Jueves, 25 de Abril 2024
México | HISTORIAS DE REPORTERO POR CARLOS LORET DE MOLA

Toscano se tendría que ir

La historieta arrancó el 29 de septiembre, cuando Toscano anunció que había encontrado excremento en 84 muestras de agua tomadas en las citadas demarcaciones

Por: EL INFORMADOR

En un país donde privara la rendición de cuentas, el panista Miguel Ángel Toscano, director general de la Comisión para la Protección de Riesgos Sanitarios ( Cofepris), ya no estaría en su cargo.

Ya no estaría, incluso antes de que se supieran los resultados finales del muestreo de la UNAM que marcó que el agua en las delegaciones Xochimilco, Tláhuac y Milpa Alta no contenía materia fecal, como él había denunciado públicamente.

La historieta arrancó el 29 de septiembre, cuando Toscano anunció que había encontrado excremento en 84 muestras de agua tomadas en las citadas demarcaciones. Fue desafiado por el director del Sistema de Aguas capitalino, Ramón Aguirre, quien rechazó el diagnóstico y retó a que realizaran uno junto con la UNAM.

Toscano informó que el primer muestreo, que les marcó que casi dos millones de habitantes del Distrito Federal estaban consumiendo desechos en el agua, fue realizado por la Cofepris en marzo, pero esa muestra “no fue lo suficientemente representativa como para poder hacer un anuncio a la población”. Por eso, levantaron nuevas muestras… ¡entre junio y julio! Así, el encargado de proteger a la ciudadanía de los riesgos sanitarios recibe la alerta de que se toma agua contaminada y para hacer una comprensible doble verificación demora la incomprensible cantidad de 100 días.

Pero no fue sólo eso. Aun cuando los resultados estuvieron listos en julio mismo, todavía se tomó dos meses para hacerlos del conocimiento público. Este reportero preguntó, la noche del 30 de septiembre en radio, por qué la tardanza: “Estábamos en época electoral, no queríamos enfrentarnos”, contestó Toscano. O sea, viva la política, aunque muera la población.

Ya nada más por haber puesto en riesgo a la gente durante medio año desde que sospechó que estaba consumiendo agua puerca, merecería el despido.

Pero por si eso no bastara, una semana después de su elocuente alerta sobre el estado del vital líquido, ninguna, ni una sola de las más de 100 muestras tomadas conjuntamente por el Gobierno federal, el capitalino y la UNAM reflejaron existencia de materia fecal. Toscano había mentido. Merecería, también en este escenario, la salida.

El 1 de octubre por la mañana, en televisión, antes de que se supieran los resultados de la muestra conjunta, este reportero le preguntó que si renunciaría en caso de no tener la razón sobre el agua contaminada: “Me parece que no es el tema, ¿qué ganaría la ciudadanía si pongo la renuncia sobre la mesa?; yo la pongo con mucho gusto, el asunto es cómo resolvemos el asunto del agua en todo el país”. Quizá su respuesta está sujeta a interpretación. Su actuación no.

Por cierto, no menos desafío al sentido común es que en la muestra conjunta el agua haya salido con exceso de cloro en esas tres delegaciones y el Gobierno de la ciudad asegure que no hay bronca si la tomamos.

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