Martes, 23 de Abril 2024
Suplementos | Están llamados a votar cinco millones 366 mil 082 ciudadanos

Jalisco en tres claves electorales

En estas elecciones intermedias el trabajo de Aristóteles Sandoval será calificado y el jurado estará constituido principalmente por jóvenes

Por: EL INFORMADOR

Los jóvenes serán, por acción u omisión, un elector clave en 2015. Cuatro de cada 10 electores en Jalisco tiene menos de 29 años. EL INFORMADOR / ARCHIVO

Los jóvenes serán, por acción u omisión, un elector clave en 2015. Cuatro de cada 10 electores en Jalisco tiene menos de 29 años. EL INFORMADOR / ARCHIVO

GUADALAJARA, JALISCO (16/NOV/2014).- Faltan menos de siete meses para las elecciones y todo está en el aire. Jalisco enfrenta una jornada electoral que presenta una característica novedosa: se ha roto el bipartidismo por primera vez en unas elecciones intermedias. Están llamados a votar cinco millones 366 mil 082 ciudadanos (lista nominal al 7 de noviembre). De esos, 51% son mujeres; 16% nacieron fuera de Jalisco; la mitad tiene menos de 39 años; uno de cada tres tenía menos de 10 años cuando el PAN ganó el poder en Jalisco, y poco menos de la mitad no era mayor de edad cuando el PRI perdió el Gobierno del Estado en 1995. Estas son las principales fotografías de una lista nominal de electores que creció más acostumbrada a la pluralidad y a la diversidad de partidos políticos que al verticalismo y autoritarismo del viejo régimen.

Sin embargo, las elecciones intermedias tienen sus características particulares: baja participación ciudadana, más importancia de la marca partidista que de los candidatos, voto de castigo a los gobernantes en turno. Solamente un gobernador, tras la alternancia en 1995, ha podido refrendar toda la Zona Metropolitana de Guadalajara (ZMG) en una elección intermedia: Alberto Cárdenas. Francisco Ramírez Acuña perdió en las intermedias Zapopan, Tlaquepaque y Tonalá contra el PRI, y Emilio González Márquez perdió toda la ciudad a manos del PRI y de la alianza PRD-Convergencia-PT. Las elecciones intermedias son un plebiscito sobre los gobernantes en turno, por lo que en democracia se cuentan con los dedos de una mano aquellos gobernantes que han logrado pasar la aduana sin perder buena parte de su fuerza política.

 La tasa de participación ha sido una resbaladilla en los comicios intermedios: en 1991 votó 69% de los electores, mientras que en 2009 solamente 52%. Es decir, en 18 años, la tasa de participación se desplomó 17 puntos porcentuales. Ante esta realidad, y siendo la primera elección intermedia sin el dominante bipartidismo en Jalisco, ¿qué factores serán fundamentales para la definición de la contienda de 2015?

La tasa de participación: ¿Una elección de estructuras?

En 2009, Jalisco alcanzó el nivel más bajo de participación de su historia electoral: 52 por ciento. Esto quiere decir que uno de cada dos jaliscienses  no salió a votar. ¿Pocos votos a quién favorece? A los partidos que tienen más estructura en los municipios o en los distritos. Es decir, con pocos votantes, el llamado “voto duro” (el votante que siempre sufraga por el mismo partido) toma aún mayor relevancia.

De los 20 distritos electorales, haciendo un análisis de los últimos resultados en elecciones intermedias, podemos decir que siete son bipartidistas competitivos (PAN y PRI); once son dominados por un solo partido que resulta el hegemónico (PAN, PRI, MC) y dos muestran resultados de tres partidos competitivos o mucha fragmentación del voto- el cinco y el uno. Los distritos bipartidistas son el ocho del poniente de Guadalajara (que podría ser hasta tripartidista en esta ocasión), el 14 de Guadalajara, el 15 de La Barca, el 16 de Tlaquepaque, el 17 de Chapala-Sierra del Tigre y el 18 y 19 con cabecera en Autlán de Navarro y en Ciudad Guzmán. Los distritos “duros” de cada partido, PRI: cuatro y seis de Zapopan; nueve, 11 y 13 de Guadalajara; y el 20 de Tonalá. El PAN tiene el 3 de Los Altos, 10 de Zapopan, 12 de Guadalajara y el 2 de Lagos de Moreno. MC, por su parte, tiene hegemonía en el 7 de Tlajomulco y compite en el 5 de Puerto Vallarta, así como en los distritos metropolitanos, sobre todo del Poniente de la ZMG. Los datos no indican que no puedan perder dichos distritos, pero sí arrojan que estos partidos tienen una base electoral amplia.

Así, con este escenario de equilibrios políticos, la tasa de participación debe alcanzar el umbral de 62-65% de votantes para que las estructuras y movilización influyan, pero no sean determinantes. Sólo en los distritos o municipios donde habrá tres partidos en competencia, el PAN y el PRI que compiten en casi todos, y MC que sobre todo en la ciudad es una marca competitiva, la tasa de participación será una clave para analizar las posibilidad de cada uno de los partidos. Hay que decirlo, un porcentaje de participación tan alto no se logra en ninguna intermedia desde la elección de 1997, en donde en Jalisco hubo un tímido tripartidismo ya que el PRD sacó un resultado histórico en Guadalajara (obtuvo 15% de los votos) debido al arrastre de la victoria del Ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas en la Ciudad de México y la pérdida de la mayoría absoluta del PRI a nivel de  Cámara de Diputados. Un porcentaje de votación así implicaría que salgan a votar más de 3.5 millones de jaliscienses (un millón más que en 2009).

¿Un escenario tripartidista competitivo podría empujar el porcentaje de participación hacia arriba?

