GUADALAJARA, JALISCO (14/OCT/2016).- Que fueron tres las llamadas que recibió en julio pasado el comisario de Seguridad Ciudadana de Guadalajara, Salvador Caro Cabrera, desde la oficina del magistrado presidente del Supremo Tribunal de Justicia, Luis Carlos Vega Pámanes, para pedirle que liberara a dos personas que fueron detenidas en posesión de armas de fuego.Todas, asegura el titular de la corporación, se hicieron para tratar de que él resolviera un asunto “urgente” para el titular del Poder Judicial en el Estado, una conducta que considera “delictiva”.“Esto generó una serie de llamadas a mi número telefónico, de intervenciones del secretario particular (de Luis Carlos Vega Pámanes)”. Los detenidos en cita viajaban a bordo de un vehículo adaptado con torretas. Salvador Caro afirma que pidió al director operativo de la corporación, Juan Bosco Pacheco, que llevara el caso “hasta las últimas consecuencias” después de que se le solicitara apoyo para dejarlos en libertad. “Esto (las tres llamadas) está documentado”, dice, aunque no acepta ser él quien grabó. Incluso asegura que en la corporación “no se graban las llamadas”:“No es una llamada grabada por protocolo; en la Policía de Guadalajara no se graban llamadas”, aunque después expone que él presentó su informe escrito sobre el caso el lunes 1 de agosto, y que a partir de entonces “la secuencia de sucesos ya corresponde a la Sindicatura del municipio”.Luis Carlos Vega Pámanes ha dicho que la grabación fue “dolosa” y que además está “editada”. Salvador Caro responde que eso es una “falsedad absoluta” y que el actuar del titular del Poder Judicial “hace pensar que la institución es un nido de ‘huizacheros’ y deteriora la imagen pública de todos los poderes en el Estado”. El jefe policiaco afirma que esta es “una buena oportunidad” para pedir públicamente a sus conocidos que no traten de interceder por quienes cometan un delito. Porque, asegura, las solicitudes que recibe son constantes, aunque ésta es la primera que recibe del presidente de uno de los poderes del Estado.“Hay ciudadanos, personas, que por distintas razones acostumbran llamar para pedir apoyo. Casos de los más disímbolos: desde que un policía que atrapa a gente orinando en la vía pública y acuden a las oficinas a pedir apoyo”.Concluye que este hecho reafirma la credibilidad de la Policía de Guadalajara, y recuerda el caso del diputado Enrique Aubry, quien fue señalado este año por presuntamente amenazar a un ciudadano con una arma de fuego: “Ya se nos había ido un diputado por inercias del pasado. No va a volver a suceder”.FRASE‘Hay una primera llamada donde se atiende un tema urgente de un presidente de un poder público; hay una cortesía y se le escucha. Luego hay otra llamada para ver cómo va el asunto y una tercera para reiterar la petición, lo cual me pareció un despropósito. La primera llamada en sí ya era una falta de respeto a la propia investidura de quien llamaba, y al trabajo de la Policía de Guadalajara’Salvador Caro Cabrera, titular de la Policía de GuadalajaraEL INFORMADOR / ISAACK DE LOZA
