Prevención, clave contra extorsiones telefónicas

GUADALAJARA, JALISCO (02/AGO/2012).- En los últimos tres años, la cifra de denuncias por intento de extorsión telefónica en Jalisco ha disminuido sustancialmente. Mientras que en su peor registro, el de 2009, los llamados que recibió la autoridad alcanzaron mil 533, el año pasado apenas fueron 489, menos de la tercera parte.

Información concedida por la Procuraduría de Justicia en el Estado da cuenta de mil 215 llamados de alerta, sobre esta modalidad de delito, recibidos en 2010; entretanto, la cifra más reciente de 2012 consigna apenas 166.

Aunque pudiera pensarse que esa tendencia a la baja significa desatención de la gente para presentar sus denuncias, a la fiscalía estatal le parece un logro de la campaña “No caigas”, que emprendió desde hace cinco años, para informar a la población acerca de que pueden protegerse exitosamente contra este delito.

Gabriel Torres Anaya, coordinador de dicha estrategia, defiende que la disminución de denuncias se debe a que la gente “ha recibido el mensaje” y, hoy, más personas saben que, cuando reciben una de estas temibles llamadas, lo que deben hacer es algo bien simple: colgar.

La Secretaría de Seguridad Pública del Estado (SSP), por su parte, cuenta con cifras que verifican el cambio de “modalidad” a lo largo del sexenio: si al principio del Gobierno federal la mecánica de extorsión más común era el engaño por falsos premios, hoy ese lugar lo ocupan las llamadas telefónicas con amenazas.

Esto, explica la dependencia estatal, es secuela de la estrategia contra el narcotráfico que se implementó durante el sexenio, pues atrajo a los extorsionadores a otro tipo de actividad que les resulta más sencillo y les reporta mejores ganancias.

Las cifras de la Procuraduría y de la SSP difieren debido porque no todos los llamados de emergencia llegaron a convertirse en denuncias. 

Así, de 2009 a la fecha, las autoridades han registrado que los delincuentes consiguen asustar lo suficiente hasta 90% de sus víctimas de extorsiones telefónicas. Y no obstante, han obtenido 60 millones de pesos con esta actividad, pero también se ha evitado que cobraran otros 273 millones de pesos, gracias a extorsiones descubiertas a tiempo.

La Procuraduría de Justicia tiene detectados seis mil puntos desde donde se hacen los llamados de extorsión (algunos de ellos ya inoperantes). Para tratar de blindar las bases de datos sobre números telefónicos, la Procuraduría de Justicia en Jalisco ha sostenido diálogo con varias empresas de telefonía y les sugiere colocar “candados” para evitar filtros de números y datos personales, como los de las guías de “páginas blancas”.

PARA PREVENIRSE
cuelgue, busque a su familia y acuda a la autoridad

6 Nunca proporcione información personal a desconocidos que llaman a su casa ofreciendo servicios o promociones.

4 Informe a su familia y acuerden códigos clave y estrategias para comunicarse en situaciones de emergencia; infórmense acerca de cómo los extorsionadores usan engaños, como la modalidad “tripartita”.

¿Qué hacer si recibo una llamada?

4 Cuelgue. El delincuente volverá a llamar en dos ocasiones por lo menos; vuelva a colgar y busque a familiares o amigos, y a las autoridades para pedir ayuda.

4 Si ya contestó, guarde la calma e intente escuchar: identifique si se trata o no de la voz de un conocido suyo; piense si sus familiares están a salvo o si es posible que estén realmente secuestrados.

4 Escuche con atención: si es una conferencia tripartita, los propios sonidos de la llamada telefónica lo revelarán.

6 Nunca responda a los insultos. Nunca haga depósitos bancarios ni obedezca órdenes como salir de casa.

4 En cuanto pueda, avise a las autoridades; si es posible, muestre el número del cual lo llamaron.

Dónde denunciar

4 Acuda a la Procuraduría de Justicia, ubicada en Calle 14 número 2567, Zona Industrial; presente credencial de elector en el Área de Fraudes y lleve cualquier evidencia que sea útil, como mensajes de texto o números registrados.

Por teléfono: 3837-6000 y 01-800-640-9298, extensiones 18632 y 18634, o al celular 333-662-2368.

LA VOZ DEL EXPERTO

La prioridad debe ser aplicar penas

Arturo Villarreal Palos (Experto en seguridad de la UdeG y doctor en Derecho por la UNAM)

Las extorsiones telefónicas obedecen a que no se aplican los castigos que marca la ley, mientras la atención está puesta en aumentar las penas, señala el especialista Arturo Villarreal. “Queremos resolver todo aumentando las penas, pero no se resuelve nada, porque nunca atrapan a nadie; en lugar de eso, que la autoridad se aplique a buscar a los criminales y a meterlos a la cárcel. Eso disuade más”.

