Atoran vialidad 54 mil topes irregulares

GUADALAJARA, JALISCO (19/AGO/2015).- “Eso no es un tope es una barda”. Así califican al reductor de velocidad que está por López Cotilla-Justo Sierra al cruce con Zaragoza, en la Colonia Atemajac del Valle, el cual tiene una altura de 17 centímetros, cuando la norma marca 10 como máximo.

Encontrar topes en los recorridos diarios por calles es de lo más común: hay 75 mil reductores de velocidad de ese tipo, según la Secretaría de Movilidad (Semov), pero sólo 21 mil fueron avalados por la autoridad; es decir, otros 54 mil se colocaron por vecinos o comerciantes, quienes consideraron que eran necesarios, principalmente para tranquilizar el tránsito vial. Sin embargo, saber con precisión quién los instaló es difícil, reconoce el director de Infraestructura Vial, José Macías Navarro. “Mucha gente hace los topes por su cuenta y sin autorización. La situación es que la gran mayoría de la gente los pone porque se les ocurre…”.

Los reductores de velocidad que generalmente se dictaminan procedentes son los que se solicitan para colocarlos en los alrededores de planteles educativos, templos, mercados o en centros de reunión.

En Periférico a la altura de las calles San Julián-Ixtlahuacán de los Membrillos, en Tonalá, hay un tope a tan sólo cuatro metros de un semáforo reteniendo el tránsito aunque la luz esté en verde. Esto no es permitido por Movilidad y provoca en horas pico congestionamientos y contaminación. Por esta razón, el director del Instituto de Astronomía y Meteorología de la Universidad de Guadalajara, Hermes Ulises Ramírez Sánchez, hace un llamado a las autoridades para que realicen un trabajo de detección y retiro de los reductores sin autorización.

Hay un dato contundente: los topes colocados en vías de alto flujo vial incrementan las emisiones a la atmósfera, sobre todo de partículas PM10, hasta en un 900 por ciento, según un estudio realizado por investigadores del Instituto de Enfermedades Respiratorias, el Instituto Nacional de Cancerología y el Centro de Ciencias de la Atmósfera de la UNAM.

Pero José Macías Navarro considera difícil realizar una campaña masiva para retirar los que no tienen justificación, ya que implicaría mucho tiempo y recursos de los ayuntamientos.

Mónico Rosales Hernández, asesor técnico en materia de vialidad de la Cámara Nacional de Comercio de Guadalajara (Canaco), recomienda la instalación de boyas en calles secundarias, acompañadas de señalamientos, como una alternativa efectiva para suplir a los topes. El ejemplo está en el cruce de Amado Nervo y José María Vigil donde redujeron los accidentes con esta acción.