Domingo, 28 de Abril 2024
México | Enfermedad le cuesta el empleo

Ocultan padecimiento del VIH por temor al despido

En la Junta Local de Conciliación y Arbitraje del Distrito Federal del año 2000 al 2010 han recibido cuatro denuncias por que los demandantes fueron despedidos por ser portadores del VIH

Por: SUN

“Toño”, como lo conocen, se encargaba de la seguridad en una tienda de ropa. EL UNIVERSAL  /

“Toño”, como lo conocen, se encargaba de la seguridad en una tienda de ropa. EL UNIVERSAL /

CIUDAD DE MÉXICO (31/OCT/2011).- En un pequeño cuarto de paredes azules, José Antonio López Pérez espera; quiere una disculpa pública y una liquidación conforme a la ley, luego de que hace más de un mes lo corrieran de su trabajo. La razón: su condición de salud. “Toño”, como lo conocen, es portador de VIH sida y en su trabajo se enteraron.

El 15 de septiembre “Toño” dejó de laborar en la tienda de ropa Armani Exchange México, ubicada en el centro comercial Antara Polanco, en la Delegación Miguel Hidalgo; desde hacía nueve meses él se encargaba de la seguridad de la tienda. Ese día, con engaños, le hicieron firmar su renuncia.

“Douglas Núñez Fernández, representante jurídico de la empresa Apoyo Profesional de Outsourcing, SA de CV., me llamó y dijo que quería hablar conmigo, que me presentara a la una de la tarde en sus oficinas de Naucalpan. Fui, llegué puntual y esperé más de una hora y media, cuando llegó aprisa me dijo ‘quiero que esto sea rápido porque tengo una audiencia; como ya se dio cuenta no le hemos depositado en el banco y es que hay un problema por eso le vamos a pagar con cheque y tiene que firmar aquí’”.

José Antonio tomó el bolígrafo, omitió leer los documentos y firmó, sin saberlo, su renuncia.

“Ya no es apto”


“Señor José Antonio quiero llegar a un arreglo con usted, me duele mucho decirle pero ya no es apto para estar en la tienda y usted sabe que la señorita Claudia (la gerente) y Ana Laura (la administradora) ya no lo quieren ahí”, le dijo el abogado.

“Cuando te dijeron que ya no usaras los baños los usabas, te dijeron que no tomaras agua en los vasos y tomabas. Lo que firmaste es tu renuncia”, terminó de argumentarle.

— Pero yo no estoy renunciando, respondió Toño.

— Por favor agarra el cheque que te estoy dando, te voy a dar una carta de recomendación y lo siento mucho pero ya no estás trabajando para nosotros, le respondió el abogado.

El cheque era por nueve mil 200 pesos, seis mil de ellos correspondían a su liquidación y el resto al pago de su última quincena.

Responde la empresa

José Antonio acudió al Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) y presentó una queja por discriminación contra sus ex jefes de la tienda Armani y la empresa Apoyo Profesional de Outsourcing.

En la contestación de la empresa se lee: “Es falso que se le haya prohibido el acceso al sanitario y mucho menos tomar agua dentro de las instalaciones. Apoyo Profesional de Outsourcing S.A. de C.V., tiene como política empresarial promover la total y completa inclusión y tolerancia hacia cualquier empleado que pertenezca a cualquier grupo en situación de vulnerabilidad. (...) El acto que origina la presente queja no debe ser calificado como acto de discriminación ya que nunca se observó por parte de ninguno de nuestros empleados conducta discriminatoria alguna, y el derecho al trabajo del quejoso no le fue negado ya que dicha relación fue terminada voluntariamente por el hoy quejoso”.

Además, el documento deja constancia de que “José Antonio ha observado conductas intimidatorias hacia el personal de la tienda, incurriendo en amenazas de muerte reiteradas en contra del personal que laboró con él, así mismo ha manifestado su intención de prender fuego a las instalaciones y obligar a los empleados que ahí laboran a sostener relaciones sexuales con el quejoso a efecto de contagiarles con su enfermedad”.

“Confesó” su padecimiento

José Antonio laboró desde el 26 de diciembre de 2010 hasta el 15 de septiembre de 2011 para la empresa que ese día le dio la espalda.

