus actividades?

—Hubo un momento de inquietudes que desde luego encausaron para que las cosas se realizaran de otra manera. Cuando se empezaron a dar estos movimientos y de acciones censurables desde cualquier punto de vista, yo preferí, como miembro del partido, como consejero que soy del Estado y del municipio, mantenerme al margen. Durante muchos años el Distrito 9 era de ellos, de su familia, de Leonel, de su mamá, del propio Jorge Aristóteles, a mí me extraña que lo hayan perdido.
 
• Tendrá que haber actores nuevos en el PRI

—¿Cuándo se recuperará el PRI? Enrique Alfaro tiene un margen amplio para llegar a la gubernatura.

—El PRI habrá tomado nota de lo que falló y habrá de contener su situación, de tal suerte que vendrá una reestructuración del Comité del PRI en Jalisco, tendrá que haber actores nuevos. (Sobre Alfaro) hay una objeción a principio de cuentas hacia la Cámara de Comercio, de que va a resolver el problema del ambulantaje en el Centro. Si no lo resuelve se le van a echar encima los mismos que lo apoyaron…
 
—¿Cuánto fue voto de castigo y cuánto fue voto de apoyo a Enrique Alfaro?

— Tiene que haber una buena cantidad de votos. ¿Por qué? Pues porque aquí en Guadalajara desafortunadamente a Ramiro (Hernández) le tocó bailar con la más fea: no se puede gobernar una ciudad sin recursos, con deudas que no se pueden pagar de la noche a la mañana y que no puede pedir más créditos para solventarla porque tiene cerrada la puerta. El mérito de Ramiro ha sido aguantar ante las condiciones adversas.
 
—¿Cómo ve a los candidatos independientes?

—Es que ni “El Bronco”, ni Kumamoto ni Clouthier son independientes.
 
—¿Y sus ahijados en la vida política?

—Muchos. Me tardaría tiempo haciendo una lista. De mis compañeros de generación de abogado soy padrino de un hijo de Covarrubias, de un hijo de Gascón, de un hijo de Bocanegra, de Humberto; así a lo corto.
 
—¿Qué tal Salvador, su hijo, que decide salir del partido haciendo política independiente? 


—Cuando él me dijo lo que quería hacer, le dije: “Ya estás grande, ya tienes noción de lo que quieres hacer”. Así debe ser.
 
—¿La reconstrucción del PRI sería un mensaje a la comunidad de que tomaron cartas en el asunto?

—Eso sería. Aquí no se estila, pero mira: cuando perdimos el Gobierno nacional (con el triunfo de Vicente Fox), Dulce María Sauri Riancho, presidenta del partido, inmediatamente acudió con el Presidente de la República diciéndole: “Aquí está mi renuncia”, y no la dejaron renunciar…
 
—Eso hizo Enrique Dau Flores (asesor de Aristóteles Sandoval).

—Sí, pero tampoco lo dejaron renunciar.
 
—¿Cuántos años trabajó con usted Dau Flores?

— Cuando fui presidente municipal me ayudó como director de Vivienda… después se vino conmigo y me ayudó en la campaña y me ayudó durante tres años como secretario de Obras Públicas y Desarrollo Rural. Salió un poco antes porque tuvo que irse a hacer su campaña como presidente municipal y asumió sus labores como tal el 1 de marzo de 1992.
 
—A tantos años de distancia de las explosiones del 22 de abril, ¿qué opina?


—Una gran injusticia para ellos (los detenidos en Jalisco) en muchos sentidos. Tú sabes que Dau estuvo liberado de lo que estaba ocurriendo con el drenaje y tuvo una detención de la que nadie se salvó.
 
—¿Y qué sucedió?

—El jefe de Bomberos, Trinidad (López Rivas), dijo que estaba todo resuelto, y el jefe de la Policía dijo que era riesgoso el desalojo.

• Gualberto, el protegido

—¿La fuga que detonó las explosiones era añeja?


