Don Gilberto asesora a pasajeros del trolebús

GUADALAJARA, JALISCO (31/MAY/2014).- Primero fueron cinco minutos y todo normal. La espera no obligaba ningún tipo de respuestas. Pero llegaron 10 minutos y luego los 15 y entonces los hermanos Castillo Hernández tuvieron que creerle a un viejo que gritaba, Don Gilberto Delgado Reyes, quien decía que en esa parada de camión no llegaría el trolebús hasta nuevo aviso.
 
Debido a la falta de información sobre el cambio en el derrotero de las rutas 400 y 500 que cruzan el Centro Histórico, son los propios ciudadanos quienes tienen que asesorar a los usuarios. Y don Gilberto, un hombre de más de 70 años que trae consigo un recorte de periódico de EL INFORMADOR, les hace entender a las personas que llegan a la parada frente al templo de la Merced, que desde hace un par de días ya no pasa por ahí el camión jalado por cables.
 
"Mejor váyanse caminando ahí frente al Teatro Degollado. Ahorita no va a pasar ningún camión. Pero por favor, cuiden de no pagar doble, porque los choferes son bien abusadillos" dice Don Gilberto, quien dice pertenecer a la Asociación Nacional de Locutores. Y sus gritos, como merolico, son porque se cree un experto en el arte de la declamación y la oratoria.
 
El sábado esta casa editorial pudo documentar casos de pasajeros que, a causa de las adecuaciones de las rutas del trolebús, tuvieron que caminar varias cuadras y pagar un boleto adicional por lo que normalmente es un solo trayecto. Sin embargo el cobro doble no está permitido y al director del Sistecozome, Javier Contreras, advirtió que se sancionaría a los choferes que incurran en esta irregularidad.
 
Este sábado no se vieron operativos de la Secretaría de Movilidad en la zona, pero tampoco de parte de la paraestatal. Se espera que el Gobierno del Estado, a través de la dependencia que encabeza Mauricio Gudiño, envíe un reporte de lo realizado el fin de semana con este problema.
 
Y ante el vacío de información, sólo personas como Don Gilberto pueden rescatar a usuarios de su pérdida de tiempo. La cuestión recae en un asunto de fe: creerle a una persona que grita como merolico que por ahí no pasará el trolebús.
 
EL INFORMADOR / OMAR GARCÍA