Bromas a ''inocentes'' tapatíos

GUADALAJARA, JALISCO (27/DIC/2012).- El que no recuerda, desde que pone un pie afuera de su cama, que es Día de los Santos Inocentes, corre mayor riesgo de caer en las bromas acostumbradas en la fecha. Así le pasó a José Luis Covarrubias Santos, de 32 años, quien tiene un puesto de dulces y botanas en el Centro de Guadalajara.

Hace dos años un amigo le pidió a José Luis Covarrubias su celular prestado, él accedió sin ninguna reserva y sin cuestionar para qué lo quería. El amigo desapareció y José Luis se quedó sin su móvil.

"No me imaginé que era para eso, a uno se le olvidan las cosas. Al rato me lo regresó y yo no le dije nada, nomás me dijo que me pusiera 'al tiro'. 'Me la aplicó'".

Mientras José Luis recuerda el robo engañoso en el que se vio envuelto, su compañero, quien vende cigarros a un lado, le pregunta inquieto: "¿A poco hoy es 28 de diciembre?", y por un momento, ambos se voltean a ver con los ojos muy abiertos y recuerdan que esa fecha es para estar alerta.

Karina Martínez, de 15 años, relata una broma de la que fue blanco el Día de los Santos Inocentes del año pasado: le ofrecieron prestada una pluma y resultó ser que, al intentar escribir, el objeto tenía descargas que le causaban "toques". Igual le sucedió al querer sacar de una pequeña caja chicles que le regalaron. A pesar de que la han involucrado en las hazañas para "inocentes", Karina asegura que ella nunca ha aplicado alguna burla con este motivo.

A Angelo Gerardo Ayala, de 18 años, le quitaron su carro. Hace dos años vivía en Estados Unidos y fue ahí donde un amigo le pidió su vehículo prestado para ir a la tienda; rastro de su amigo y de su auto vio hasta horas después.

"Hasta la noche me lo dio y mientras lloré y lloré. Pensé que me lo habían robado". Agrega Angelo sobre las bromas que él realiza: "Yo les digo: 'préstame tu celular para hacer una llamada' y ya no se los devuelvo. También aguantan la carrilla, me han quitado dinero"; no deja pasar la fecha limpio y así como recibe, aplica engaños a sus amigos.

EL INFORMADOR/ ALEJANDRA PEDROZA