Martes, 19 de Marzo 2024
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¿Adicción al amor?, te decimos qué es y cómo tratarla

Existen diversos factores que pueden convertir a una relación de pareja en toda una pesadilla; a una parte la transforma en dependiente mientras que a la otra, en un accesorio

Por: EL INFORMADOR

Los adictos al amor son personas incapaces de poner fin a una relación perjudicial. HECTOR CASANOVA  /

Los adictos al amor son personas incapaces de poner fin a una relación perjudicial. HECTOR CASANOVA /

GUADALAJARA, JALISCO (16/ABR/2014).- “No puedo imaginar mi vida sin él. Vivo pendiente de sus llamadas, correos y todos sus movimientos en redes sociales. He llegado a pensar que si me deja, no podré volver a amar a otra persona. En pocas palabras, yo por él dejaría todos mis sueños”, este es el testimonio de Sofía Macías de 19 años, quien es co-dependiente de su novio; de hecho, se asume como adicta al amor “no sé estar sola”, comenta.

La psicóloga Rosa Cárdenas señala que la actitud de Sofía ya es una patología, “siempre necesitamos a quien amamos, pero si esa necesidad se convierte en algo enfermizo, nos hace esclavos de ella, nos convertimos en un apéndice de la persona amada, no en un verdadero compañero; en ese caso estamos hablando de una adicción”.

Los adictos al amor son personas incapaces de poner fin a una relación perjudicial. No se resignan a la ruptura, permanecen inexplicablemente en una relación absurda.

“Mi consejo es que una persona no debe esperar a desenamorarse para terminar la relación. Las personas adictas necesitan aprender autocontrol para que aún necesitando la “droga”, sean capaces de luchar con la urgencia. Lo mismo ocurre tanto con la adicción afectiva, a la comida, al sexo, entre otras. Hay que alejarse de ese placer momentáneo para disfrutar a medio plazo de una satisfacción mayor, liberarse de esa esclavitud. Cuando uno comienza a independizarse, descubre que lo que lo que sentías por él no era amor, sino una forma de adicción psicológica. Hay que liberarse de él o de ella sintiendo que lo quiere, pero que no le conviene”, explica la doctora Cárdenas.

Es importante recordar que querer algo con todas las fuerzas no es malo, convertirlo en imprescindible, sí lo es. Una persona apegada nunca estará preparada para la perdida, no entiende la vida sin su fuente de seguridad o placer. Si hay síndrome de abstinencia, hay apego.

Y detrás de todo apego está el miedo. “Y el miedo esta originado por algo más que aún está detrás. Si tienes miedo a deprimirte cuando te quedas solo, estarás apegado a quien te haga compañía”, apunta Rosa.

Entre las consecuencias a la adicción al amor, enlista la doctora Cárdenas, está vivir con estrés y temor; además, la persona que padece la dependencia suele destruir su propia identidad en nombre de su pareja. En pocas palabras, elimina todos sus niveles de autoestima.

¿CÓMO IDENTIFICARLO?
Señales del adicto al amor


Está claro que a todos nos cuesta asumir que una relación de mucho tiempo ha acabado, pero normalmente, tiempo más tiempo menos, acabamos por dar el paso y dejarla atrás.

Pero cuando la insistencia por vivir aquellas experiencias de recompensa, como una reconciliación tras una fuerte discusión, o el sexo después de un problema, se vuelven una constante, y no somos capaces de imaginar la vida sin esa persona, a pesar de que con él/ella resulte un infierno, estamos ante una relación problemática.

La psicóloga, Mina Shterenberg   realiza un listado con las señales que demuestran que existe una adicción al amor :

Elección frecuente de parejas incorrectas con patrones de conducta similares: dificultad para comprometerse, narcisistas, manipuladores y dominantes.

Amor excesivo y casi ciego, que impide ver los defectos o problemas del otro.

Relaciones conflictivas en las que los problemas son una constante, pero al mismo tiempo hay importantes factores de recompensa como el buen sexo.

Tendencia a elegir parejas inestables que al mismo tiempo nos llevan al límite de la excitación o al fondo del sufrimiento. Una montaña rusa de emociones que nos hace adictos.

Desarrollo de un fuerte comportamiento de dependencia emocional con la pareja, que lleva a que la relación se vuelva asfixiante para uno o ambos.

Dificultad para imaginar la vida sin esa persona, lo que impide que nos separemos de él/ella.

Así funciona...
El amor y el cerebro


Aquello que llamamos amor es realmente un cóctel explosivo de hormonas que, con el tiempo y tras afianzar la relación puede dar paso a una unión que se prolongue con los años. Sin embargo, la mayor parte del tiempo no es así, y las personas acaban rompiendo su relación y continuando con su vida. El problema se da cuando la etapa de enamoramiento y desilusión se convierte en una constante en la vida de una persona, hasta el punto de parecer la norma en lugar de la excepción.  Todo debido a la forma en la que el amor actúa en el cerebro, produciendo tal estado de bienestar que el afectado se niega a superarlo o prescindir de él. En esta etapa es cuando se puede comenzar a pensar que alguien es adicto al amor o al estado de enamoramiento.

SOLUCIONES ANTE LA PROBLEMÁTICA
¿Qué hacer?


Tal y como se tratan otras adicciones, el primer paso es asumir, precisamente, que existe una dificultad. El adicto a las relaciones experimenta estos síntomas y vive con sus consecuencias relación tras relación, no se trata de un episodio puntual, de un mal de amor, sino de algo recurrente.  Por eso resulta difícil admitir que el problema no está en el entorno sino en uno mismo, pero una vez admitido la mitad del camino está recorrido. A partir de ese punto es importante acudir a la ayuda de un especialista.

Por su parte,  Shterenberg recomienda que si una persona ya aceptó que tiene una adicción y desea salir de ella, debe seguir estos pasos:

Olvídate de los problemas de la otra persona, ocúpate de tus asuntos y deja de mirar los de él o ella.

Deja de hacerte la víctima y evita ver al otro como el desvalido o protector (según sea el rol jugado en la relación).

Observa lo que le está sucediendo al otro para entender cómo él también está inmerso en esta adicción y sugiérele que busque ayuda.

No respondas a ningún bombardeo emocional; si la otra persona no quiere solucionar la adicción y trata de manipularte, la respuesta es sencilla: aléjate por tu bien.

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