Pensaríamos que sí, sin embargo hay algunas consideraciones a tomar en cuenta. Las últimas elecciones en cuatro estados de naturaleza tripartidista no demuestran un incremento real en el número de votantes: Morelos (49%), Veracruz (47%), Michoacán (42%) y Nayarit (45%). Es decir, el tripartidismo no es sinónimo, en sí mismo, de mayor participación. Esta relación se explica porque incluso a nivel federal, en la Presidencial o en las gubernaturas, es muy raro que se juegue a tercios hasta el día “D” —excluyendo la elección de Michoacán en 2011—, sino que se juega a dos vueltas: primero para definir al retador del puntero y después para definir la elección.

El juego a tres bandas en la Zona Metropolitana de Guadalajara

No es secreto para nadie que una forma de dividir a los electores es por votantes oficialistas y de oposición. En el caso  de México, el partido que gobernó siete décadas ininterrumpidas, el PRI, también generó una identidad en el votante: voto “duro del PRI vs. Voto anti-PRI (las alianzas PAN-PRD en distintos estados del país se explican bajo este razonamiento). Dice el historial electoral que enfrentamientos bipartidistas, en donde los electores se dividen exactamente en dos bandos y la oposición se configura sólo en torno a un partido, son “criptonita” para el PRI. Sin embargo, también resulta del análisis de los datos electorales que un escenario tripartidista competitivo suele convenirle al PRI, sobre todo cuando es Gobierno y la oposición va dividida a las urnas. Un escenario, éste último, probable para Guadalajara.

Este debate es relevante sobre todo para la ciudad. Al interior del Estado, las dinámicas son básicamente bipartidistas y quitando algunos pocos municipios con tres partidos, la realidad es que al interior del Estado veremos pocos escenarios tripartidistas (Puerto Vallarta, Tala y pocos más). En la ciudad otra cosa será. Guadalajara y Zapopan, particularmente, podrían tener hasta a tres partidos por encima de los 20 puntos porcentuales, por lo que a menos de que la tasa de participación se eleve por encima de los 60 puntos, Guadalajara se podría ganar con 250 mil votos y Zapopan con 200 mil  (en 2009 lo ganó el PRI con 161 mil votos). Incluso en Tlajomulco, un municipio que ha refrendado MC (aunque la primera vez como PRD-Convergencia y PT), los “naranjas” obtuvieron 54 mil votos (44%), pero tanto PRD como PRI y PAN obtuvieron cada uno más de 20 mil votos.

La pregunta más relevante es si, cómo sucedió en Michoacán en 2011, las tres opciones llegan con posibilidades reales de ganar, en cualquiera de los municipios metropolitanos, a finales de mayo e inicios de junio del siguiente año. Es difícil pronosticar si como han sido las carreras presidenciales o las elecciones a gobernador en muchos estados, la elección será a dos vueltas y al final sean sólo dos candidatos los que se disputen las alcaldías de Guadalajara, Zapopan, Tlaquepaque, Tonalá y Tlajomulco. Es decir que quede al final  toda la oposición configurada en un partido de oposición que capte el llamado “voto útil” y el partido en el Gobierno en otro de los polos electorales. ¿Cuál será la dinámica? He ahí la cuestión.

Los jóvenes, ¿acudirán a las urnas?

Los jóvenes serán, por acción u omisión, un elector clave de los comicios de 2015. Cuatro de cada 10 electores en Jalisco tiene menos de 29 años, situación inédita. Sin embargo, aunque el joven es fundamental, la realidad es que es el segmento poblacional más abstencionista. Los datos son contundentes, en elecciones intermedias: siete de cada 10 jóvenes en edad de votar (18 a 29 años) se quedan en su casa. No les interesa la política ni los partidos, no encuentran respuestas en las urnas.
No queda claro si en este caso el escenario será distinto. En la elección presidencial de 2012, como señalan las encuestas de salida, ya existió un rebote al alza de los votantes jóvenes, sobre todo llevados por la agenda fresca de un movimiento como el “Yo Soy 132”. En Zapopan, uno de cada tres electores llamados a las urnas tiene menos de 29 años y 53% son menores de 39 años. En Guadalajara, la cifra es un poco menor: uno de cada cuatro es menor de 29 años. Lo interesante es que el segmento que tiene entre 20 y 29 años creció de forma importante con relación a las elecciones intermedias de 2009.

¿Qué incentivos habría para que los jóvenes salieran a las urnas en estos comicios? A siete meses de distancia, muy pocos. Los temas que atraen a los jóvenes no se encuentran sobre la palestra pública: empleo juvenil, apoyo a universidades públicas o estrategias para combatir la inseguridad que afecta principalmente a los jóvenes. Problemáticas como Ayotzinapa generan una disyuntiva: ¿Saldrán los jóvenes a expresar su opinión o descontento por el contexto en el que vivimos a través de apostar por uno u otro partido o simplemente manifestarán su oposición anulando o con la abstención?

Las elecciones se definen por una multiplicidad de factores en donde resultarán fundamentales: si hay o no una alianza entre PAN y PRD, por cuál municipio competirá Enrique Alfaro en la siguiente elección o cuáles serán los candidatos del PRI en los municipios metropolitanos. Incluso, la selección de candidatos y la habilidad de los partidos políticos para que no haya rupturas internas. Es decir, una cicatrización eficaz. Sin embargo, concentrándonos en el elector, la tasa de participación, las disyuntivas por el tripartidismo y el involucramiento político de los jóvenes serán claves esenciales para leer los resultados de 2015.

Temas

Lee También

Recibe las últimas noticias en tu e-mail

Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día

Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones