Sábado, 20 de Abril 2024
Jalisco | Autoridades apuestan a estrategias preventivas

Delincuentes idean nuevos métodos de extorsión telefónica

Desde 2010 surge la modalidad de conferencia tripartita, mediante la cual hacen creer a las víctimas del supuesto secuestro de un familiar

Por: EL INFORMADOR

De mil 533 averiguaciones previas abiertas durante 2009 por el delito, la cifra cayó a sólo 480 en 2011.  /

De mil 533 averiguaciones previas abiertas durante 2009 por el delito, la cifra cayó a sólo 480 en 2011. /

GUADALAJARA, JALISCO (17/MAR/2012).- Las extorsiones telefónicas cobraron auge en los últimos años por la violencia psicológica que significan para las víctimas. La “modalidad tripartita”, una de las estrategias más recientes, surgió en 2010 y ha demostrado su eficacia, pues más de 90% de quien recibe estas llamadas termina entregando dinero; la Procuraduría General de Justicia del Estado de Jalisco (PGJEJ) la considera la más peligrosa.

El modelo echa mano de la tecnología telefónica: el extorsionador acosa por teléfono a una víctima y la obliga a mantenerse aislada o incomunicada; entonces llama a su familia, la convence de que la víctima está secuestrada y enlaza una llamada tripartita para “demostrar” que el secuestrador está con ella físicamente.

Como los extorsionadores van cambiando de estrategias, las autoridades de todo el país han apostado por la labor preventiva. En los tres años más recientes, por ejemplo, la campaña “No caigas”, diseñada especialmente contra el fraude y la extorsión telefónica, ha logrado evitar cientos de pagos que habrían rebasado los 247 millones de pesos. Y allí la gente aprende, por ejemplo, que los extorsionadores que recurren a la “modalidad tripartita” suelen exigir un pago rápido, a diferencia de un verdadero secuestro, en el que las negociaciones suelen demorarse días e incluso meses. Y que, cuando ha acordado previamente un plan de emergencia con su familia, puede descubrir el fraude con facilidad. Y que, cuando acata las recomendaciones oficiales, como colgar al extorsionador, irá derrotándolo, porque el delincuente cuenta con el impacto de la primera llamada para atemorizar a su víctima.

Modalidad tripartita
Extorsión paso a paso


El extorsionador llama a una persona, la amenaza y le saca información personal; casi siempre le hace creer que algún familiar está secuestrado.

Luego llama a algún familiar de la primera víctima y lo convence de que el primero está secuestrado.

La víctima uno y la víctima dos reciben instrucciones: podrán comunicarse entre sí, pero sólo podrán hablar de ciertas cosas.

El delincuente enlaza a las dos víctimas y él también entra en la llamada, haciendo que cada una de las víctimas crea que la otra está con el secuestrador.

El extorsionador acuerda el pago por el supuesto plagio en una cuenta bancaria; de hecho, sigue pidiendo dinero a ambas víctimas y, si no le dan más, busca a otra pareja.

GUÍA
Cómo protegerse

En familia


Infórmense acerca de cómo ocurren las extorsiones telefónicas y de que es posible librarse de ellas.

Acuerden claves y métodos para comunicarse en caso de emergencia.

Nunca den información personal a desconocidos o a personas que llaman a su casa ofreciendo promociones.

Si usted recibe una llamada

Nunca acceda a dar números de teléfono de otros familiares.

No salga de casa y, en cambio, intente comunicarse con otro conocido para pedir ayuda.

 Escuche con atención: a veces es posible identificar las conferencias telefónicas tripartitas.

Si consigue descubrir que es un fraude, cuelgue. El extorsionador volverá a llamar al menos dos veces más. Cuelgue de nuevo y busque ayuda.

Pase lo que pase, llame de inmediato a la Procuraduría de Justicia para recibir información: 3837-6000 y 01-800-640-9298, en las extensiones 18632 y 18634, o al teléfono celular 044-333-662-2368.

Denuncie. No dude. Si lo hace, contribuirá a que cada vez menos extorsionadores se sientan libres de seguir llamando o, incluso, a que los detengan.

PARA SABER
Aprueban reformas


El pasado 1 de marzo, con el objetivo de inhibir delitos de delincuencia organizada, secuestro, extorsión o amenazas, la Cámara de Diputados aprobó reformas que permitirán bloquear los teléfonos celulares desde las cárceles del país.

