Libera tus piernas

Seas chaparrita, alta, delgada o robusta no importa, las várices aparecen por igual en todas las personas, no importando la edad, clase social, ni económica.

Las várices son venas enfermas que han perdido su principal función; transportar y distribuir la sangre a los músculos del cuerpo. El debilitamiento de la pared venosa ocasiona que la sangre se acumule en un solo lugar. La mayoría de las várices surgen en las piernas, ya que es en esa parte del cuerpo en donde se ejerce mayor presión sobre las válvulas de las venas, la cuales no logran soportar la fuerza de gravedad de la sangre y cambian.
Síntomas
*Pesadez y fuertes dolores en las piernas
* Cansancio
*Calambres
*Hormigueos
*Comezón
*Sensación de calor en la parte del hueso
*Hinchazón de tobillos y pies

Reflejo de un mal hábito
El uso inadecuado de ropa y calzado, así como una mala alimentación desde temprana edad, incrementan las posibilidades de desarrollar várices.
Obesidad: una dieta rica en almidones, azucares, así como el consumo excesivo de productos enlatados, causan impureza en la sangre, haciéndola pesada.
Ropa y zapatos altos: utilizar ropa demasiado ajustada y al igual que el calzado, principalmente los tacones, ocasionan  rigidez.
Alteración de hormonas: El uso excesivo de anticonceptivos hormonales, desequilibran las propiedades de la sangre.

¿Estética o necesidad?
Muchas mujeres prefieren dejar de usar mini faldas o pantalones cortos por temor a burlas, debido a que la sociedad, a catalogado de “feas” a las piernas que denotan las llamadas “venitas marcadas o arañitas”. Por lo que existen diversos métodos para disminuir  los efectos ocasionados por  la aparición y complicación de las várices.

El mal cuidado de las várices, puede generar complicaciones mayores a la antes citadas y es que al tratarse de una circulación importante, las piernas se tornan un problema mayúsculo en la vida diaria, a tal grado de llegar a la inmovilización de la misma. Por lo que es importante tener en cuenta que más que una cuestión estética, es necesario tomar las medidas de prevención antes que tener que padecer las siguientes enfermedades que progresan con el paso del tiempo:

Varicorragia: Hemorragia de una vena varicosa al exterior porque se rompe la piel dando lugar a una hemorragia externa, o al tejido celular subcutáneo dando lugar a equimosis o hematoma.

Varicoflebitis: Inflamación de una vena varicosa. Se manifiesta por dolor, enrojecimiento y palpación de un cordón duro en la zona afectada.

Trombosis: La formación de un coágulo en el interior de un vaso sanguíneo y uno de los causantes de un infarto agudo del miocardio (IAM). También se denomina así al propio proceso patológico, en el cual, un agregado de plaquetas o fibrina ocluye un vaso sanguíneo.

RECOMENDACIONES
Mantén una postura equilibrada al permanecer sentada, evita cruzar las piernas.
A la hora de dormir conserva las piernas en alto. Mantenerlas apoyadas sobre algo que esté por arriba de tus caderas, servirá para que la sangre pueda volver al corazón y no acumularse en las várices empeorando el dolor.

Consiéntete con un masajito. Si apenas comienzas con la aparición de las várices, es recomendable que apliques compresas de agua caliente y fría; intercambiándolas por 10 minutos casa una. Una vez hecho esto, eleva tus pies y con ayuda de otra persona o por ti misma, unta aceite corporal sobre la planta y dando suaves golpecitos deslízate por toda la pierna.

Haz ejercicio. Acostúmbrate a caminar 10 minutos al día, con ejercicios de calentamiento previos al inicio de tu caminata, agilizarán la circulación sanguínea del cuerpo.

EL INFORMADOR/ NORMA GUTIÉRREZ