Viven mujeres el rol de ser madres y trabajadoras

REYNOSA, TAMAULIPAS (10/MAY/2015).- Todos los días en punto de las 6:00 horas suena la alarma del despertador, la misión es levantarse para preparar el desayuno y el lonche para la escuela y el trabajo, pues antes de las 7:20 horas, Karen Eloísa Martínez Cisneros tiene que salir a dejar a sus hijas al colegio.
 
La rutina es diaria, levantarse temprano, preparar un desayuno nutritivo, hacer el "lunch" para su esposo y sus hijas, ayudar a las niñas de 7 y 4 años a ponerse el uniforme, peinarse y revisar que no olviden ningún útil escolar y que los dientes vayan debidamente cepillados.
 
El rol de madre es calificado por Karen Eloísa, de 38 años de edad, como uno de los más difíciles y complicados de combinar con las labores profesionales y la vida diaria.
 
Lamenta haberse perdido de los momentos en que sus hijas dieron sus primeros pasos, pronunciaron sus primeras palabras, creció su primer diente, entre otras cosas que debido a las exigencias laborales no pudo vivir al lado de Jessica, de 7 años, y Alejandra de 4, pues su alta responsabilidad en una maquiladora de esta localidad la hacían laborar más de 12 horas diariamente.
 
Con una Licenciatura en Contaduría y dos maestrías, una en Finanzas y otra en Alta Dirección, Karen, quien es originaria del puerto de Tampico, logró ocupar la gerencia del área de compras, planeación y operaciones de la maquiladora para la que labora por más de una década.
 
"Me sentía muy orgullosa de mis logros profesionales, de mis méritos, de haber alcanzado un alto nivel laboral, que incluso muchos hombres no pudieron, pero por otra parte, me tuve que perder muchos momentos de la infancia de mis hijas y eso me hizo reflexionar pues pasaba más de 12:00 horas fuera del hogar y llegaba sin querer saber nada", dijo.
 
Comprendió que el rol de mamá, resultaba más importante que el profesional y que esa alta educación, una licenciatura y dos maestrías, debían aplicarse pero ahora exclusivamente en el hogar, en la educación y crianza de sus "muñecas" como las llama.
 
Refirió que actualmente ya no trabaja y dedica su tiempo a la atención de sus hijas y su hogar, pues señaló que una vez que se quedan en el colegio, hay que seguir con las labores de la casa que incluyen la limpieza, preparación de comida, realizar pagos, alistar uniformes e instrumentos para las clases vespertinas.
 
A pesar de las múltiples actividades, Karen Eloísa se da tiempo para ir al gimnasio y hacer zumba, pues una de sus pasiones es bailar salsa y refiere que es ahí donde da rienda suelta a ese baile.
 
"De soltera si iba a los bailes, pero desde que nacieron mis hijas no puedo hacerlo, me gusta mucho bailar salsa, pero mi marido no sabe bailar y no tenemos con quien dejar a las niñas, así que en la zumba saco ese gusto", dijo.
 
Explicó que el turno de mamá no tiene horario, pues una vez que las recoge en el colegio, a las 15:00 horas en promedio, las lleva a comer y empiezan nuevamente las "carreras" pues se tienen que cambiar para llevarlas a sus clases extra curriculares como ballet y violín.
 
"Te conviertes en el chofer de ellas, pues recoges a una, luego vas por la otra, para llevarlas a comer y córrele para la clase de ballet, luego violín y me tengo que asegurar que Alejandra, de cuatro años, duerma sus siesta porque si no el día termina mal", dijo.
 
Karen se define como una mama pegada, cariñosa y muy atenta de sus hijas, pero no descarta ser estricta y exigente cuando las circunstancias lo ameritan.
 
"Soy de poner reglas, orden y límites, pues creo totalmente en la disciplina y para llevarla a cabo utilizo una varita mágica, es con la que me apoyo, con la que les pongo límites", dijo.
 
Añora aquellos años en los que los niños eran más educados, con límites y respeto hacia los demás, pues reconoció que el modo de vida actual, en donde ambos padres se ven en la necesidad de trabajar, ha permitido que se quebranten reglas y disciplina.
 
"Antes, con sólo una mirada, entendías la orden, lo que tus papas querían y ahora te vuelves repetitivo, tolerante y la mayoría de los niños no hacen caso y además crecen traumados", expresó la contadora, quien lleva 17 años radicando en Reynosa.
 
Karen, a quien le gusta un buen plato de pozole, señala que aunque disfruta preparar diversos platillos a su familia le gusta dejarse consentir por su mamá, quien vive en el puerto de Tampico.
 
Advierte que cuando esta con su mamá, ésta le prepara sus platillos favoritos, se sienta con ella a ver la televisión, le acaricia el pelo y se van de compras, entre otras cosas que le complace hacer en su rol de hija.
 
Asegura que mientas no eres madre no logras entender a quiénes ya lo son. "Yo agradezco la educación y formación que me dieron en mi casa, en especial mi mamá, con quien dormí de lunes a viernes por más de 20 años, ya que mi papá trabaja fuera de la ciudad".
 
Como cada 10 de mayo, Karen Eloísa disfruta recibir cartitas y dibujos hechos por sus hijas, quienes a través de estas misivas le expresan su cariño pero sobre todo le agradecen el que este con ellas en cada etapa de sus vidas.
 
"Aprendí a vivir cada etapa, logre en mi trabajo mis expectativas, mi prioridad ahora son mis hijas, verlas crecer y hacerlas seres responsables y comprometidas" dijo quien diariamente es la última en acostarse en su casa, luego de revisar que las puertas estén bien cerradas, que las niñas estén dormidas, dejar preparados uniformes y algunos alimentos para otro día.