Viernes, 19 de Abril 2024
Jalisco | Desde diabetes hasta obesidad, hay para todos los padecimientos

Herbolaria, un remedio tradicional para los males

El Mercado Libertad alberga varios puestos con todo tipo de plantas

Por: EL INFORMADOR

Yerbería en el Mercado Libertad. Este tipo de puestos ofrece todo tipo de plantas que prometen la cura de muchas enfermedades. EL INFORMADOR / F. Atilano

Yerbería en el Mercado Libertad. Este tipo de puestos ofrece todo tipo de plantas que prometen la cura de muchas enfermedades. EL INFORMADOR / F. Atilano

GUADALAJARA, JALISCO (11/DIC/2014).- Para la diabetes o contra las envidias. En las tiendas herbolarias del Mercado Libertad hay una gran variedad de plantas medicinales que alivian cualquier tipo de dolencia y calman las supersticiones. Las más pedidas están en el botiquín casero de muchos mexicanos: la manzanilla y el árnica. Pero en sus recovecos reposa una variedad mucho más amplia de lo que el ojo alcanza a percibir.

>Una investigación concluye que existen al menos 179 tipos distintos provenientes tanto de Jalisco, como de otros estados y del extranjero. Yerbas frescas o secas para tomarse o aplicarse por vía tópica, a manera de compresas, en baños de asiento, en buches y hasta vaporizaciones.

La autora del estudio es la bióloga Alicia Molina, quien revela que hasta 2012 existían 36 locales que comercializaban plantas medicinales en el Mercado Libertad, mejor conocido como San Juan de Dios. De ellos, muy pocos eran yerberías tradicionales, pues la mayoría también ofrece productos naturistas elaborados a partir de vegetales, como cápsulas de polvo, aceites, pomadas y jarabes. Unos cuantos más venden artículos religiosos y esotéricos, como veladoras, estatuillas y amuletos.

La mayoría de las plantas posee usos relacionados con las enfermedades más prevalecientes en la población mexicana, como la diabetes, problemas cardiacos y obesidad. De hecho, 27% de las especies encontradas se utiliza para combatir afecciones del aparato digestivo.

“En general, la población mexicana usa la herbolaria muy frecuentemente. Es parte de los usos y costumbres”, dice Alicia Molina.

La mayor parte de los locales de herbolaria están en el primer piso del mercado. Hay algunos cuantos en la segunda planta, sumergidos en el submundo de las películas y los juguetes “pirata”.

PRODUCTOS ESOTÉRICOS AL ALCANCE
Para supersticiosos


Mónica cobra la limpia contra los infortunios a 150 pesos, lo mismo que la lectura del Tarot. Ofrece sus servicios en un puesto de herbolaria y esoterismo en la planta baja del Mercado Libertad.

Las prácticas de esoterismo con frecuencia se asocian con la herbolaria, lo que a menudo sirve como un complemento para las ventas de los locatarios.

Alicia Molina, quien realizó una investigación sobre la venta de plantas medicinales, explica que los locatarios comenzaron a comercializar esos productos porque la gente los pide. “Incluso los que son de brujería, los rituales los aprenden ahí”.

LA VOZ DEL EXPERTO
De la herbolaria a los fitofármacos

Iván Delgado Saucedo
(investigador de la UdeG)

Haciendo un breve repaso de la historia, podría decirse que el uso de las plantas medicinales ha ido fluctuando en diferentes ciclos. Por momentos era la única alternativa de medicina en México, hasta que la alopatía llegó al mundo moderno y con ello desbancó el uso de la herbolaria como primera opción para tratar padecimientos.

“Ahorita justamente está coincidiendo que muchas personas buscan los principios activos del mundo natural, porque se ha visto que tienen menos efectos secundarios que los de síntesis. Hay mucho interés en buscar nuevas alternativas como terapias”, señala el investigador del Departamento de Farmacobiología del Centro Universitario de Ciencias Exactas e Ingenierías, Iván Delgado Saucedo.

Sin embargo, el eslabón donde la investigación científica se une con los conocimientos tradicionales es en la elaboración de los fitofármacos, que son compuestos hechos en laboratorio, pero sólo con moléculas encontradas en el mundo natural.

