Sábado, 20 de Abril 2024
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Teresa, la mexicana, trabaja en la UdeG

La mejor combinación para un trabajo productivo: pan, un calor sofocante que pueda dispersarse con unos ruidosos ventiladores y ''La reina del Sur'', con Los Tigres del Norte

Por: EL INFORMADOR

No, no es Kate del Castillo, sino ''La reina del Sur'', que habita una de las oficinas de la UdeG.  /

No, no es Kate del Castillo, sino ''La reina del Sur'', que habita una de las oficinas de la UdeG. /

GUADALAJARA, JALISCO (13/ABR/2014).- La música advierte que el terreno está minado: “El Güero le dijua a Tere/ Te-dejo-mi-celular/ Cuando loes-cuches prietita/ no trates de contestar/ es porque ya me torcieron/ y tu tendrásques capa-a-ar”, cantan unos Tigres del Norte tan a toda voz que parece que su acordeón está adentro de la cabeza de uno. Tengo, frente a mí, a Teresa la “Mexicana” en persona. Con más precisión tengo frente a mí a Teresa la tapatía, una secretaria de la Universidad de Guadalajara que me entregará un cheque bien habido por el cual esperé días de angustia y noches de terrible insomnio.

“Vaya con Teresita, que ella le paga”. Así me dice la recepcionista antes de mandarme a un concierto de un corrido que tiene los plomazos bien adentro de la batería.

“Teresita”, me acaban de decir y yo estoy comprobando que sí le queda el diminutivo.

Le calculo unos 40 años, 45 cuando mucho, y sabe por qué razón le calculo dos nietos. No ha de medir más de un 1.55. Sin ser obesa tiene el sobrepeso que provoca el ensillamiento de secretaria veterana. O vende pan o es una comedora compulsiva, porque sobre un altero de carpetas que yace en el piso, Teresita intenta esconder una charola panadera de lámina, con dos conchas de muy buen ver, perdidas entre un montón de migajas.

Pero no son su edad ni sus nietos imaginarios ni su estatura ni su talla ni su compulsión por el pan dulce los que hacen a Teresita ser así, con diminutivo. No. La cosa es que Teresita es una mujer muy amable —tiene voz de directora de preescolar—, muy risueña y usa un fleco de pocos pelos y una cola de caballo detenida con unas bolitas infantiles azul cielo.

Por eso es Teresita. Y por eso es que su nombre, así, chiquito, no cuadra con sus gustos musicales. No cuadra con ''La reina del Sur'', la que “con donSan-tiago Pisterra/ juntaron bastante gente/ comprando y vendiendo droga/ para los dos continente-es”.

Pero que las cosas no cuadren aquí es lo de menos. A Teresita, se nota, le gusta que Los Tigres del Norte canten su nombre bien recio.

Me pregunto si habrá aprendido las bases del oficio y las mañas contra el sopor en uno de los 27 centros comunitarios del DIF Guadalajara que ofrecen la carrera de Secretaria ejecutiva con computación. Me pregunto si ahí aprendió las cualidades que los empleadores le piden a las secretarias en páginas de internet, como Segunda mano: “Amable, alegre, organizada, dedicada, con iniciativa y de buen ambiente de trabajo”. Me pregunto si acá, en la Universidad, gana lo que allá, en la internet, se ofrece a cambio de tanta cualidad: apenas cuatro mil pesos mensuales.

Mi única certeza es que de buen ambiente de trabajo sí es, ya se oye. Hoy la oficina de Teresita o Teresa, dependiendo de quien diga el nombre, es parte de un galerón inmenso con techo de lámina galvanizada y separaciones de tablarroca. Adentro hace un calor de ese con el que las piernas se hacen de atole y los ojos se cierren por su cuenta. De no ser por los tres o cuatro ventiladores portátiles viejos que soplan, este lugar sería el averno. El problema, creo, es que el sonido de los ventiladores le hace competencia a la música. Ha de ser por eso que el corrido suena a todo. Ha de ser por eso.

El tema es que el ruido y la tembladera de los cristales, efecto de los decibeles, no le importan un carajo ni a Teresita ni a sus colegas.

Eso: aunque no parezca Teresita tiene colegas. Dos que deben cobrar de jefes están metidos en un cubículo pequeño de tablarroca y cristales que un arquitecto dispuso en una esquina de éste más grande que a su vez forma parte de otro.

Los colegas que andan con pinta de jefecillos visten de traje. En serio trabajan. Están muy concentrados en una pantalla que debe estar llena de números y nombres de los millones cobradores de los cheques pendientes de la Universidad de Guadalajara. Jefes y todo que son, mantienen la puerta abierta no se sabe si para que se salga el calor o para entren Los Tigres del Norte. Afuera, a escaso metro, metro y medio, dos metros de Tere, hay otras cuatro personas. Lo que pasa es que están todas escondidas tras una montañas de carpetas color crema y todas están muy atentas a los números. A diferencia de Teresita, que tiene un aspecto campesino de los años setenta, estos se ven más modernos.

Por un momento pienso que los Tigres del Norte y La reina del Sur están sólo en mi cabeza. ¿Combinan los Tigres con la contabilidad? De ninguna manera. Lo que escucho es el calor y el subconsciente, pienso; ya me volví loca. Hasta que aquel del escritorio de enfrente, el pelón que tiene aspecto de roquero cuarentón y trae camiseta de los Stones, empieza a silbar la tonadita de La reina del Sur; la del final; la que dice: “Un día de-sa-pa-reció Teresa la mexicana/ dicen que esta en la prisión/ Otros que vive en Italia/ en California o Miami/ en la Unión America-a-na”.

¿Le firmas aquí? Interrumpe Teresita, la tapatía, y me muestra una hoja donde dice que recibí el raquítico cheque. Mientras, con la mano izquierda, sin ver y en automático ella regresa la trayectoria del compacto que gira en una grabadora muy traqueteada. Vuelta a empezar con La reina de Sur: “Voy a cantar un corrido/ Escuchen muy bien mis compaaas/ Para la reina del Sur/ Traficante muy famosa/ Nacidallá en Sinaloa/ La tía Teresa Mendo-oza”.

Entonces me queda más claro. No huyó a Italia ni a California y mucho menos a Miami. Trabaja de secretaria en una oficina de la Universidad de Guadalajara y nadie la regaña porque todos conocen su verdadera identidad. Ésta que tengo aquí, enfrente, con su sonrisa de sandía y su fleco que pocos pelos, es Teresa, la de Los Tigres del Norte.

SABER MÁS

Sobre la “tal Teresa”

> “La reina del Sur” es una novela de Arturo Pérez-Reverte, que después se convirtió en una serie.

> Cuenta la historia de Teresa Mendoza, una sinaloense que se traslada a España, donde se envuelve en las redes del contrabando y narcotráfico.

> El autor dijo que los corridos de Los Tigres del Norte lo inspiraron.

> Los músicos, como gesto de gratitud, compusieron la canción “La reina del Sur”.

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