¡Villa Corona a todo volumen!

GUADALAJARA, JALISCO (12/ABR/2015).- A poca distancia de la perla tapatía se halla un municipio al que, desde el siglo pasado, se le conoce como “tierra de aguas termales y cuna de las bandas”; así, Villa Corona es un lugar con historia, cultura y colorido que recibe con calidez a sus visitantes y les ofrece un sitio ideal para el paseo o las vacaciones, en el que se puede disfrutar de los balnearios termales, sus bungalows, comida típica y la música de sus bandas.

Villa Corona limita al Norte con el municipio de Tala y San Martín Hidalgo; al Sur, con Atemajac de Brizuela y Zacoalco de Torres; al Oriente, con Acatlán de Juárez y, al Poniente, con Cocula. Al poseer un clima sin estación invernal definida y un régimen de lluvias durante los meses de junio, julio y agosto, resultan atrayentes al turista sus arroyos (Zarco, Colorado, La Compuerta y Corral Falso), la Laguna de Atotonilco y los manantiales de aguas termales —entre los que destacan Chimulco, Agua Caliente, El Tular, Las Delicias, Las Brisas, Las Termas y Los Veleros— así como las presas de Estipac, La Cañada, La Ciénega, Las Tuzas y El Tecuán.

Arquitectura, balnearios y ecoturismo

Para quien pasea por el pueblo, lo esencial es visitar sus antiguas edificaciones; primero, el templo de la Virgen del Rosario, de origen franciscano, cuya construcción inició en 1624. Más célebre aún es el templo de la Virgen de Lourdes, cuya capilla y salones son obra del trabajo de la familia de Jesús Navarro que, desde 1939, comenzó a extraer arena de una gruta y modeló los recintos actuales, los salones con pilastras y la arquería. Otras de las construcciones que destacan son el Templo de La Purísima, el Templo franciscano de Atotonilco el Bajo y el casco de la Ex Hacienda de Estipac, construida en 1890.

Los atractivos turísticos del lugar más conocidos son los balnearios de aguas termales, pensados para todo tipo de bolsillos y que cuentan con una gran tradición en la zona, al punto que atraen al turismo estatal e incluso nacional.

La Laguna Villa Corona –a sólo 3 kilómetros del pueblo– permite disfrutar del paisaje, practicar la pesca, la navegación y otros deportes acuáticos; de igual modo, poco antes se halla Arroyo Hondo, lugar ideal para el ecoturismo y los deportes extremos, con una gruta natural donde se puede practicar rappel, espeleología y observación de flora y fauna.

Fiesta, gastronomía y bandas

Otros atractivos de Villa Corona se relacionan con las artesanías pues, con el tule de las lagunas se fabrican petates, sopladores y, en menor cantidad, sillas de madera con los asientos y respaldos de este material; lo habitual es visitar el sitio y apreciarlas más durante las festividades tradicionales del poblado, como la fiesta de la Virgen del Rosario, el tercer domingo de noviembre; los diez días de la Feria de la Amistad (con corridas de toros y peleas de gallos diarias, todo noviembre).

La gastronomía es célebre por su gran variedad de platillos preparados a base de pescado, sea dorado o en adobo, aunque se acostumbran también el ceviche y el caldo michi; a eso se suman la birria de chivo y la de ternera, el pozole y el menudo, todos ellos guisos de origen indígena que aún se elaboran en la región.

Por otro lado, la Plaza principal es un sitio para bailar porque, al ser conocido como “cuna de la banda”, Villa Corona cuenta con distintas agrupaciones que hacen las delicias de los visitantes, en una tradición popular que se ha proyectado internacionalmente gracias a grupos del lugar como la “Banda Machos”, “Raúl Ortega y su Banda Arre” y la “Banda Maguey”.

TRASLADO

Para llegar

Para llegar a Villa Corona desde Guadalajara se debe tomar la Av. López Mateos con dirección a Tlajomulco, hasta salir a la carretera y dirigirse a Acatlán de Juárez, para luego desviarse ahí hacia Barra de Navidad, por la carretera Federal 80.