Calixtlahuaca en el tiempo

GUADALAJARA,JALISCO (11/JUL/2010).-  México se caracteriza por una importante riqueza cultural, histórica y patrimonial. Prueba de ello son un sinnúmero de manifestaciones literarias, gráficas y hasta arquitectónicas.

En épocas prehispánicas las sociedades indígenas se encontraban asentadas en estructuras perfectamente diseñadas para su forma de vida que contemplaba rituales, alabanzas y adoraciones a sus dioses, con la llegada de los españoles las construcciones, al igual que la identidad y las creencias originales, se fueron perdiendo.
 
Los pueblos milenarios cuyos dogmas religiosos tenían una profunda relación con el universo y la vida terrenal, reflejaron sus creencias en construcciones imponentes que hasta la fecha dan testimonio de su fortaleza, no sólo física sino de espíritu. Pese a los cambios que sufrieron las formas de organización, el intercambio comercial, los dominios políticos y las jerarquías sociales, debido a la conquista, muchos de los monumentos, templos y poblados se mantuvieron erigidos para contar historias ancestrales de un pueblo que se caracterizaba por su ímpetu inquebrantable.

En varios estados de la república se encuentran sitios que narran acontecimientos del pasado, así como los procesos de fusión con la cultura española. Las zonas arqueológicas que relatan a cada paso la vida (y la muerte) de nuestros antepasados, son hoy un legado que atrae a propios y extraños para conocer los tesoros por los que México se da a conocer en el mundo entero. Y aunque muchas de éstas fueron destruidas, ya sea por el hombre o por el innegable paso de los años, historiadores y arqueólogos siguen encontrando indicios de ciudades enteras que han sido enterradas por el tiempo.

Las zonas arqueológicas del país pueden dar evidencia de las formas de vida que llevaban los pueblos mexicanos mucho antes de la incursión española. Arquitectura, pinturas, relieves, tallados y hasta restos humanos se conjuntan para narrar vivencias y llenar huecos en la historia de una nación de diversas etnias y destrezas y costumbres.

Entre los lugares de mayor importancia y reconocimiento arqueológico se encuentra Palenque en Chiapas. En Oaxaca, la zona arqueológica de Monte Albán; Chichén Itzá y Uxmal en Yucatán; El Tajín, en el Estado de Veracruz y en la zona central del país, destacan las pirámides de Teotihuacan con dos ostentosas y misteriosas construcciones dedicadas al Sol y a la Luna, acompañadas por el Templo Mayor.

Sin embargo, sin ser tan recurrida como las mencionadas zonas prehispánicas, la población de Calixtlahuaca reposa en el céntrico municipio de Toluca, al norte del cerro "La Teresona".

Una mirada a la historia

Los primeros habitantes de la región que hoy conforma Calixtlahuaca, fueron principalmente tribus nómadas que acampaban por temporadas para después abandonar el lugar, no sin antes dejar vestigios de su paso por éste. Posteriormente, los matlatzincas se asentaron  en la zona y fundaron un pequeño poblado que más tarde se vería influenciado por la cultura de los toltecas y finalmente dominado por los aztecas a principios del siglo XVI. 

En 1510 los matlatzincas, en su intento por liberarse de la fortaleza azteca, iniciaron un movimiento con la finalidad de desterrarlos, pero de inmediato Moctezuma II mandó destruir la ciudad, que quedó casi en ruinas, y sus habitantes se vieron obligados a emigrar, ocupando como destino final diferentes regiones del Estado de Michoacán.

Más tarde la zona fue repoblada por varios grupos indígenas que se encontraban dispersos y dedicaron sus días a la agricultura, la cría de varios animales y el levantamiento del pueblo.

En tiempos de la conquista de Cortés los misioneros construyeron una pequeña iglesia en el centro de la población, este templo se fue modificando al paso de los años y adoptó la forma que hoy mantiene. A su alrededor el terruño siguió creciendo como un poblado que en la actualidad alberga vestigios de lo que fuera un Calmécac, colegio para los jóvenes que se preparaban para ser  sacerdotes, guerreros, jueces, maestros o gobernantes, educándolos en historia, astronomía y otras ciencias como la medición del tiempo, música, filosofía, religión y valores morales.

El sitio, ubicado a 10 kilómetros de Toluca, deja ver las estructuras descubiertas hasta ahora, mismas que comprenden algunas edificaciones entre las que destaca el templo de Ehécatl - Quetzalcóatl, un levantamiento de planta circular, adosado a una plataforma que plantea cuatro etapas constructivas y en el que los cronistas narraron en sus manuscritos que sólo los templos dedicados a Ehécatl - Quetzalcóatl se diferenciaban de los otros por asemejar la corriente de los vientos; el templo de Tláloc, una pirámide de dos cuerpos con escalinata y el Tzompantli, de planta en forma de cruz y con piedras labradas; muy cerca de éste se puede ver el conjunto de templos, cámaras y pasillos alrededor de patios que conforman el ya mencionado Calmécac.

En la actualidad Calixtlahuaca es uno de los centros ceremoniales prehispánicos más relevantes de la región, que impone con sus construcciones y aporta más que sólo monumentos a la historia prehispánica de México.

¿Cómo llegar?

La zona arqueológica de Calixtlahauca se localiza en el Estado de México, dentro de los límites municipales de Toluca. Este asentamiento prehispánico se encuentra a 74 kilómetros al oriente del Distrito Federal y se llega a él por las carreteras 15 y 55. El espacio donde se encuentra corresponde al denominado Valle de Toluca.

PARA SABER
Calixtlahuaca es una palabra de origen náhuatl, calli significa casa e ixtlahuatl se traduce como llanura, por lo que, en conjunto, encuentran su significado como "casas en la llanura".