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La reforma en telecomunicaciones se queda corta

Gabriel Mariotto, vicegobernador de Buenos Aires y promotor de la ley de medios argentina, cree que el cambio es positivo, pero que le faltó ambición

Por: EL INFORMADOR

Mariotto vicegobernador de Buenos Aires, Argentina.  /

Mariotto vicegobernador de Buenos Aires, Argentina. /

GUADALAJARA, JALISCO (07/SEP/2014).- Más que un político, Gabriel Mariotto habla como un académico. Como un profesor. Se mueve entre conceptos y relaciones causales que suelen ser invisibles para el ojo del político común. Va a las causas más que a las consecuencias, no cede ante la tentación siempre presente del pragmatismo. No hay ni un esbozo de posibilismo en sus palabras, ni un atajo recurrente como el “esto pudimos hacer” o “hay que ser realista”.

Es un hombre convencido del proyecto que encabeza la presidenta de la República de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner. Es una especie de “reformismo radical” o, mejor dicho, un reformismo de las causas. Siempre en busca de la raíz de los problemas: la inseguridad proviene de las condiciones sociales y educativas; la desinformación proviene del inequitativo reparto de las oportunidades mediáticas y la pobreza de una condición estructural de exclusión. Si Max Weber hizo una separación entre hechos y valores en su famoso libro El político y el científico, en Mariotto no hay una separación: su análisis está completamente influido por su concepción sobre el proyecto político y la ideologización de sus opiniones.

“La imagen que reproduce buena parte de la prensa internacional se encuentra cimentada en el análisis que hace una parte de la prensa de Argentina sobre el país y el proyecto político de Cristina Fernández. No es una opinión imparcial, sino la deformación de la realidad. Se sienten perjudicados porque decidimos democratizar el acceso a la información y darle una tercera parte al mercado, a las empresas con fines de lucro; una tercera parte al Estado; y otra tercera parte a las asociaciones civiles y al tercer sector”, menciona Mariotto en el tema que realmente le apasiona.

Y es que Argentina emprendió una de las reformas en materia de telecomunicación más importantes de los últimos 20 años en América Latina. Si bien Venezuela, Ecuador y México también han tenido sus proyectos de reforma, el modelo argentino figuró a nivel internacional por su originalidad y su ambición. Fue bautizada como la “Ley Clarín” y generó un debate intenso tanto en Argentina como en muchos países occidentales. Basta ver los titulares de la prensa de esos días. “Cristina maniobra para debilitar al Grupo Clarín” tituló el diario español El País o “Los ataques contra la Prensa de los Kirchner” publicó en su momento The Economist, el semanario inglés especializado en temas de política internacional.

Hay que decirlo, Kirchner dista mucho de ser el tándem querido por una parte de los empresarios, la prensa y los inversionistas del mundo. Sus decisiones han sido difíciles de procesar para muchos medios de comunicación. La Ley de Medios fue interpretada más como una forma de debilitar a un conglomerado mediático que se oponía a sus políticas que como una apuesta democratizadora que tenía que afectar intereses. “Nosotros creemos que la Ley de Medios ha tenido consecuencias muy positivas. Se ha democratizado la información y ahora tenemos alternativas que antes creíamos impensables. Hasta una nueva cultura de información que apoya el proceso de integración a América Latina, algunas ideas que se encontraban en la sombra con un modelo hegemónico que censuraba y decidía qué transparente y qué no”.

Un modelo que venía desde la dictadura

Así, para Gabriel Mariotto dos cuestiones eran inentendibles del modelo de telecomunicaciones en Argentina: en primer lugar que siguiera vigente una ley de medios originada en la dictadura militar sangrienta del país del Cono Sur y segundo, que los ciudadanos no vieran la censura en un modelo de medios que monopolizaba un solo jugador; es decir, una censura con un origen económico y no necesariamente político. “Recordábamos la censura de la dictadura y la entendíamos, pero no nos poníamos a pensar que la concentración es otra forma de censura. Nunca la veíamos de esa manera. Concebíamos la censura sólo desde el aparato del Estado, pero no desde el modelo económico que sustentaba el mercado”. Ante esto, los Kirchner se han caracterizado por el enfrentamiento con agentes económicos con mucho poder que habían sido intocados en el pasado y que representaban una afrenta a su poder: ahí están los grandes terratenientes con los impuestos a la producción o la reforma al Poder Judicial.

