La guitarra de Carlos Santana conquista a los tapatíos

ZAPOPAN, JALISCO (08/MAR/2012).- El tiempo es implacable y a nadie perdona. Pero hay casos excepcionales, en los que permite que los virtuosos conserven sus habilidades más allá de los ciclos reservados al hombre común, y uno de esos ejemplos es Carlos Santana, quien ayer por la noche ofreció un vibrante concierto ante ocho mil personas en el Auditorio Telmex.

Es cierto y evidente: tiene más canas (las que cubrió con un sombrero), y las arrugas han ido ganando espacio en su rostro, pero el nativo de Autlán conserva intacta la agilidad en los dedos, esos con los que le saca a la guitarra todo tipo de acordes, con ritmos que van de lo mexicano, viajan por el Caribe, se inspiran en África e incluso emulan al típico rocanrol americano.

En su concierto, él mismo disfrutó sobre el escenario, lo que de inmediato se contagió a los asistentes. “Buenas noches –saludó el músico al arrancar el concierto–, primero queremos darle las gracias a Dios porque estamos todos aquí, con la mente clara”.

Después del saludo, el guitarrista internacional agregó que la presentación iba dedicada a sus padres, quienes le inculcaron el amor por el arte sonoro.

Santana tomó la guitarra y sus manos fluyeron como el agua sobre el instrumento para hacer sonar las clásicas "Black Magic Woman", "Jingo", "Samba pa´ ti" y "Europa" entre  otras piezas que cimbraron el Telmex en lo que fue apenas la segunda presentación del jalisciense en el Estado que lo vio nacer en tres años.

Se trata de un regreso soñado para el músico, quien sobre el escenario parece ser capaz de doblegar y hacerse respetar por el juez más inflexible: el tiempo.