Impera tranquilidad en obra de Línea 3 del Tren Ligero

ZAPOPAN, JALISCO (08/AGO/2014).- Cero conflicto vial y afluencia regular de clientes en torno al Mercado del Mar. Así está el panorama en el primer día formal de obras de la Línea Tres del Tren Ligero.
 
Ni locatarios ni peatones han cambiado sus actividades. Éstas no se han visto alteradas porque las obras a este punto, consideran, son "menores".
 
Fue ayer, durante el acto inaugural, cuando más afectaciones sufrieron. El núcleo de taxistas del Sitio 83, que se encuentra en las proximidades del sitio, de plano no pudo trabajar hasta que el evento terminó porque las autoridades cerraron el paso por la zona.
 
Pero desde que el gobernador Aristóteles Sandoval y el secretario de Comunicaciones y Transportes, Gerardo Ruiz Esparza, se retiraron del sitio, la zona recuperó su orden habitual.
 
El personal que se encuentra en el sitio donde las máquinas perforan el asfalto no supera las 12 personas. Las máquinas trabajan con normalidad y el flujo vial es el mismo que antes. El vallado para proteger la obra está sólo en los carriles centrales de la Avenida Laureles, lo que no representa mayor problema para la circulación.
 
"La bronca va a ser por la tarde", cuenta Ramón Godínez, un peatón que pasa por la zona. "Es cuando salen todos del trabajo y la escuela: ahí sí se va a poner feo".

¿Pero no ha sido siempre así? ¿Desde antes de las obras?
Bueno... sí...
 
Junto a la avenida hay un letrero que informa sobre la obra que allí se realiza; y en varios de los establecimientos hay calcas de apoyo a la Línea Tres. "Las estuvieron pegando ayer los del Siteur (el Sistema de Tren Eléctrico Urbano)", afirma Jesús Moreno, "El Compa", propietario de un puesto de tacos de barbacoa.
 
Las autoridades, cuenta "El Compa", han recorrido la zona del Mercado del Mar al menos en cuatro ocasiones durante el último mes. En todos sus acercamientos han tenido un "motivo para socializar". En el primero les llevaron trenes de juguete; en el anterior fueron folletos, y ayer, las calcas en apoyo a la obra.
 
Las mismas autoridades les han prometido que no sufrirán estragos por la obra, pero de antemano saben que éstas sí llegarán cuando ya sea necesario cerrar calles o desviar el rumbo de vehículos, pues habrá menos clientes y menos ingresos en consecuencia.
 

EL INFORMADOR / ISAACK DE LOZA