Sábado, 20 de Abril 2024
Jalisco | Vecinos temen que la tierra colapse el drenaje

En Toluquilla, las casas se inundan de lodo

Vecinos temen que la tierra colapse el drenaje. Bancos de arena son arrastrados desde el Cerro del Cuatrohacia sus hogares

Por: EL INFORMADOR

El pasado viernes, vecinos de Toluquilla vivieron “el aguacero más fuerte del año”. Es común que el canal Arroyo Chico se desborde.  /

El pasado viernes, vecinos de Toluquilla vivieron “el aguacero más fuerte del año”. Es común que el canal Arroyo Chico se desborde. /

TOLUQUILLA, JALISCO (30/JUL/2012).- La llegada del temporal no los entusiasma. Es el aviso de un drama cotidiano, el mismo que comparten miles de tapatíos a lo largo y ancho de la ciudad. Ya sea en la Colonia Mesa Colorada Poniente o Lomas de la Primavera, en Toluquilla o en la Jalisco, los habitantes de las periferias mucho tienen de qué platicar. Son testigos de cómo sus hogares se convierten en un campo de batalla en el que el rival es la lluvia que todo se lleva a su paso. Hasta caminar es un problema cuando las calles se convierten en ríos.

En Toluquilla, Tlaquepaque, la calle se barre con palas. El domingo por la mañana, Arturo González, su esposa y su pequeña hija salieron a limpiar el tramo de Morelos que corresponde a su cuadra, armados con palas, escobas y agua. Es el segundo día consecutivo que se dedican a lo mismo.  Y no terminan.

La herramienta se debe a la cantidad de material que deben remover: una espesa capa de tierra sedimentada en su calle, tan bien arraigada que requiere baldazos de agua para aflojarla. Tal como llegó…

El viernes la zona fue escenario del aguacero más fuerte del año, como lo califican los mismos afectados, que arrastró del Cerro del Cuatro bancos de arena suelta que fueron a dar a Toluquilla a manera de pavimento sobre calles y casas.

“El problema es que actualmente hay unos proyectos de hacer unos fraccionamientos allá arriba, en el cerro, entonces están acomodando la tierra para hacer los terraplenes. Todos los años baja tierra, pero este año sí fue seis o siete veces más tierra de lo normal”.

Por la banqueta pasa la señora Elvira Robles. Escucha y lamenta no haber sido tan afortunada.

Ella vive desde hace 51 años en esa delegación, en las faldas del cerro, sobre la calle Aquiles Serdán. El día de la tromba, la espesa agua pluvial se filtró a su casa y a su local. “Casi me quería parar a llorar a grito abierto con lo que voy viendo: una laguna, no tuvimos más que ponernos a trabajar, como anda toda la gente aquí”.

Afuera de su local está el bloque de lodo que retiró de su propiedad. Ya seco bajo el sol es tan duro que podría servir como banca de descanso.

Todos los vecinos tienen un temor en común: que el lodo, aunado a los nuevos fraccionamientos del Cerro del Cuatro vayan a dar a su drenaje y lo hagan colapsar.

“¡Están locos! Si los del Ayuntamiento dan esos permisos y los ingenieros se ponen a construir de esa manera yo no sé qué les pasa, sus desechos van a ir a dar a nuestros baños”; o como cree Elvira: “El problema que yo estoy mirando es que toda esa tierra que cayó va a tapar todas las tuberías del drenaje, al rato se desborden las aguas negras y hasta nos anda cayendo una infección”. Cada quien con su versión, teme por su calidad de vida.

Colonias de la periferia, una historia en común

“No se puede más, es difícil ver cómo la propia naturaleza va destruyendo tu casa, la calle, y lo que te espera para el próximo año de lluvias”. María Madrigal dice esto ya resignada: sabe lo que es vivir en un sitio donde las lluvias son un castigo anual y en donde ya se perdieron por completo las esperanzas de que las autoridades recuerden que hay reparaciones y obras públicas por hacer.

Ella es vecina de la calle Malinali, en la Colonia Mesa Colorada Poniente, pero su drama es el mismo de miles de tapatíos, sobre todo en las periferias: Para ellos, el temporal que trae buenas noticias a muchos sitios del Estado cada año trae temor y gastos en reparaciones de fincas.

“Estás con el temor de que el aire y la fuerza de lluvia te perjudiquen; ves cómo destruye todo y sales y la calle parece un río, y el agua se mete a la casa y, para sacarla, es un problema”.

¿Autoridades? Solamente una los va a ver, a ella y sus vecinos, cuando tienen problemas con las lluvias: Protección Civil municipal, cuyos elementos hacen recomendaciones para no ser víctimas del temporal. Del resto de las dependencias nunca saben nada: sólo van después de las tragedias.

Antes vivía en la Colonia Lomas de La Primavera, un lugar que ella calificó como “problemático y deplorable”. En marzo 80 familias fueron reubicadas en otras colonias, debido al riesgo que atraían las lluvias. “Vivimos muchos años en esa colonia, no hay drenaje, no hay agua potable, las calles son de risa, era un calvario llegar a tu casa”.

La Mesa Colorada está en una de las partes altas de la ciudad, pero del otro lado de la metrópoli, entre Guadalajara y Tonalá, más allá del Periférico, los vecinos de la Colonia Jalisco tendrían mucho de qué platicar con María: allá, cada temporal, las calles desaparecen.

“No lo puedes creer: atravieso la Avenida Malecón y de aquel lado las calles son de concreto o están empedradas, pero acá son de tierra y a veces con una zanja a media calle”, manifestó Carlos Medina, vecino de la calle San Julián.

FRASE

"
Estás con el temor de que el aire y la fuerza de la lluvia te perjudiquen; ves cómo destruye todo y sales y la calle parece un río "

María Madrigal, vecina de Mesa Colorada Poniente.

"No lo puedes creer: atravieso la Avenida Malecón y de aquel lado las calles son de concreto, pero acá son de tierra y a veces con una zanja "

Carlos Medina,
habitante de la Colonia Jalisco.

"El viernes cayó una cantidad impresionante de agua que se trajo toda la tierra que estaba suelta allá arriba. Aquí el agua subió un metro "

Arturo González,
vecino de la Colonia Toluquilla

CRÓNICA
El río llamado Adolf B. Horn


Tiempo de lluvias es sinónimo de cuidar los negocios de Avenida Adolf B. Horn Jr. porque “el agua no perdona”. Es el tramo que corresponde a Tlajomulco y luego a Tlaquepaque el que se encuentra más descuidado.

Baches de todas las dimensiones y profundidades se aprecian con el Sol, con el agua facilitan la inundación. “Esto se hace un lago, no se imaginan, solamente este lado se llena de agua pero se hace muy peligroso para los que van en coche”, relata un locatario cercano  a la avenida, quien señala el carril Sur a Norte como el conflictivo.

Tan sólo en las copiosas lluvias del jueves de la semana pasada, la avenida se convirtió en un estacionamiento acuático que dañó algunos vehículos por el echarcamiento.

Pero no es sólo acción de las lluvias, sino de la mano humana. Según el empleado de un establecimiento ubicado en la avenida en mención, la empresa que se encuentra a breves metros de la suya coadyuva con el problema.

“En la noche, debería de ver, sacan sus mangueras y tiran directamente a la calle litros y litros de agua sucia, maloliente, es la que desechan de sus sistemas de refrigeración”, dice anónimo.

A un costado de la empresa se encuentran terrenos de sembradíos de maíz, una parte en uso y otra no. “Las descargas echan a perder la siembra porque es agua contaminada, además, descargan más descaradamente en tiempo de lluvias, así pasan pues más desapercibidos”.

Pero el mismo trabajador reconoce que es manda anual las inundaciones en la avenida, responsabilidad compartida de ambos ayuntamientos, que, según Comunicación Social de Tlajomulco, una empresa de cemento aceptó patrocinar el material para reparar el tramo, lo único que queda en manos de las administraciones salientes es la mano de obra; sin embargo, el proyecto aún no tiene fecha de arranque.

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