Viernes, 29 de Marzo 2024
Jalisco | Trabajadores sindicalizados demandaban aumento salarial

Manifestación colapsa el tráfico en el Centro tapatío

Calles cerradas, largas filas de vehículos varados y desesperación de conductores, enmarcaron el escenario en el primer cuadro de la ciudad

Por: EL INFORMADOR

Vestidos en su mayoría con playera roja, los manifestantes se dieron tiempo para jugar una “cascarita” de futbol.  /

Vestidos en su mayoría con playera roja, los manifestantes se dieron tiempo para jugar una “cascarita” de futbol. /

GUADALAJARA, JALISCO (27/MAR/2012).- La jornada de ayer en el primer cuadro de la ciudad fue de desesperación y caos vial.

Calles y avenidas convertidas en estacionamiento, sonidos de claxon y agentes viales tratando de ordenar el caos imperaron en el Centro de Guadalajara, todo desencadenado por una manifestación de trabajadores sindicalizados del Ayuntamiento tapatío, quienes en su afán por conseguir un incremento salarial, optaron por bloquear calles para ejercer presión a sus demandas.

Mal día para ir al Centro de Guadalajara. Sobre Avenida Hidalgo, los automovilistas estaban tan desesperados que no sabían si continuar en la fila de espera o intentar huir de la situación por alguna vía alterna.

Bajo el intenso Sol y el calor de los motores, los conductores incluso conversaban de volante a volante. “Parece que está cerrado el Centro, pero quién sabe por qué”, dijo un taxista.

Algunos usuarios del transporte público optaban, en su desesperación, por caminar. Definitivamente, a pie se avanzaba más rápido. Los motociclistas y ciclistas eran los más afortunados, pues por las orillas lograban esquivar el caótico tráfico.

Al llegar al cruce de Enrique Díaz de León, la situación empeoraba. Los semáforos literalmente ya no importaban, sólo importaba cruzar la vialidad.

“¡Puercoooo!”, gritó un hombre desde su vehículo a otro que quedó atravesado a mitad de Enrique Díaz de León sin dejar pasar.

En el calor de la hora pico y el flujo vehicular detenido cerca de las 14:30 horas, el sonido insistente del claxon y los gritos de improperios se incrementaban.

En las paradas de camión había gente que ingenuamente esperaba la ruta que los llevaría a su destino; otros, al ver que abordar un camión sólo sería como entrar a un horno, también decidían caminar.

En Twitter, la gente que estaba atorada en el tráfico advertía a los demás: “No se metan al Centro, está de locos”.

Al llegar a Federalismo ya no había paso; un agente vial se encargaba de desviar los vehículos.

Román se llamaba el desafortunado agente de Vialidad que tuvo que soportar el calor, los rayos del Sol y toda serie de insultos y “saludos a su madre” por parte de los iracundos conductores.

— ¿Cómo le está yendo, oficial?

— Pues aquí aguantando, apenas tengo una hora y ya me gritaron de todo. Mi compañero que se fue salió harto y bien regañado por la gente.

El oficial Román estimó que había por lo menos 100 agentes viales distribuidos en diversos puntos de la zona desde las 09:00 de la mañana, para intentar agilizar el tráfico, y aún así resultaron insuficientes.

Al cruzar Federalismo, varios camiones de las rutas del par vial 400 y 500, se encontraban parados porque no había manera de dar el servicio a los usuarios. Los choferes aprovechaban para tomar agua y refugiarse del calor bajo los árboles.

La caminata de Chapultepec a 16 de Septiembre tomó 30 minutos. Ahí estaban los trabajadores del Ayuntamiento de Guadalajara haciendo su plantón.

En una camioneta se escuchaba a todo volumen una canción cumbianchera.

Los quejosos, portando su camiseta roja del Ayuntamiento, estaban sentados en la calle muy tranquilos, parecía que no dimensionaban el desmán que habían armado. Algunos hasta jugaban pelota o bailaban.

