Sé mamá, pero también mujer

CIUDAD DE MÉXICO (08/MAY/2014).- Perderse entre ser mujer, profesionista, hija, pareja y sobre todo mamá, es muy fácil. La entrada a la maternidad requiere borrar de tajo muchas de las actividades que, cuando estábamos solteras, eran un gozo.

Dentro de esta etapa, acciones que parecen pequeñeces se vuelven lujos; simplemente comer sin interrupciones, ir al baño sin ser solicitada, bañarse en más de cinco minutos o dormir de corrido y profundamente, son sólo algunas.

Amor propio

Una parte fundamental para no perderse como mujer al ser mamá es tener conciencia de que la maternidad no significa la completa abnegación hacia los hijos, sino asumir la responsabilidad de criarlos con amor; por ello, es importante:

Enseñar a los hijos a respetar los momentos que mamá requiere para su arreglo personal, comer o terminar alguna actividad.

No anteponer los quehaceres domésticos a los hijos, más si es una mamá trabajadora.

Los niños son menos exigentes cuando tienen su demanda de atención satisfecha; hacerles caso primero, calma su ansiedad por mamá; además, les da seguridad y hace más fácil realizar las labores hogareñas después sin tenerlos encima.

No sentir culpa por no satisfacer de manera inmediata las demandas de los hijos.

Tener toda la disponibilidad emocional para los hijos no implica dejar de quererse a una misma.

Permitir que nos falten al respeto o dejarse manipular por ellos porque los amamos y no estamos con ellos las 24 horas, es un error.

Las mamás también tiene vida sexual, nulificarla en pos de la maternidad, además de frustrante, es un mal ejemplo para los hijos que crecen con la idea de que la madre no puede tener vida erótica o que son seres asexuados.

El trabajo no debe ser rival de los hijos. Se les debe enseñar que ese espacio es una de las fuentes de estabilidad económica y de desarrollo personal de la mujer, pero a la vez hay que tener, todos los días, tiempo y espacio destinados exclusivamente para la convivencia con los hijos, dichas horas deben ser respetadas.

Evitar a toda costa ganar el reconocimiento social y familiar sobre nuestro desempeño materno.

Nada más estresante y que lleve al fracaso, que tratar de cumplir con lo que la sociedad marca como madre modelo o súper mamá.

Aceptar que en esta labor todas nos equivocamos es igual de importante que saber que todas lo hacemos lo mejor posible.