“Los remedios herbolarios han funcionado por años. Pero una planta tiene una gran cantidad de moléculas y no todas ellas sirven para curar las enfermedades, así que tenemos que investigar cuál es la responsable de curar”.

En el caso de los productos naturistas, el investigador opina que el producto, aunque tiene la apariencia de ser un medicamento, “realmente no es un fitofármaco, simplemente al material vegetal lo muelen, le dan una presentación bonita y la gente se va con la idea de que está comprando un producto tipo medicamento, y en realidad pues nada, es simplemente un remedio herbolario”.

Lamenta que en México el avance en los fitofármacos aún está en pañales, además de que hay cierta resistencia a recetarlos entre la comunidad médica.

“Hay confusión porque muchos productos no funcionan, y es que realmente no se está tratando a esos pacientes con lo que es un fitofármaco real. Los médicos no aceptan esos esquemas de tratamiento a pesar de que México tiene mucha riqueza en plantas medicinales, por lo que hace falta mucha investigación para determinar su uso adecuado”.

Alertan sobre riesgos

Tras examinar distintas especies, la investigadora Alicia Molina encontró que muchas de las plantas medicinales que se venden en el Mercado Libertad presentaban mal estado de conservación, y algunas estaban contaminadas con agentes como plumas de aves, cabellos y tierra.

Fuera de los mercados tradicionales, es difícil encontrar una gran variedad de plantas de uso medicinal.

Además, hay especies de las que las autoridades sanitarias han emitido ciertas precauciones, como consumirlas en dosis muy bajas o aplicarlas solamente de manera tópica por riesgos de intoxicación. Es el caso de algunas yerbas con usos polémicos, como el toloache y la ruda, que supuestamente sirven para enamorar a alguien y para abortar, respectivamente.

El problema es que muchos de los que las consumen no saben que son potencialmente peligrosas, y los yerberos no siempre están enterados. “Las recomendaciones que ellos hacen por lo general las aprenden de boca en boca. Algunas veces las ven en libros, en manuales que dicen cómo usarlas, pero esos libros no todos son de México y lo que puede llegar a pasar es que son plantas con el mismo nombre, pero no se trata de las mismas de aquí”.

LA VOZ DEL EXPERTO
De la herbolaria a los fitofármacos

Iván Delgado Saucedo
(investigador de la UdeG)

Haciendo un breve repaso de la historia, podría decirse que el uso de las plantas medicinales ha ido fluctuando en diferentes ciclos. Por momentos era la única alternativa de medicina en México, hasta que la alopatía llegó al mundo moderno y con ello desbancó el uso de la herbolaria como primera opción para tratar padecimientos.

“Ahorita justamente está coincidiendo que muchas personas buscan los principios activos del mundo natural, porque se ha visto que tienen menos efectos secundarios que los de síntesis. Hay mucho interés en buscar nuevas alternativas como terapias”, señala el investigador del Departamento de Farmacobiología del Centro Universitario de Ciencias Exactas e Ingenierías, Iván Delgado Saucedo.

Sin embargo, el eslabón donde la investigación científica se une con los conocimientos tradicionales es en la elaboración de los fitofármacos, que son compuestos hechos en laboratorio, pero sólo con moléculas encontradas en el mundo natural.

“Los remedios herbolarios han funcionado por años. Pero una planta tiene una gran cantidad de moléculas y no todas ellas sirven para curar las enfermedades, así que tenemos que investigar cuál es la responsable de curar”.

En el caso de los productos naturistas, el investigador opina que el producto, aunque tiene la apariencia de ser un medicamento, “realmente no es un fitofármaco, simplemente al material vegetal lo muelen, le dan una presentación bonita y la gente se va con la idea de que está comprando un producto tipo medicamento, y en realidad pues nada, es simplemente un remedio herbolario”.

Lamenta que en México el avance en los fitofármacos aún está en pañales, además de que hay cierta resistencia a recetarlos entre la comunidad médica.

“Hay confusión porque muchos productos no funcionan, y es que realmente no se está tratando a esos pacientes con lo que es un fitofármaco real. Los médicos no aceptan esos esquemas de tratamiento a pesar de que México tiene mucha riqueza en plantas medicinales, por lo que hace falta mucha investigación para determinar su uso adecuado”.


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