Jueves, 25 de Abril 2024
Jalisco | Aclaración. Desmienten versión del líder de los comerciantes

El Ayuntamiento tapatío niega autorizar reubicación de ambulantes

Mientras no afecten a los propios comerciantes establecidos, les permitirán instalarse lo que resta de la temporada navideña

Por: EL INFORMADOR

Toman banquetas. Productos de todo tipo son ofertados en plena vía pública, sobre la calle Corona, en el Centro de Guadalajara.  /

Toman banquetas. Productos de todo tipo son ofertados en plena vía pública, sobre la calle Corona, en el Centro de Guadalajara. /

GUADALAJARA, JALISCO (23/DIC/2012).- El director de Inspección y Vigilancia del Ayuntamiento de Guadalajara, Salvador Orozco Santillán, aclaró que las autoridades no fueron quienes reubicaron a los vendedores ambulantes en la calle Ramón Corona, entre Avenida Juárez y López Cotilla, tal y como lo dio a conocer Giovani López, representante de los comerciantes informales luego de sostener una reunión con autoridades tapatías el viernes por la tarde. Y es que cerca de 80 vendedores ambulantes se manifestaron afuera de la Presidencia Municipal, incluso bloquearon uno de los carriles de Avenida Hidalgo, pues exigen un lugar donde puedan ubicarse para vender sus artículos.

“Ellos mismos fueron y se instalaron, nosotros no reubicamos a nadie, ese es un argumento que manejan con la finalidad de que parezca que el Ayuntamiento (de Guadalajara) los está autorizando a vender en lugares determinados, y eso es inexacto”, señaló Orozco Santillán.

Asimismo, indicó que serán flexibles con los ambulantes, siempre y cuando no afecten a los comercios formales en la cuadra; no obstante, establecimientos dedicados a la venta de zapatos en esta área afirmaron que la llegada del ambulantaje les perjudica, ya que algunos son competencia directa.

“Siempre y cuando no causen problema, les vamos a permitir trabajar hasta que concluyan las compras navideñas. Si hay quejas de los vecinos, los movemos. Si se instalan a vender lo mismo que los locatarios, no está permitido, eso es una competencia desleal”.

A principios de noviembre, la administración tapatía comenzó el plan de intervención del Centro Histórico, que busca cambiar la imagen del primer cuadro de la ciudad; entre los objetivos, el operativo contempla desalojar al ambulantaje de esta zona.

“Lo que estamos haciendo es rescatar los espacios públicos, de ninguna manera vamos a autorizar el comercio informal en ese tipo de lugares, ellos son libres de vender donde no molesten, donde no ocasionen problemas de movilidad, pero definitivamente nosotros no los acomodamos en un lugar determinado”.

Respecto al supuesto reacomodo que autorizó el viernes pasado el Ayuntamiento, dijo Orozco Santillán: “La Dirección de Inspección y Vigilancia no tiene voceros autorizados, soy yo, el director, quien puede hacer declaraciones con respecto a la actividad de los inspectores para que no se vayan con la finta de lo que declaran los ambulantes”.

Este medio trató de comunicarse con Giovani López, representante de los vendedores ambulantes, sin éxito, ya que su celular se encontraba apagado.

EL DATO

Cambian de zona


Tras una manifestación el viernes pasado afuera de la Presidencia Municipal de Guadalajara, comerciantes ambulantes decidieron instalarse sobre la calle Corona para vender sus productos, argumentando que habían llegado a un acuerdo con la autoridad municipal para tal efecto.

CRÓNICA

“Quiero morir bailando”


Cada uno de los que entraron al bar Salmón escribió su nombre en un trozo de papel con su puño y letra. Abajo, con pena, plasmaron los propósitos que no fueron cumplidos este año que agoniza, y con ímpetu, los sueños que aún siguen vigentes. Aunque el lugar de por sí ya está en penumbras, a las cero horas del 22 de diciembre se desconectaría todo —porque el cataclismo no dejaría un resquicio de luz eléctrica, suponiendo—.

Los papelitos de frustraciones y esperanzas fueron amarrados a un hilo que en uno de sus  extremos sujetaba un globo con helio. Los globos se fueron acumulando con cada visitante. Mientras ellos bebían y se acompañaban de sus amigos, novios y demás, aquel puñado de hilos con papeles amarrados se hizo un pliego petitorio, con tanto deseo.

A las cero horas en punto, la música se apagaría, las luces dejarían de brillar y entonces, el silencio —y la curiosidad de comprobar si en realidad pasaría algún tipo de destrucción— serían los únicos en el lugar.

El gerente del bar, Jorge Domínguez Zárate, tomó la profecía con su debida seriedad, “hoy en día uno no sabe qué pueda pasar, los mayas han dicho tantas cosas...” que su augurio le mereció respeto.

Así que decidió que aquellos que no se tomaron muy a pecho lo del “fin del mundo”, pero guardaban sus reservas, pasaran un rato simbólico en su bar... por si acaso. Después de las cero horas, pasando la hora límite fijada por los mayas, la banda tocaría en acústico y las velas iluminarían la noche. Si “sobrevivían”, la fiesta seguiría.

En otros lugares no fue tan simbólico, pero los jóvenes que también temían, aunque sea un poco, por la integridad del mundo y a la vez no querían desperdiciar el tiempo guardados en su casa, salieron a beber y bailar... que la muerte los agarre disfrutando.

Fue el caso del bar Pare de Sufrir, a donde se acude cuando lo que se quiere es tomar mezcal y comer tamales oaxaqueños, escuchando los tracks latinos de los DJ’s. Ahí se citó a la clientela con el lema “¡quiero morir bailando!”, y para cumplir llevaron nada menos que cuatro DJ’s.

No se puede esperar la muerte y no divertirse aun sabiendo el día y la hora del último aliento, así que no desperdiciaron esa oportunidad miles de tapatíos en los centros nocturnos, aunque hasta ahora viven para contarlo.

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