Miércoles, 24 de Abril 2024
Jalisco | Niños con Sindrome de Down pueden socializar en cancha del DIF en Zapopan

Los goles que traen inclusión social

Niños con Sindrome de Down pueden socializar en cancha del DIF en Zapopan

Por: EL INFORMADOR

Lo que no pueden expresar con palabras, lo dicen con los gestos.  /

Lo que no pueden expresar con palabras, lo dicen con los gestos. /

GUADALAJARA, JALISCO (08/OCT/2013).- Juan Pablo no le pone nombre a las sensaciones, pero da por entendido cuando lo que quiere expresar es júbilo: golpea sus puños en el aire y grita cuando le recuerdan que en su último partido anotó dos goles o que en su escuela está su novia Kari. Sus manos victoriosas también incluyen el mensaje de gozo por tener una actividad para la que el Síndrome de Down no es obstáculo y le ha removido cualidades de socialización.
 
Al principio Juan Pi, como le llaman, no podía estar un entrenamiento de futbol completo. Mientras el resto de sus compañeros, con y sin discapacidad, le hacían juego al balón, él se apartaba y en la primera oportunidad que tenía abría la puerta de la cancha y huía del Centro de Rehabilitación Integral del DIF (Desarrollo Integral de la Familia) Zapopan.  
 
Los partidos le han enseñado a convivir, explica su papá, Guillermo Alba Rodríguez, y de ese trabajo en equipo, su hijo de 15 años ha entendido que en el juego se necesita rodearse de otros, como en las labores cotidianas. Su integración es a la vida.
 
Juan Pi le pasa el balón Héctor. Él tampoco necesita las palabras para que quede claro que lo que siente es gusto. Está parado en la cancha con sus guantes puestos, mira con detenimiento la dirección del balón, y se avienta para detenerlo. Cada victoria, la canta con un sollozo que le sale de reírse.
 
El futbol es el vehículo que Héctor ha encontrado para comunicarse con otros, explica su mamá, Milagros Ruelas de Martel. Lo que a su hijo de 18 años no le sale en palabras, le sale en mímica. Extiende las manos, se mueve a los costados y simula que para goles, entonces las personas le entienden que es portero y al sentirse escuchado, Héctor invita a quien sea a jugar futbol.
 
"A veces les cuesta integrarse a la sociedad porque no se pueden comunicar. El deporte es un idioma universal. Héctor no habla, pero se da a entender que es portero, lo atienden y se siente integrado. Con las discapacidades hay quienes se aislan".
 
Héctor reconoce cuando es lunes y miércoles y le toca ir a jugar futbol. Desde temprano saca de sus cajones el uniforme e intenta ponérselo. A ningún lugar sale sin sus guantes. Cuando está por caer la tarde y no lo llevan al entrenamiento, expresa su mensaje con llanto. Hoy ya terminó la lección para él y está sentado en el pasto, con los brazos cruzados y el ceño fruncido.
 
EL INFORMADOR / ALEJANDRA PEDROZA

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