Pese al auxilio, no lograron salvar a tres que murieron en incendio

GUADALAJARA, JALISCO (29/ABR/2016).- Fue el intenso olor a humo el que despertó a la familia de Rosa Reyes Vázquez la madrugada de este jueves. Rápidamente se levantaron para averiguar el origen y se dieron cuenta entonces que provenía de la casa de sus vecinos de toda la vida: tres hermanos que vivían juntos en el 55 de la calle Agustín Rivera de la colonia El Retiro. Eran alrededor de las cinco de la mañana cuando llamaron a los bomberos.
 
Este jueves fallecieron los tres hermanos a causa de un incendio, dos de ellos terminaron totalmente calcinados mientras que uno más falleció asfixiado por la inhalación del monóxido de carbono, encerrado en el baño del fondo y sin ventilación alguna, explicaron los peritos forenses y de Protección Civil que revisaron el lugar y los cuerpos.
 
Rosa contó que los tres eran buenos vecinos desde pequeños: Javier Rayas Mata, el dueño de la casa, quien trabajaba en un bar; Jorge Rayas Mata, que laboraba en una tienda de plásticos; y Manuel Rayas Mata, "El Chapala", ex voluntario de la Cruz Roja quien se dedicaba a la recolección de cartón, actividad que los vecinos desconocían hasta el día del incendio.
 
La casa donde habitaban los tres tiene una forma extraña, como de "L", pues son dos habitaciones en la fachada (la sala y el dormitorio de Javier) que se angostan en una tripa de cuartos que dan a la cocina, después al patio y al final al baño. Ahora, con una mancha de tizne sobre la puerta de entrada, una veladora avisa a los peatones la tragedia.
 
El cartón se almacenaba en uno de los cuartos de en medio y ese fue el problema, pues estaba entre la recámara donde dormían Manuel y Jorge en una litera y el pasillo de 80 centímetros que conducía hacia la calle o hacia el patio. Es decir, los hermanos estaban sitiados:
 
"Entre la sala y el cuarto de ellos había de por medio un cuarto retacado de cartón y con un pasillo de entrada y de salida de 80 centímetros, entonces se llenó de fuego, se quedaron encerrados", explicó el director de Protección Civil y Bomberos de Guadalajara, Felipe López Sahagún.
 
Sólo una persona escuchó los gritos de auxilio pero no por mucho tiempo: "La vecina de espaldas de con ellos sí oyó, fue cuando salió para ver si los podíamos auxiliar en algo pero ya fue demasiado tarde, fue muy rápido, fue rapidísimo esto", comentó Rosa.
 
Su marido corrió en seguida para cerrar las líneas de gas y como el fuego era intenso salieron de su casa por temor a que explotaran los dos cilindros que tenían los hermanos. Desde la calle observaban las labores de los bomberos que anegaban la azotea del cuarto del cartón que terminó por colapsar. Debajo encontraron a dos de los hermanos, Jorge y Manuel: "Estaban a un lado de la cama, en el suelo, pero uno prácticamente encima del otro, como que quisieron salir o algo", supuso el director.
 
En el baño del fondo se encontraba Javier, sentado en el suelo en una esquina con su cabeza dentro de una cubeta de agua de 20 litros, debajo de la regadera que estaba abierta. Había muerto por respirar el intenso humo: "Era como una ratonera, estaban encerrados completamente, no había manera de que pudiera entrar oxígeno pero también tenía la oportunidad de subir a la azotea la persona, a lo mejor estaba muy grande el fuego que se metió hasta el baño y ahí quedó", conjeturó López Sahagún.
 
Y los vecinos no se explican cómo terminó Javier en el baño pues tenía su habitación justo en la entrada, es decir, que pudo haber escapado del fuego con caminar sólo unos tres metros hasta la salida; sin embargo quedó atrapado en el patio. Para ello tuvo que atravesar las llamas de la habitación de en medio. Algunos creen que quiso auxiliar a sus hermanos cuando comenzaba el incendio; otros, que el hombre utilizaba ese sitio cuando el fuego lo envolvió todo.
 
Javier fue velado este viernes; no así Manuel y Jorge, cuyos restos serán entregados a sus familiares hasta después de los exámenes de ADN dado que fue imposible identificar sus restos. Los bomberos creen que fue un corto circuito el que originó el incendio en el cuarto: "Siempre los veíamos en la tarde aquí pero nunca vimos que almacenaban el cartón", aseguró Rosa, quien escribía en un pintarrón clavado en la fachada del número 55 el lugar y la hora de la misa de Javier.