Miércoles, 24 de Abril 2024
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Belleza y tradición en San Miguel de Allende

El Pueblo Mágico pone a la orden diversos atractivos para derrochar energía

Por: EL INFORMADOR

Transporte. Un paseo en tranvía para echar un vistazo en las calles e historia de San Miguel de Allende. ESPECIAL /

Transporte. Un paseo en tranvía para echar un vistazo en las calles e historia de San Miguel de Allende. ESPECIAL /

GUADALAJARA, JALISCO (09/JUN/2013).- Hay vacaciones que no son para descansar. Existen días de asueto que sirven para exprimir hasta la última carga de energía en el cuerpo.

En San Miguel de Allende, las vacaciones invitan a cansarse de la manera más divertida, cultural y sabrosa que se pueda imaginar. En este Pueblo Mágico del Estado de Guanajuato –al menos en su primera visita– las actividades familiares y artísticas son tantas, que el itinerario del viajante sólo destina unos minutos para llenar nuevamente los pulmones con aire fresco, tomar un trago de agua para ahuyentar la fatiga y seguir la ruta.

San Miguel de Allende es un municipio que ostenta el título de Patrimonio Cultural de la Humanidad, designado por la UNESCO en 2008; además es un Pueblo Mágico de México, que asegura una experiencia única debido a sus actividades tradicionales y artesanales, aunado a su panorama arquitectónico y variedad gastronómica, digna de romper la más estricta dieta.

San Miguel de Allende es un destino ideal para quienes buscan ambientes naturales con altas dosis de misterio; basta con adentrarse en su red de túneles y callejones para entender el encanto antiguo que este municipio oferta al visitante, sobre todo, cuando la noche cae y sus calles empedradas se iluminan con tonalidades amarillas, rojizas y rosadas. Es un espectáculo visual asegurado.

Para un buen recorrido por las principales atracciones del territorio sanmiguelense, al menos se requerirán tres días para emprender un camino lleno de historias, leyendas, personajes ilustres, fincas centenarias y un menú de alimentos que va desde los platillos orgánicos hasta comida de alcance internacional que mezcla ingredientes extranjeros con los cultivos más mexicanos.

Otra forma de caminar


Aunque el Centro Histórico de San Miguel es relativamente pequeño –a diferencia de las ciudades metropolitanas– este municipio tiene un secreto que obliga a visitante a caminar lentamente cada centímetro de su territorio.

Para los turistas novatos, San Miguel de Allende cuenta con un tranvía que ofrece un cómodo recorrido por las principales calles del pueblo. Aunque el camioncito no avanza sobre rieles sino en modernos neumáticos, el paseo incluye a experimentados cronistas de la localidad que se encargan de revelar las leyendas e historias de cada finca, tradiciones y costumbres de los habitantes.

Desde las 10 de la mañana, el tranvía está listo para iniciar recorridos cada 40 minutos. Si la intención es fotografiar el paisaje e ir sentado, es necesario procurar ser de los primeros en subir al transporte para ocupar los lugares que están al “aire libre”, pues en el interior es un poco incómodo moverse para tomar las fotos.

Investigue en qué recorrido va Rosa Elena Cígala, su explicación es de la más claras y divertidas, además, de que le puede resolver sus dudas de orientación, horarios, servicios y cualquier otro dato de San Miguel de Allende.

Al pagar los 65 o 45 pesos por adulto y niño, respectivamente, el tranvía avanza a buen ritmo aunque el tráfico de las principales calles esté un poco cargado, aquí la regla vial es el “uno y uno”, por lo que no encontrará un festín de claxons tratando de apresurar al carro que ha cedido el paso a los peatones o demás automotores.

De todo un poco


Los colores patrios están hasta en la sopa, pero de ingeniosas maneras que crean un halo de orgullo y nacionalismo en juego a las tradicionales fachadas pueblerinas, las cuales deben conservar sus puertas de madera, ventanales de rejas, pintura amarilla/marrón/blanca, sin anuncios ni escaparates que manchen la arquitectura.

Para entender la personalidad de San Miguel de Allende hay que conocer su historia y vocación religiosa, elementos que dan razón a su nombre: San Miguel en honor a San Miguel Arcángel, y de Allende, en recuerdo de Ignacio Allende, militar mexicano nacido en este lugar que destacó durante el movimiento de Independencia.

“San Migue” –como algunos lo llaman– es un pueblo que fue fundado en 1542, por el fray Juan de San Miguel, un religioso que fue encomendado a intervenir en la colonización con los indígenas chichimecas, cultura que adoptó el concepto de San Miguel Arcángel, y en el cual, construyeron su fe espiritual a tal grado de nombrarlo como patrono de la comunidad.

La colonización española, el intercambio cultural y prehispánico son de los primeros temas explicados en el tranvía, después se pasa a los pasajes históricos del movimiento de Independencia, las fincas que participaron y sus remodelaciones actuales, mismas que se ligan a los túneles subterráneos y callejones, los cuales se tienen que recorrer a pie, pues la mayoría son tan estrechos que los autos no tienen acceso.

Uno de los puntos de mayor interés es el Museo Histórico, antiguo inmueble en el que se dice que nació Ignacio Allende, el 21 de enero de 1769. Los domingos la entrada es gratuita. También hay que visitar el Teatro Ángela Peralta, un recinto cultural inaugurado en 1873 y el cual rinde tributo al “ruiseñor mexicano”.

La cultura, el espectáculo y el glamour también se respiran en San Miguel, pues a pesar de ser un pueblo viejo, su popularidad atrajo a Mario Moreno “Cantinflas”, quien mandó construir el famoso Hotel Posada La Ermita, lugar en que se rodó parte de la película El padrecito, filme que también se centra en la Parroquia de San Miguel Arcángel y el campanario del Templo de San Francisco de Asís.

Festejo por lo alto


Cuando de verbena se trata, San Miguel de Allende rinde honor a su origen religioso cada 29 de septiembre, fecha dedicada a San Miguel Arcángel, en la que las fiestas patronales son conocidas nacionalmente por su espectáculo –de mínimo 30 minutos– de pirotecnia, con la que se busca representar aquella batalla que el ser angelado emprendió contra Lucifer.

Es impacto visual es enorme cuando se aprecia bajo la sombra de la parroquia de estilo neogótico –de picos hacia el cielo– que fuera construida y diseñada por Zeferino Gutiérrez, tratando de emular la silueta de la Catedral de Colonia, en Alemania. Este maestro del ladrillo y la cantera, también fue el creador del templo y convento de la Inmaculada Concepción, cuya cúpula se asemeja a la de Los Inválidos, de París, donde están los restos de Napoleón Bonaparte.

Sabor al aire libre

El próximo fin de semana, del 14 al 16 de junio, este Pueblo Mágico acogerá la primera edición de “Sabores del San Miguel”, un festival gastronómico que mostrará los platillos y bebidas más representativos del municipio, y cuya sede será el Parque Juárez. La intención es que los visitantes puedan degustar –con una cuota de recuperación de 20 pesos por menú– las especialidades de los chefs y productores locales, en las que los ingredientes tradicionales de México se mezclan con elementos de otras culturas.

Ángela Lewis, del comité organizador, explica que también habrá conferencias culinarias y espectáculos musicales.

El sábado será el día de los platillos gourmet, mientras que el domingo el tema será comida callejera del mundo. Los visitantes podrán charlar con los cocineros y conocer las recetas y técnicas de preparación.

Ésta es una buena excusa para celebrar a papá y de paso, acudir al desfile del Día de los Locos, en el que los habitantes, disfrazados, realizan caravanas.

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