Rinden homenaje a policías de Tlaquepaque asesinados

GUADALAJARA, JALISCO (26/FEB/2016).- "Fuerte, fuerte... le dije que no iba a llorar, le dije que iba a ser fuerte", murmuró Alicia mientras se aferraba sollozando a la fotografía de su marido, Francisco Javier Alejo, el comandante de la Policía de San Pedro Tlaquepaque asesinado el pasado miércoles junto con sus escoltas Daniel Río Chávez y José de Jesús Hernández Centeno. Junto con decenas de familiares de los tres oficiales, Alicia rindió honores a su marido en la comandancia la mañana de este viernes.

A las once de la mañana llegaron puntuales las carrozas con los féretros a la Comisaría en la calle Zalatitán. Uno a uno ingresaron con la guardia de seis oficiales cada uno y esperaron frente a la multitud quince minutos hasta la llegada de la presidenta, María Elena Limón.

"Estamos aquí para honrar a los compañeros fallecidos en el cumplimiento de su deber", dijo el maestro de ceremonias. Se le pidió entonces al comandante Aldo Méndez tomar lista de los oficiales. Los familiares rompieron en llanto cuando los compañeros de Francisco, Daniel y José de Jesús respondieron "¡Presente!" al nombrarlos.

El elemento Martín Maldonado dedicó unas palabras de despedida con la voz resquebrajada: "Sin duda este es uno de los días más tristes de mi vida, se van mis amigos y compañeros de toda la vida".

Regidores dieron una semblanza de la vida de los oficiales caídos. Primero fue Selenia Contreras, quien habló de Francisco Alejo, tapatío nacido el 10 de marzo de 1969, quien después de desempeñar cargos en distintas corporaciones ingresó a Tlaquepaque el 1 de octubre de 2015 como supervisor general, "cargo que desempeñó con un gran grado de responsabilidad y honra". "Se quedó corta", señalaron unos oficiales que escucharon la breve descripción.

El regidor Adenauer González habló de Jesús Hernández, tapatío nacido el 25 de diciembre de 1971, quien ingresó a Tlaquepaque el 1 de julio 2005.

Concluyó la regidora Rosa Pérez, a quien tocó la semblanza de Daniel Ríos, quien erró en la fecha de su nacimiento ante la molestia de los familiares. También tapatío, nació el mismo día en que fue sepultado. En 1987 ingresó a la Policía de Tlaquepaque.

María Elena Limón, quien sollozaba, fue la última en hablar: "La principal misión de un gobierno es garantizar la seguridad, la tranquilidad y la paz de cada uno de los ciudadanos y para eso se debe contar con una policía leal, comprometida y capaz. Esas eran las características de Francisco Javier, Daniel y José de Jesús".

Entregaron las banderas que cubrían los ataúdes a los familiares para dar fin al acto. Aplausos a cada uno al abandonar el lugar.

Alicia, la mujer de Alejo, aún aguantando el llanto, afirmó que a él le gustaba mucho su trabajo, el cual desempeñaba con orgullo y responsabilidad: "Honesto, como todos sus compañeros, todos".