Venta irregular de autos roba espacio público a vecinos del Oriente tapatío

GUADALAJARA, JALISCO (05/FEB/2015).- El vendedor de autos usados ubicado en Pablo Valdez, entre Teherán y Esmirna, presume que allí la autoridad no llega. Según el Artículo 106 del Reglamento para el Funcionamiento de Giros Comerciales, Industriales y de Prestación de Servicios en el Municipio de Guadalajara, este comerciante debería exhibir su permiso en un lugar visible. Pero no lo hace. Cuenta que en ocasiones extiende su negocio hasta un edificio contiguo. Sólo se retira cuando los vecinos se inconforman. El reglamento señala que todo negocio que se establezca sobre la vía pública o espacio abierto no deberá entorpecer el tránsito, ni obstruir la visibilidad de la calle, las fincas inmediatas y el paso peatonal. Sin embargo, también en la calle Francisco Huízar, en la Colonia Insurgentes, los autos ofertados obstruyen carriles centrales y rampas para personas con discapacidad.

Los vecinos igualmente se quejan de que en el negocio ubicado en Pablo Valdez, desde Diego Cuentas hasta Ramón Castellanos, los trabajadores suben los autos a las banquetas o los estacionan en diagonal, alejándolos hasta un metro de la banqueta pues, además de molestar a los peatones, podrían ocasionar un accidente. El cuarto punto identificado se ubica en José María Iglesias, antes de llegar a Plaza Punto Oriente.

El comisario general de la Policía Vial, Francisco Poe Morales, afirma que actualmente se están coordinando con el Ayuntamiento de Guadalajara para invitar a los comerciantes a que renten o compren un terreno para que vendan allí sus automóviles. Este medio no obtuvo respuesta del Ayuntamiento tapatío. Para Antonio Sánchez Sierra, miembro del Departamento de Contabilidad del CUCEA, la venta de autos en la calle es un fenómeno peligroso que podría relacionarse con lavado de dinero. Explicó que, como lo establece el Código Fiscal de la Federación, corresponde al Sistema de Administración Tributaria (SAT) y a la Secretaría de Finanzas estatal gestionar las auditorías correspondientes, mientras que el Ayuntamiento debe vigilar el giro y las licencias de estos negocios.