—No. Yo mismo no supe nada de eso, hasta el momento en que llegué a Guadalajara, el día del siniestro, porque no había nadie que me avisara ni siquiera por teléfono de lo que estaba ocurriendo. Yo llegué a Guadalajara ese día a las nueve de la mañana, con la pretensión de esperar ahí al doctor Fernando González Villarreal, que teníamos contemplado salir en helicóptero para visitar las obras que estaban haciéndose en la Presa del Salto y estando ahí esperando a que llegara el doctor, me avisó mi jefe de Obras Públicas lo que había acontecido en la noche y me dijo que le había avisado Gualberto Limón (director del SIAPA) y le había dicho que ya estaba resuelto todo, que ya habían contactado el daño y que ya estaba controlado. Llega Gualberto instantes después y me dice: “Pasó esto anoche en la madrugada, pero ya se resolvió oportunamente y ya no hay problema”. Me estaba diciendo eso cuando oímos los estallidos. En ese momento iba llegando el avión en el que venía Fernando González Villarreal, se me aproximó y le dije: “Fernando, está pasando esto, te ruego que me acompañes a ver lo que ocurrió”. Nos subimos al helicóptero y fuimos a ver lo que estaba pasando y descendimos en donde era el estadio de béisbol de la Universidad de Guadalajara y de ahí, a pie nos fuimos a visitar lo que había ocurrido… de ahí le hablé a Dau por teléfono y nos encontramos.
 
—¿Gualberto en qué fundó su dicho como para decir que ya estaba el tema resuelto?

—Ya habían hablado con él los de la aceitera, ya tenía todo, según él, controlado; pero una cosa curiosa, todos fueron a la cárcel: Dau, Aristeo, las gentes del SIAPA, los subalternos de Gualberto, pero Gualberto no. Reapareció como asesor de la Procuraduría de Justicia de la Nación.
 
—¿Y eso cómo se dio?

— Alguien lo protegió.
 
—¿El Presidente necesitaba culpables? ¿Esos culpables no los podían buscar en Pemex?

—Esos culpables los hizo una gente, que es muy importante desde el punto de vista de la abogacía (actual) en México. José Romero Apis, que era el subprocurador, a él lo dejó (Ignacio) Morales Lechuga para que hiciera las averiguaciones y él se fue a México con el resultado para que lo viera el Presidente.
 
—Se dictan las órdenes de captura y los aprehenden. ¿Qué le pasa al gobernador?


—Después de eso pido licencia, a mí no se me molesta en ese sentido, pero de todas maneras yo tengo que hacer una declaración, que hice después por escrito en la forma más amplia para que se dijera lo que había ocurrido.
 
—¿La descomposición del PRI inicia con Carlos Salinas?

—Carlos Salinas. Siendo yo, muchos años después, embajador en Guatemala, vine a México de vacaciones y fui a saludar a la presidenta del Partido, que era María de los Ángeles Moreno, y platicando con ella me dijo: “Oiga, don Guillermo, usted que ha vivido muchas cosas, dígame: ¿Por qué razón ahora se ha dado tan seguido el problema de que la gente cambie de partido de la noche a la mañana?”. Por una razón muy sencilla, porque lo que es el nuestro ya perdió la esencia de lo que es; con la reforma del 27, 123, del 24 y 130, que era la razón de sentirse diferentes a las gentes del PAN, que es lo que ellos querían; a estas alturas ¿quién se pone a discutir la vigencia, la prevalencia de lo que es la esencia del 123?
 
—Dicen que la diferencia entre los países desarrollados y los subdesarrollados, es que los primeros tienen pocas leyes muy cumplidas; los segundos tenemos muchas leyes que no se cumplen.


—Tenemos un libro más grande que los tomos de la Biblia. El artículo primero constitucional que yo estudié era chiquitito, lo agrandaron y ahora se lleva dos páginas y no dice más.
 
—¿Qué pasó al final del sexenio de Salinas?

—Todo eso vino a trastornar las cosas, a trastocarlas, a que fueran diferentes de lo que están siendo ahora.

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