Armonía en tu piel

Dra. Carmen Covarrubias • 36 11 07 88
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Acné, un padecimiento severo

El acné es una enfermedad inflamatoria del folículo sebáceo más común en los adolescentes, pero también se presenta en adultos, tanto en hombres como en mujeres, y en algunos casos graves afecta la cara, el pecho y la espalda, dejando marcas de por vida.
Existe un gran número de factores que predeterminan un acné severo: historia familiar, estrés, tabaquismo, y últimamente, algunos estudios relacionan el rol de la dieta y acné por medio de alimentos industrializados con alto contenido de azúcares, carbohidratos refinados, alimentos fritos y lácteos.
El acné requiere de muchos meses para su control y es razonable el impacto psicológico que tiene en las personas que lo padecen. La imagen del cuerpo es muy importante y cuando se tiene acné se produce una insatisfacción corporal, que impacta sobre todo cuando afecta la cara, provocando en algunas personas efectos psicológicos negativos en sus vidas.
Los efectos psicológicos negativos sobre la propia imagen, ocasionan frustración sobre la apariencia pública, principalmente si las lesiones residuales del acné provocan la desfiguración en la cara, el pecho o la espalda. En otros casos, ante esta situación clínica se puede requerir de tratamiento psiquiátrico o psicológico dependiendo de la severidad del acné y de sus manifestaciones psicológicas en el paciente.
Ante una visible enfermedad en la piel, cada persona lo manifiesta diferente, dependiendo de la autoestima que se tenga. Para unos pacientes el impacto psicológico es tan fuerte que afecta su calidad de vida y puede llevarlos a una fuerte depresión, que tiene que ser identificada y tratada, evitando complicaciones.
Los síntomas que pueden orientar para saber si los pacientes tienen impacto psicológico negativo son irritabilidad, acciones temperamentales, poco interés, negatividad, afectación del sueño, problemas escolares, mayor estrés, baja autoestima y somatización.
A veces sucede que el paciente ya tiene síntomas de depresión sub-clínica, antes del surgimiento del acné y éste podría empeorarlo.
La enfermedad psicológica en quienes tienen acné se debe percibir y tratar oportunamente y darle la importancia como si fuera cualquier otra enfermedad.
Normalmente los adolescentes se caracterizan por estar en un periodo de inestabilidad psicológica de manera natural, sin que esto requiera de tratamiento psicológico, para ellos es importante tener una buena imagen física.
En conclusión, no hay que trivializar los síntomas psicológicos que pudieran presentar los pacientes con acné, sobre todo, en los casos más severos. Es primordial atender los casos de manera integral, no únicamente dermatológicamente, sino también psicológicamente aumentando su autoestima y mitigando sus sentimientos emocionales.