Independientes, con tendencia a quedar en tercero y cuarto lugar

GUADALAJARA, JALISCO (20/JUL/2015).- Luis Arturo de la Fuente compitió en las pasadas elecciones como candidato independiente a alcalde de Paraíso, Tabasco. Hizo campaña a bordo de un triciclo y con unas bocinas prestadas. Aunque se esforzó, los resultados no fueron halagadores. Contrario a los seis triunfos emblemáticos de independientes que hubo en el país –entre los que se cuentan el de Jaime Heliodoro Rodríguez “El Bronco” y Pedro Kumamoto–, Luis Arturo quedó en séptimo lugar.

De hecho, la mitad de los candidatos independientes que participaron en las pasadas elecciones fueron relegados al tercero (17), cuarto (32) y quinto lugar (14). El resto se reparte en posiciones todavía más abajo, de acuerdo con un análisis realizado por Periódicos Asociados en Red (PAR).
En contraste, de los 121 aspirantes independientes a nivel federal y estatal, sólo 10 se acercaron al triunfo al quedar en segundo lugar e incluso vencieron a candidatos de los partidos Acción Nacional (PAN) y el Revolucionario Institucional (PRI): se trata de contendientes a alcaldes en Yucatán, Sonora, Morelos, Nuevo León y Michoacán.

Mientras que en la elección federal, cuatro candidatos independientes a diputados también lograron posicionarse en el segundo lugar de la votación. Tres de estos casos se dieron en Sinaloa y uno en Hidalgo.

Roberto Duque Roquero, especialista en Derecho Constitucional y Electoral, afirma que las candidaturas independientes están mal reguladas en México. El experto considera que debido a los candados y requisitos dispuestos no es fácil para un personaje de la sociedad civil postularse, mucho menos obtener un triunfo.

El Congreso de la Unión, señala Duque Roquero, usó un modelo de partidos para regular este tipo de candidaturas, por lo que la ley establece que el financiamiento de los aspirantes independientes será considerado como partido político de nuevo registro.

Esto deja en una gran incertidumbre los recursos que recibe cada aspirante, así como los topes en gasto de campaña. Con esto, lo que ocurre es que si hay muchos contendientes, perciben una cantidad mínima de recursos, pero si hay uno o dos, entonces se les otorga más dinero.

El especialista expone que como ocurre en otros países, se debió legislar de tal forma que el financiamiento público de un candidato independiente sea la mitad del tope de gastos de campaña para el cargo al que se está postulando, y la otra mitad, financiamiento privado.

Pese a los pocos triunfos, pero emblemáticos, en algunos estados del país se busca imponer candados para los próximos procesos electorales y así frenar el crecimiento de una nueva competencia para la clase política.

En Chihuahua, el Congreso local aprobó que ningún candidato independiente pueda postularse si militó en un partido político durante los últimos tres años previos a la elección. En Veracruz también se colocaron candados, a quienes participen en procesos internos en un partido o coalición no podrán registrarse como independientes, aunado a que deben recabar al menos 3% de la lista nominal.

Los partidos “legislan contra ellos”

Luego del triunfo histórico de candidatos independientes, los partidos políticos se han encargado de poner restricciones a estas figuras.

Ernesto Hernández Norzagaray, politólogo y académico, pone un ejemplo sobre las restricciones que pusieron legisladores locales en Sinaloa. En ese Estado, para conformar un nuevo partido político es necesario contar con 0.26% del padrón electoral. Para ser candidato independiente a gobernador se demanda 2% de las firmas del padrón. El Congreso no aplicó la misma fórmula que utiliza para regular a los partidos políticos, señala el especialista.

Por su parte, Carlos Ugalde, ex presidente del otrora Instituto Federal Electoral, indica que se debe buscar un equilibrio en la legislación y no descartar que en los próximos años haya otros “experimentos exitosos”.

Una vez obtenido el triunfo, señala Ugalde, el verdadero reto es hallar una fórmula de interacción entre un gobernante sin filiación formal a un partido y el resto de actores políticos en un sistema de Gobierno.

Sobre este punto, Hernández Norzagaray indica que personajes bien organizados y que cuenten con reconocimiento social, ambición política y aval de organismo no gubernamentales, pueden poner en otro nivel las próximas elecciones.

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