El Código Penal de Jalisco, en su artículo 189, considera dos penas para los extorsionadores; la primera dicta de uno a nueve años de cárcel si el delincuente consigue su propósito y la segunda, de seis meses a seis años de prisión, si no se frustra la acción delictiva. Pero los “secuestros virtuales” deben ser considerados fraudes, opina, dado que nunca hay privación de la libertad. “Y éstos son castigados por el Artículo 50 y la pena va en razón del monto de lo defraudado”.

El especialista recomienda a las víctimas denunciar siempre, “con la intención de construir una base de datos de los números, porque estas organizaciones operan a través de teléfonos móviles y muchos de ellos dentro de los reclusorios. De ahí, la importancia de las normas que se publicaron en abril de este año y que tienen que ver con la ubicación de los teléfonos en tiempo real”.

TESTIMONIOS
“No haces nada, no puedes, sólo obedeces”

El día estaba por concluir para José Ortega, pero respondió el teléfono de su negocio y allí comenzó una pesadilla que duró casi 24 horas. La llamada era la de un extorsionador que decía ser miembro de un cártel local de la droga metido a este otro “negocio”. Hoy lo cuenta en casi media hora, pero aquella noche horrible tardó demasiado en terminar.

El hombre comenzó la extorsión con la amenaza de un ajuste de cuentas, ya que de esa línea, la de su local, había salido una llamada para provocar a la organización. A José le pidieron salir y dejar el teléfono descolgado.

Él siguió todas las órdenes porque le describieron su local, los colores y hasta los letreros. La instrucción fue conseguir dinero para comprar un celular de prepago, porque su BlackBerry no servía para la comunicación. José les explicó que no traía dinero, así que regresó a su local y tomó la computadora de su negocio para empeñarla.

“Te dicen cosas como: ‘¿Por qué volteas?’, así que piensas que sí te siguen, y uno está asustado”.

De pronto, el extorsionador ya no era uno, sino tres; hoy recuerda cada una de las voces. Le ordenaron que tomara un taxi hacia Tlaquepaque, pero había mucho tráfico, así que informó eso a los hombres, quienes se mantuvieron en la llamada durante la mayor parte del tiempo. Así que el plan cambió: “Me pidieron que me instalara en un hotel o en un motel. Me decían que me venían siguiendo”.

José no pidió ayuda: “Estás en el terror psicológico y no haces nada, no puedes, sólo obedeces”.

Llegó a un motel en Zapopan y ahí pasó la noche. Le ordenaron quitarle la pila y el chip a su BlackBerry y tirarlo por el escusado. Esta medida después sería una bendición, cuando los extorsionadores le pidieron su lista de contactos; estaba en el aparato que había tirado.

La familia de José no cayó en la extorsión; habló a la autoridad y se asesoró: no responder a las llamadas y no hacer depósitos. Confiaban en que José estaba bien y a salvo. Él nunca vio a nadie, pero tenía miedo, y así pasó la noche.

En la mañana, los hombres, que le marcaban desde un número con una lada extraña, le dijeron: “ya valiste madre; tu familia no quiere cooperar”.

Las amenazas subieron de tono. El grupo le pidió dejar el motel y conseguir cinco mil pesos para hacer depósitos de tiempo aire a celulares. Ya sin dinero, llegó a una tienda departamental; ahí su suerte cambió, pues tenía que pagar y no tenía dinero. El extorsionador le permitió hacer una llamada a un conocido, quien le dijo que su familia estaba bien y que él era una víctima. José lloró.

“Ellos me volvieron a marcar y yo actúe como si nada: les dije que me iban a depositar el dinero en 30 minutos. Ahí me di cuenta de que no me seguían porque no sabían que mi amigo me había dicho lo de la extorsión”.

Su familia fue por él. Hoy todo está bien. Vivió una noche terrible, pero no va a denunciarlo; dice que un experto se lo recomendó, aunque todas las autoridades dicen que se logra más presentando denuncias… pero José prefiere dejarlo por la paz.

Es importante detener con denuncias y reportes el mercado “negro” de celulares, que permite a los extorsionadores conseguir aparatos robados: “A ellos no les importa que aparezca el número en el identificador, porque es un equipo robado”, dice el especialista Arturo Villarreal

LA CIFRA

77% de los reportes que llegaron al 066 Emergencias durante este año fueron por intentos de extorsión telefónica