Albañiles celebran su día trabajando

GUADALAJARA, JALISCO (03/MAY/2013).- Con cemento en las manos, en la manchada camisa y en el pantalón, roto a la altura de las rodillas, se acercan dos albañiles a la puerta de "la obra". Se ven sonrientes, un poco nerviosos, pero lúcidos; dispuestos a revelar los secretos de la albañilería.

Uno se dijo llamar José Mota, y el otro Pedro Nava. Tienen poco tiempo en la construcción, casi en el corazón del centro de Guadalajara. No dudaron en ubicar en lo más alto del edifico una cruz adornada con papel de china, para conmemorar el Día de la Santa Cruz que se dedica, también, a los albañiles.

Tienen que levantarse a las 7:00 horas para llegar a "la chamba", y hacer hora y media en su traslado.

José parece de unos 15 años. Apenas le salen de sus mejillas algunos vellos, inicios de una barba prometedora; se protege la cabeza con una gorra. Pedro ya luce sus años como trabajador de la construcción en lo largo de sus bigotes y su barba, repartida en zonas aisladas de su rostro.

Pedro inició en la albañilería desde los 12 años, llevándole el lonche a su cuñado, que lo metió al negocio. En cambio, José no pudo ingresar a la secundaria y tuvo que ponerse a trabajar "en lo que sale algo".

Ambos iniciaron como "chalanes", como se dice en el oficio a los novatos. "Yo sí me vi dedicándome a esto desde chico. Mi papá hacía esto también y yo jugaba con la cuchara, me imaginaba trabajando", dice Pedro con una sonrisa tímida. Desde los 19 años inició de lleno en la construcción para mantener a su pareja; ahora tiene 34 años y se enorgullece de ello.

Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), 7.26 por ciento de la población mexicana de 14 años o más se dedica a la construcción. De éstos, 51 mil 101 están en Jalisco.

Los mitos del albañil

Los trabajadores se ríen del mito, aquel que marca como sinónimos albañil y aficionado del club de futbol Guadalajara. Aunque admiten que hay muchos insertados. "Si eres de otro te agarran a carrilla (burla), y no te la acabas", dice y manotea Pedro.

El otro mito son los conocidos, y reconocidos por ellas: piropos. A lo que responden que es más la fama, pero sí han formulado uno que otro verso. "Las feas son las que se enojan. Si van caminando tres guapas y una fea juntas, esa es la que voltea".

Los dos prefieren dedicarse a la albañilería a otro oficio. "Esto es entretenido, no te aburres. No como los que trabajan en oficinas, hasta quedan cansados". Sí, demeritan los kilos de mezcla que cargan en sus hombros, las horas bajo el sol, y las rasgaduras en las manos; eso no es cansancio, es sólo la chamba de diario.

EL INFORMADOR / SAÚL PRIETO