Mariotto no rehúsa una opinión sobre la ley de telecomunicaciones en México. Ante la pregunta, piensa bien sus palabras y no aventura una opinión crítica automática. Es como si todo ese riesgo que toma en sus opiniones sobre su país, no se traduzca en los mismos arrojos cuando habla de México, el país en el que está por unos días. Sin embargo, la considera corta sobre todo en el acceso a la distribución de espacios. “Siempre es importante reconocer los avances, en México tienen un problema similar al nuestro en la Argentina: una concentración de poder en manos de pocas empresas que dificulta la pluralidad de voces informativas. Creo que faltó ambición en la democratización del espectro de los medios de comunicación. En Argentina hemos tenido muchos efectos positivos con nuestro modelo. Es un modelo “made in” Argentina; es decir, a nadie se le había ocurrido una división así, en donde todos tuvieran una parte proporcional del acceso a medios de comunicación”.

La reforma en telecomunicaciones en México tenía como uno de sus objetivos romper un mercado que ha estado oligopolizado por pocas empresas desde su creación. Es decir, México no ha conocido un mercado competitivo, un mercado donde muchas empresas compitan por los consumidores a través de precios más accesibles y mejor servicio. Los objetivos de esa competencia eran mejores precios y mejores servicios, aunque el mejoramiento de los contenidos sólo era una consecuencia tangencial. Así, a diferencia de lo que sucedió en Argentina, la famosa democratización del acceso a la información no fue uno de los cimientos de las reformas.

“En Argentina había un conglomerado que era capaz de hacer lo que quisiera y no nos dábamos cuenta del poder que tenían. De poco en poco se viene abriendo el mercado y con eso también nos hemos hecho más democráticos”.

Un aspirante a la gubernatura

Gabriel Mariotto es uno de los “suspirantes” a ser el mandamás de la provincia de Buenos Aires, una escalera a la Presidencia. Mariotto es un seguidor de las ideas del tándem Kirchner, y su proyecto está atado a las directrices de una pareja polémica a nivel internacional. Mucho se ha escrito y se ha dicho de sus gobiernos desde hace una década, la prensa nacional e internacional mira su proyecto con escepticismo o con mucho anhelo.

“Para mí siempre fue fundamental entender que el proyecto político debe ir más allá del alumbrado, barrido y limpieza que suelen ser las atribuciones de un Gobierno de provincia. Por eso, desde que llegamos nos hemos ido a temas como los polos industriales, la formación académica, la promoción de las ciencias duras y su estudio, darle valor agregado a la producción. A mí me toca ser vicegobernador de ese proyecto político. Buenos Aires es la hermana mayor de todas las provincias”.

Y entre todos los temas que se discuten, uno sobresale de forma importante: la idea de mover la capital de Argentina de Buenos Aires a otra ciudad como Santiago del Estero. Responde concreto ante esta cuestión, sin rodeos y más basado en los conceptos que en la retórica. “Hay que reflexionarla, es una idea que empieza a tener importancia pensando en el cambio y en la descentralización. Es importante en un cambio para que se reduzca esa distorsión entre centro y periferia”. 

En el caso de sus ambiciones es directo: todavía no es tiempo y si se deja llevar por eso sólo va a privilegiar la agenda mediática que no siempre es la más importante. El nombre de Gabriel Mariotto no sólo se ha consolidado en materia de comunicación y seguridad pública, también existe la posibilidad de que sea el sucesor de Daniel Scioli en la gubernatura de Buenos Aires. “Falta mucho. Me mencionó dentro de los posibles sucesores, en octubre de 2015 son las generales. Y hay que construir sin encapricharse y falta mucho”.

Gabriel Mariotto es una voz fresca para el debate sobre los medios de comunicación en México. Estará en Guadalajara a finales de noviembre para participar en el foro sobre medios de comunicación y difusión televisiva llamado “Tv Morfosis”. Seguramente ahí su claridad conceptual y su ímpetu democrático serán claves para debatir la construcción del mercado de los medios de comunicación que nace en México tras una reforma polémica.

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