Miércoles, 24 de Abril 2024
Suplementos | San Blas esconde tesoros para el disfrute de todos

Quietud con aroma tropical

San Blas esconde tesoros para el disfrute de todos; sus olas atraen cada año a los amantes de la adrenalina

Por: EL INFORMADOR

De cara al oceáno Pacífico se encuentra este puerto en el que se disfruta unas buenas y placenteras vacaciones.  /

De cara al oceáno Pacífico se encuentra este puerto en el que se disfruta unas buenas y placenteras vacaciones. /

GUADALAJARA, JALISCO (29/DIC/2013).- Los contrastes que un destino de playa puede ofrecer a sus visitantes es precisamente lo que hace rico a un rincón como el puerto nayarita de San Blas.

Entre su historia de asombro, sus rincones poco explorados, la oportunidad de encontrar a sus alrededores sitios llenos de adrenalina y lo espectacular de sus esteros, este lugar es todo un “estuche de monerías”.

A sólo 62 kilómetros de Tepic se ubica San Blas, un puerto rico en amenidades para chicos y grandes, donde el asombro hace de las suyas para dejar en los vacionistas una experiencia de aventura muy diferente a lo que normalmente un destino de playa puede ofrecer; la riqueza natural y sus creaciones son algunos de los puntos fuertes de este rincón nayarita, así como la versatilidad para los distintos gustos.

Sobre las olas


De mayo a septiembre San Blas se convierte en “casa de huéspedes” de los amantes del surf. Algunas de las playas que rodean este puerto son el escenario perfecto para que la adrenalina de los surfistas fluya en todo su esplendor.

Entre los sitios que procuran los deportistas acuáticos se encuentra Bahía de Matanchen, conocida por tener las olas más largas y manejables del mundo, y que ofrece un rompimiento derecho y largo sobre un fondo de arena y rocas sueltas. Cuando esto sucede, la ola se puede montar hasta por más de un kilómetro, según refieren algunos surfistas.

Siguiendo por esta misma línea, aunque ya no es un sitio tan privado como Matanchen (considerada una playa virgen), está Los Cocos, una extensión rica en palmeras de coco de aceite y de agua, donde gracias a su continuo oleaje es socorrida por los surfistas.

A su alrededor puedes aprovechar y visitar para degustar la comida de la región, en plena playa: el pescado zarandeado y los camarones en distintas presentaciones son un plato que debes probar, pero no puedes irte de ahí sin haber comido el tradicional plan de plátano.

Otros puntos procurados por los practicantes de surf son las playas de El Borrego y Las Islitas, sitios muy similares a Matanchen y que son un distintivo de la adrenalina y el deporte en San Blas.

Un paseo entre cocodrilos


Parte de las postales naturales que ofrece San Blas tienen que ver con lugares que parecen de difícil acceso, pero que son ya un ícono de este puerto. Una de las bellezas de este lugar es La Tovara, un manglar donde la mano del hombre aún no hace de las suyas, y donde se ha tratado —con éxito— de respetar los caprichos de la naturaleza.

La Tovara posee una serie de canales naturales rodeados de árboles; ahí se ofrecen recorridos en lancha, y la experiencia se transforma en aventura cuando —a menudo— se pueden ver posando sobre una roca o nadando, cocodrilos de diversos tamaños, gozando de la vida en su hábitat natural.
Parte del recorrido incluye llegar hasta una parte donde se ha aprovechado para sorprender a los visitantes con la gastronomía de la región; el pescado y el marisco acaparan los menús.

Los restaurantes ubicados en esta parte de La Tovara forman una media luna; hay de dónde escoger, y la vista —mientras comes o disfrutas de una cerveza helada— la complementa un cocodrilario, dedicado a la exhibición cuidado y defensa de esta especie.

Un descanso en toda la extensión de la palabra

San Blas se ha distinguido entre sus visitantes como un sitio propicio para la relajación y el descanso pleno y su oferta hotelera hace énfasis en ello.

En el puerto, especialmente a sus alrededores, de no más de seis a 10 kilómetros de este sitio, existen diferentes opciones para lograr la tranquilidad que sólo este puerto puede ofrecer.

El concepto hotelero de las afueras de San Blas se define en hoteles de descanso, donde la radio, televisión y otras distracciones quedan fuera; el silencio reina en hoteles como en Casa Mañana, por mencionar algunos.

Cerro de San Basilio

En este lugar se originó el primer asentamiento español a principios del siglo XVII y propiamente fue también donde se fundó San Blas.

En el cerro de San Basilio se encuentran las ruinas coloniales más importantes de la costa del Pacífico: el antiguo Fuerte de San Blas, también conocido como la Contaduría y la iglesia de Nuestra Señora del Rosario “La Marinera”, que data de 1769 y en la que estuvieron las famosas Campanas de Bronce que Henry W. Longfellow inmortalizara en su poema póstumo Las Campanas de San Blas.

Esta ruina Colonial no se encuentra restaurada, pero bien vale la pena visitarla así como está; es preciosa la iglesia y abre una idea clara de la comunidad española que se asentó en San Blas por aquellos años.

A convivir con la fauna

La misma flora y fauna de San Blas, sus múltiples esteros, brazos de mar, entre otros, ocasionan que el puerto, especialmente sus playas, sea el lugar preferido de los mosquitos, mejor conocidos como jejenes. Los restaurantes, hoteles y otros sitios turísticos se preparan con estopa de coco para quemar y ahuyentarlos, pero lo mejor es ir preparado con una buena dosis de repelente, pues en pocos minutos, sobre todo cuando empieza a caer el sol, este mosquito hace de las suyas.

San Blas esconde tesoros para el disfrute de todos; sus olas atraen cada año a los amantes de la adrenalina

Temas

Lee También

Recibe las últimas noticias en tu e-mail

Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día

Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones