Policía historiador relata evolución de la Comisaría tapatía

GUADALAJARA, JALISCO (11/JUL/2016).- El primer trabajo en su clase, al menos en la Entidad por su profundidad y documentación, es el trabajo "Así es como éramos", del oficial José Julio Arizaga Rodarte, el historiador oficial de la Policía de Guadalajara que relata cómo fue que se conformó la corporación en el municipio y su evolución a lo largo de poco más de un siglo. Y no sólo aborda la seguridad sino la sociedad tapatía entera, pues el contexto le ha dado forma década tras década.

Arizaga ingresó a la corporación a los 23 años, en 1994, con sólo la preparatoria como máximo grado académico. Sin embargo se le dio la oportunidad de tomar la Licenciatura en Historia en 1999. Hacia 2004, su directora de tesis le sugirió que su trabajo fuera sobre la historia de la Policía de Guadalajara, lo que le pareció buena idea y ahí nació el proyecto del libro.

En la pasada administración, con Carlos Mercado como comisario, tuvo tiempo para terminar el proyecto al comisionarlo en los archivos. Con los archivos de la Policía, la Biblioteca Pública, el Archivo Municipal y con la hemeroteca de EL INFORMADOR, enfatizó, inició la documentación de la policía moderna, que para Arizaga inició en 1874 tras la Reforma y la Invasión Francesa. “Los gobiernos no tenían la idea de un cuerpo policial porque en esa época era muy raro”.

El actual comisario, Salvador Caro, lo nombró el historiador de la Policía de Guadalajara y le dio el apoyo final (al menos en tiempo) para concluir el libro. Aunque Arizaga financió la edición e impresión, espera que la venta le retribuya.

El título del texto invita a la comparación de lo que era y lo que es la corporación, en la opinión del historiador. Además, relata que la labor del policía evolucionó, desde considerarse una profesión de segunda hasta el llegar a vivir una época dorada, donde el ser gendarme era motivo de orgullo.

El libro se puede adquirir en El Desván de Don Quijote, Librería Centro Histórico o de la mano del autor a través de la página de Facebook que lleva el nombre del libro: "Así es como éramos".

Ignacio L. Vallarta y la corporación moderna

La Policía de Guadalajara comenzó a tomar su forma actual a partir de 1874, después de las revoluciones de mediados del siglo XIX, bajo el Gobierno de Ignacio L. Vallarta (de 1871 a 1875). Fue él quien buscó consolidar fuerzas de seguridad municipales para no distraer en sus tareas a la Gendarmería del Estado, comisionada para combatir a bandoleros, salteadores y preservar la seguridad y caminos, ya que el cuidado de cárceles y calles en la ciudad correspondía a los municipios. Para ello se publicó la partida 18 del Presupuesto de Egresos, que indicaba que los ayuntamientos debían designar los mandos para sus cuerpos policiales.

“El Ayuntamiento de Guadalajara logró, el 1 de octubre de 1874, hacerse cargo de la administración y relativo control de su policía municipal”. Eran unos 150 gendarmes para la población en ese entonces de 75 mil habitantes, uno por cada 500 personas.

En ese tiempo, los extremos de la ciudad distaban del centro, donde se ubicaba la Catedral, alrededor de 10 cuadras a la redonda. Eran unas 800 manzanas cuya seguridad era repartida entre nueve cuarteles de policía, ubicados en casas rentadas. Los uniformes de los gendarmes eran azules y en sus sombreros se especificaba su horario de labor, Guarda Diurno y Guarda Nocturno. Y su equipo era una macana, una pistola y los de la noche usaban linterna. Los inspectores y subinspectores además siempre andaban montados.

EN 1974 SE CREÓ LA DIRECCIÓN DE SEGURIDAD PÚBLICA

Siglo XX: la época de oro de la Policía de Guadalajara

A principios del siglo XX, Guadalajara tenía más de 100 mil habitantes con 388 gendarmes al servicio. Las comisarías se habían reducido a cuatro. Sin embargo, hacia 1915 el número de policías escaseó porque en abril se los llevó Francisco Villa. Se cree que muchos gendarmes murieron en los campos de batalla tras las derrotas del general.

En lo que restó del año se buscó suplir las vacantes al ofrecer mejores sueldos. Con mejores armas, se volvió a contar con una fuerza de 224 gendarmes. Un año después se contaba con 400 repartidos en cuatro comisarías, uno por cada uno de los sectores en los que se dividió la ciudad: Juárez, Hidalgo, Reforma y Libertad.

A partir de 1936 se conformó la Jefatura de Policía que, según relató el propio Arizaga, fue la mejor época. Ingresó el grupo motorizado con seis motocicletas y ya en 1940 los requisitos para ingresar a la Policía eran más estrictos. El 24 de julio de 1974 se permitió el ingreso de la primera mujer policía.

En ese mismo año, tras padecer de una ola de violencia, se determinó reestructurar la Jefatura para convertirla en la Dirección General de Seguridad Pública Municipal.

Aunque está dirigido a todo público, Arizaga espera que en sus compañeros su trabajo sirva de inspiración para retomar la identidad de la corporación que los llene nuevamente de orgullo al realizar su difícil trabajo. “Es parte de la idea, ver hacia atrás cómo en ese tiempo se sentía el orgullo de portar el uniforme y pertenecer a una corporación con mucha tradición”.