PARA SABER
Operativo

La Secretaría de Vialidad y Transporte (SVyT) dispuso a 48 policías viales para recorrer el primer cuadro tapatío.

Los puntos atendidos fueron: Avenida Alcalde y Jesús García; Miguel Blanco y 16 de Septiembre, y Belisario Domínguez y Javier Mina.

En el dispositivo de apoyo hubo ocho unidades, 15 motocicletas y cinco oficiales en bicicleta.

CAOS VIAL

Puntos de conflicto


Alcalde-16 de Septiembre


A partir de las 10:00 horas el tráfico colapsó. De La Normal al Centro, la mejor opción fue tomar Santa Mónica, aunque el recorrido al Centro se realizó en 50 minutos, media hora más de lo habitual.

Avenida Hidalgo

Esta arteria prácticamente se convirtió en un estacionamiento, pues además de las largas filas de vehículos, las unidades del trolebús, impedidas de circular, contribuyeron al caos vial en la zona.

Vías alternas

Algunas calles que pudieron funcionar como rutas alternas al bloqueo resultaron imposibles: Reforma, Pedro Moreno, Juan Manuel, López Cotilla, Prisciliano Sánchez, Independencia, Madero y Miguel Blanco también tuvieron intensa carga vehicular.

CALIDAD DEL AIRE

Sin mayor contaminación


El tráfico en el Centro de la ciudad no generó aumento en las mediciones de contaminación, según los registros de la calidad del aire de la Secretaría del Medio Ambiente para el Desarrollo Sustentable. El Centro tapatío mantuvo sus niveles por debajo de los 50 puntos imeca.

CRÓNICA

“Queremos solución”


Los que estaban afuera del Palacio Municipal de Guadalajara no sabían lo que pasaba al interior del edificio.

Sobre Avenida Hidalgo, algunas personas daban largos bostezos al escuchar esa canción de Vicente Fernández que dice: “Cuánto te debo, no quiero deudas que se paguen con mi sangre...”.

A un costado de la fuente de Plaza Guadalajara, rodeada de un “enjambre” de palomas, una pareja ensayaba un conmovido danzón al escuchar la marimba. Las personas, indiferentes al cerco de automóviles que rodeaba el corazón de Guadalajara, se entreveraban en una hormigueante multitud que se movía por el lomo caliente de Avenida 16 de Septiembre.

Afuera, las acciones parecían el resultado de una fantasía: cómo sería Guadalajara en un día sin autos; pero adentro del Palacio Municipal el clima era distinto: los inconformes ya calentaban los ánimos con insultos y peticiones.

“¡Queremos solución, el tiempo se acabó!”, gritaba la voz plural. Luego de varios minutos de mirar hacia las oficinas y no obtener respuesta, se escucha una voz: “Vamos a subir”.

En ese momento uno de los policías que resguardaba las escaleras que comunican la planta baja del inmueble con el primer piso, dio un largo trago a su botella de agua y luego la cerró lentamente, desafiante.

Al ver el gesto del policía, una mujer de gafas atigueradas le dijo a otra: “Sí, hay que subir. Somos muchos y ellos son poquitos. ¡Los aventamos!”.

Los manifestantes exigieron “que baje el panzón”, y nadie bajó. De las escaleras se abrió paso un funcionario que, aunque algunos no saben quién es, otros lo identifican como “el mero, mero”.

“El mero, mero” les pidió apoyo y no presión. “Les vamos a dar resultados”, dijo, y recibió a cambio una rechifla.

“Vamos a quemar los camiones de basura”, dijo un señor de lentes oscuros y sombrero. “Cállate, menso”, lo reconvino otro.

Cuando “el mero, mero” se retiró, los inconformes salieron del Palacio Municipal. Afuera ya los esperaba una muchedumbre sosegada que se movía con parsimonia al ritmo de esa canción que dice: “No te metas con mi cucu, yo sé que tienes tu mujer, así que deja mi cucu”

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