Ante bajo salario, policía también es payaso

GUADALAJARA, JALISCO (11/DIC/2015).- Tomás Acosta Gutiérrez es uno de los ejemplos de que los salarios como policía no son suficientes cuando se mantiene a una familia. Por eso tiene tres fuentes de ingresos: como agente en Tlajomulco, payaso y hasta vendedor de pollos.

Hace tres administraciones era policía en Ixtlahuacán de los Membrillos, pero fue en 2011 cuando invirtió un porcentaje del aguinaldo para comprarse un par de zapatotes y una peluca; otro tanto en ropa colorida y maquillaje. Sin razón adicional al impulso concretó “un gusto” que traería varios giros a su vida.

Hoy es conocido como el “Payasito Preventino” y también apoya a su papá a vender pollos rostizados para salir adelante. “Está bien difícil la situación”, se lamenta y comparte los problemas con sus compañeros, como el oficial “Huitrado”, quien además trabaja en Ciencias Forenses; o “Carlos”, quien como Tomás también guarda una identidad adicional: el “Payasito Chiflón”.

Suman tres historias de policías que deben combinar varios trabajos para tener una vida digna. Por eso mejorar las condiciones salariales es un reto que deberá enfrentar el proyecto que “cocinan” los alcaldes del Área Metropolitana de Guadalajara, aunque también la profesionalización de los más de siete mil agentes con los que pretenden arrancar la Agencia Metropolitana de Seguridad Ciudadana en el primer semestre de 2016. En eso coinciden los alcaldes y expertos.

Tomás forma parte de la Policía de Proximidad Social de Tlajomulco y aprovechó para posicionarse como el “Payasito Preventino”: un vitoreado personaje con cuya presencia se “premia” a los niños que concluyen cursos de prevención. Así realiza actividades a favor de los valores, como la honestidad y el respeto, para que se entienda la responsabilidad de entregar a su dueño algo que no les pertenece y, sobre todo, para hacerles ver las secuelas del "bullying".

Las críticas han sido muchas: “¿Cómo que policía y payaso?”. Pero él está satisfecho y acepta que no ha explotado como quisiera sus actuaciones infantiles por falta de tiempo, aunque siempre las disfruta. “Esto yo se los doy a los niños… por eso cuando (mis compañeros) me piden apoyo para algún festejo familiar me dicen: ‘¿Nomás 350 pesos nos cobras?’. ‘Sí, hombre’, les contesto”. Se divierte y gana unos pesos.

Sus compañeros dan promoción a su trabajo como payaso para aumentar los cuatro mil 500 pesos quincenales que gana como policía, con los que mantiene a su esposa y dos hijos. Apenas alcanzan porque debe pagar un par de préstamos al banco y al Instituto de Pensiones del Estado.