Meses antes, “Toño” enfermó y “confesó” su padecimiento. “En julio estuve muy grave, tenía mucha fiebre, diarrea, vómito y dolor de estómago, por la falta de medicamentos mis defensas se bajan y en la tienda las 24 horas hay clima frío y me dolían los pulmones, falté al trabajo porque estuve internado, presenté mis recetas y le dije a mi jefa directa la gerente Claudia Cuevas lo que me pasaba, esperando que me apoyara y me diera permiso para faltar e ir al médico”. Y le dio la noticia: “Claudia soy seropositivo”. La mujer, recuerda “Toño”, no lo creía.

Ahí empezó la discriminación hacia él, hasta negarle el uso del baño. “¿Pero cómo? no es posible, yo acabo de tener una niña y Ana Laura también entonces no puedes usar el baño porque nos puedes pegar un virus o una infección y tú tienes diarrea y vas a cada rato al baño, entonces cuando tengas que ir ve a los de la plaza y si quieres tomar agua trae tu vaso porque no puedes tomar en los mismos de aquí”. Esa fue la advertencia.

“Le expliqué que no pasaba nada, que el sida no se contagia porque usemos el mismo baño o tomemos del mismo vaso”, pese a ello, de todos modos “Toño” obedeció las indicaciones.

“Llevaba mi vaso e iba a los baños de la plaza comercial, pero una vez me tardé mucho porque tenía diarrea y al regresar me preguntó dónde estaba y me dijo ‘¿Sí eres apto para estar aquí con nosotros o si no para que te vayas?’; sólo le respondí que sí, que sí era apto pero que no estaba tomando mis medicamentos para nivelarme y estar bien físicamente”.

Siete meses sin tratamiento

Un mes después Ana Laura, la administradora, se presentó a la tienda luego de dar a luz. “Ella ya no me hablaba y cuando le pedía la llave para abrir la tienda no me las quería ni dar en la mano, tampoco me saludaban de beso ni nada”.

“Toño” se quedó sin tratamiento luego de empezar a trabajar en Armani Exchange México. “Tengo siete meses sin tomar tratamiento porque cuando entré a la empresa Armani me dieron seguro y la Clínica Condesa, donde me atendían, me quitó todo porque ya era derechohabiente, pero en el Seguro Social hay mucha burocracia y me daban la cita cada mes y no me dieron medicamento; la última vez que fui al Seguro me mandaron al laboratorio y mi cita era el 20 de septiembre pero para ese día ya no tenía trabajo”.

Ahora José Antonio se quedó sin empleo, sin carta de recomendación y con un profundo dolor. “Me duele mucho que me discriminen por mi condición de salud; nunca me había pasado eso en ningún lado y si ya fue conmigo no quiero que le ocurra a otra persona. Siento dolor y angustia, pienso en mi enfermedad y ¿qué culpa tengo si esto es un virus y somos seres humanos que no estamos hechos a la perfección?”.

Pocas denuncias

De 2000 a 2010 la Junta Local de Conciliación y Arbitraje del Distrito Federal recibió cuatro denuncias en donde los actores demandantes argumentan que fueron despedidos porque son portadores del VIH.

Ramón Montaño Cuadra, presidente del organismo laboral capitalino, indicó que la mayoría de los trabajadores que portan el virus no denuncian ni inician juicio laboral porque se enfrentan a la discriminación.

La respuesta que da la empresa, dice José Antonio, es absurda.

“Yo jamás he vuelto a la tienda, ni siquiera a la plaza, me están calumniando; en la plaza hay cámaras, que me demuestren lo que dicen porque yo nunca me he vuelto a parar ahí”.

Antonio vive solo, no tiene familia aquí en la ciudad, su madre y hermanas viven en Coatzacoalcos, Veracruz; hace más de 10 años que no las ve y es que su madre padece Alzheimer y sus hermanas cuando se enteraron de su enfermedad, también lo discriminaron.

Ahora está nuevamente iniciando los trámites para regresar a la Clínica Especializada Condesa, del Gobierno del Distrito Federal, y recibir su tratamiento especializado.

Ramón Montaño Cuadra, presidente de la Junta Local de Conciliación y Arbitraje del Distrito Federal, afirma que “desgraciadamente, debido a los prejuicios sociales, las personas que viven con VIH tienen que ocultar su enfermedad y si el patrón se entera, generalmente opta por despedirlo o comienza a acosarlo para que renuncie”.

FRASE

''
Sabemos que hay muchos casos de despidos relacionados con el padecimiento del VIH, el trabajador no entabla juicio porque necesita encontrar otro empleo y teme represalias ''

Ramón Montaño Cuadra,
presidente de la Junta Local de Conciliación y Arbitraje del Distrito Federal.

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