Jueves, 28 de Marzo 2024
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'Nunca me ha interesado estar en tendencia'

El mexicano asegura que en el diseño seguirá utilizando referencias culturales y visuales que por décadas han tratado de ser innovadas

Por: EL INFORMADOR

Profesional. A Ariel Rojo le preocupa que los diseñadores busquen a quién seguir sin ser orginales. EL INFORMADOR / N. Gutiérrez

Profesional. A Ariel Rojo le preocupa que los diseñadores busquen a quién seguir sin ser orginales. EL INFORMADOR / N. Gutiérrez

GUADALAJARA, JALISCO (03/MAY/2015).- “A la pizza le siguen echando jitomate”, dice Ariel Rojo, el diseñador mexicano que evita a toda costa seguir las tendencias, por más mínimas o grandes que sean. Asegura que en el diseño, sin importar su rama o especialidad creativa, seguirá utilizando referencias culturales y visuales que por décadas han tratado de ser innovadas. Él prefiere mirar a donde nadie más lo ha hecho.

Ariel Rojo no es cualquier diseñador, ni tampoco se obsesiona por colocar en el mercado sus creaciones, pues eso ha llegado por inercia. Su fama y prestigio han crecido gracias al pensamiento crítico que aplica al diseño que lo rodea, incluso, al que él mismo realiza.

En su más reciente visita a Guadalajara como invitado de honor de la segunda edición del Festival WIT, el diseñador reflexionó sobre las fortalezas y torbellinos que el diseño desarrollado en el país experimenta para crear una identidad a nivel internacional lo distinga.

“El diseño se aprende sobre la marcha. En una universidad puedes empaparte del tema, pero empezar a hacer diseño no es egresando, es tal vez 10 años después. Antes estás practicando”, sentencia Ariel, que abandonó la carrera de Diseño Industrial al no coincidir con las “verdades absolutas” que se enseñan en las aulas.

Ariel Rojo asegura que tratar de definir el estilo del diseño mexicano es complicado ante la diversidad de corrientes “artísticas” que se plasman como referencia visual, es imposible hablar de una identidad que una —incluso— al diseño creado en diferentes áreas de México.

“Hay que entender nuestro contexto, la realidad y el tiempo que estamos viviendo. Somos un pueblo rico en raíces e identidades. Sí hay cosas que pueden ser emblemáticas y se utilizan cuando haces un diseño mexicano y entenderlo en una cultura local, incluso para compartirla en el extranjero, pero querer definir un estilo de diseño es como querer meter a un elefante en un vasito”.

—¿Se ha sobre explotado la imagen de Frida Kahlo o los elementos indígenas para decir que es diseño mexicano?
—Utilizar el bagaje cultural que tenemos no está mal, lo que no está bien es que lo utilicemos y no entendamos qué estamos aplicando, ése es el gran problema. No está mal utilizar la herencia que le costó a miles de generaciones en la historia de la humanidad, el problema es que no escarbamos ni la primera capa para entender qué es lo que estamos usando.

—¿Qué es lo más sobrevalorado del diseño?
—La estética. Hoy en día diseñamos para los ojos y muy poco para todos los demás sentidos. He visto sillas que son tremendamente incómodas pero se ven muy bien en la foto, pero resulta que una silla es para sentarte y que tu cuerpo se relaje, ese es un gran error en el que la generación de lo visual, y me incluyo, a veces podemos caer.

—¿Sabemos pagar por diseño?
—En este país no hay una cultura de diseño. El problema no es que se sepa o no pagar por el diseño, es que la gente paga por el mal diseño, aceptamos malas calles, malos productos, aceptamos pésimas cosas cuando no deberíamos pagar por cosas así.

—¿Cómo se refleja la situación social en el diseño?
—Muchas veces el diseño puede estar volteando a un lado incorrecto, pero sí se ve en los objetos. La mejor traducción de una sociedad son los objetos con los que se desempeña. Esos objetos son el reflejo de lo que es a grandes rasgos la sociedad en la que estamos viviendo. Nuestro principio de trabajo es hacer las cosas mejor y de paso que sean bellas.

—¿Se puede ser original y estar en tendencia?
—La tendencia me parece de lo más aburrido del mundo, porque es lo que ya esperas, este concepto me parece anticuadísimo, obsoleto. Hoy puedes diseñar lo que se te dé la gana, pero se trata de entender nuestro contexto y si vivimos en ese contexto, entonces cuál es la tendencia. No la hay. Creo que la manera de hacer un trabajo original, lo primero es desligarse de esa necesidad de ego de decir que estás en tendencia. A mí me interesa hacer lo que dicta mi corazón y si eso se vuelve interesante para alguien más, a todo dar.

—¿Qué es lo que no te gusta del diseño?
—Yo intento ver las cosas con fallas, no me clavo tanto en la forma. Yo veo el diseño en capas, desmenuzado con otra capa de información. Lo que me molesta cuando estás viendo una copa, por ejemplo, y llega alguien pedante y te dice que es otra cosa, y por más que intentas escarbarle a la información, ese objeto resulta no ser nada, te están timando. Me molesta cuando el diseño es deshonesto.

—¿Cuál es la prioridad del diseño?
—El diseño es como un organismo, tiene muchas prioridades. El objeto tendrá funciones específicas, pero el diseño tiene muchos propósitos: tiene que vender, ser social, ser estético, ser artístico.


Proyectos en la puerta

Además de ser socio fundador del Abierto Mexicano de Diseño y de alistar la tercera edición, entre los proyectos de Ariel Rojo figura lograr que la Ciudad de México consiga el título de Ciudad de Diseño ante la UNESCO, así como un equipamiento urbano en Veracruz y una línea de muebles para una compañía trasnacional.

Así es, entre sus ejes de trabajo destaca su colaboración directa con la UNESCO para revitalizar el diseño artesanal y hacer uso adecuado de los recursos naturales de las comunidades indígenas habitantes de las áreas naturales protegidas de Calakmul.

“La gente es la primera en explotar de manera errónea e irresponsable las reservas, pero si generas programas para capacitar y que exploten de manera equilibrada estos recursos, ellos pueden generar su propia economía y tener una calidad de vida mayor. Empecé a trabajar con esta comunidad para a través del diseño darle más valor a sus productos y poderlos integrar al comercio justo”.

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