De acuerdo con cifras del Instituto Ciudadano de Estudios Contra la Criminalidad citadas por los legisladores, 70% de las extorsiones proviene de llamadas hechas desde la prisión.

El diputado del PRI, Arturo Zamora, señaló que de acuerdo con estadísticas, “en los 429 reclusorios que están en el país salen aproximadamente seis mil llamadas diarias con fines extorsivos, con fines de llevar a cabo procedimientos de secuestro, procedimientos de amenaza”.

Las reformas también obligan a los concesionarios y permisionarios de telecomunicaciones a colaborar con el Ministerio Público en la localización geográfica, en tiempo real, de las comunicaciones relacionadas con diversos delitos para detener en flagrancia.

CRÓNICA
“Ahorita vengo, voy a un mandado”


—¿Bueno?

—¿Sí? ¿Quién habla?

María no se imaginaba que la conversación telefónica que acababa de comenzar terminaría con un largo periodo de miedo, una crisis de nervios y 90 mil pesos menos. Por entonces era una mujer madura y desempleada. El hombre que la llamaba, para decirlo pronto, le sacó toda la sopa: el número de su celular, los de sus familiares e información personal. Colgó y llamó de nuevo para darle instrucciones.

“Me dijeron que tomara todo lo que tuviera de valor, que saliera a la avenida y que tomara un taxi, sin que les colgara el celular. Después me dijeron que me fuera a un motel de la Antigua Central de Camiones y que ahí me estuviera hasta que ellos se comunicaran conmigo, que no contestara ningún otro número telefónico más que el de ellos, pues me tenían vigilada desde afuera de mi casa, tanto a mí como a mis familiares. Me dieron instrucciones de lo que tenía que decir y qué contestar cuando hablara con mis familiares, porque, si no, les harían daño”.

Mientras esto sucedía, los extorsionadores se comunicaban de nuevo al teléfono de su domicilio preguntando por otro miembro de la familia, Luis, a quien le exigieron, primero, 50 mil pesos, a cambio de no hacerle daño a María, pues un sujeto identificado como el “Comandante Z-40” amenazaba con dañarla.

Luis tuvo poco tiempo para reaccionar. Había visto salir de casa a María, que sólo había dicho: “Ahorita vengo, voy a un mandado. No me tardo”. Intentó llamarla, pero María no respondió al celular y, de hecho, pasaron horas sin que ella contestara.

Hasta que, por fin, el timbre del teléfono se escuchó.

—¿Luis?

—Sí, él habla.

—Mira, habla el “Comandante Z-40”. Te tengo vigilado con mis hombres desde afuera. Si haces algo que no, liquido a toda tu familia. Tengo a tu familiar secuestrada: queremos 200 mil pesos; si no, la matamos.

A eso siguieron más amenazas.

“Luis, solamente le vas a preguntar lo que yo te digo, ¿me entiendes?”, le dijo el “Comandante Z-40”. Previamente se había puesto de acuerdo con María de un modo similar: “Responderás únicamente estás tres opciones: dirás que estás bien, que no te hemos hecho ningún daño y que pague el dinero para que te dejemos en libertad”.

Entonces comenzó una conferencia telefónica tripartita. María y Luis se dijeron lo que el extorsionador les había dicho; luego, el hombre interrumpió la llamada y se dirigió a Luis: “Quiero los 200 mil pesos ya, y éste es el número de cuenta al que tienes que depositar el dinero”. Luis dijo que sólo podía depositar 50 mil pesos; el extorsionador aceptó.

Dos horas después, el celular de Luis volvió a sonar: “¿Sabes qué, Luis?, necesitamos más dinero; esa cantidad no nos alcanza ni pa’ las llamadas que les hemos hecho”. Luis hizo lo que pudo y reunió 40 mil pesos más.

Casi al anochecer, Luis y su familiar decidieron presentar una denuncia penal en la Procuraduría, donde les dieron instrucciones sobre qué hacer en estos casos.

Pasaron más de 36 horas, pero menos de 48, cuando María llegó a su casa, sana y salva, pero muy consternada, asustada y temerosa. Había permanecido escondida en un motel más de día y medio, convencida de que la vigilaban sujetos armados que, al menor movimiento en falso, le harían daño a ella y a su familia. Luis, aunque en otras circunstancias, había vivido su propio calvario.

Dejaron de contestar llamadas. Al rato ya no sonó más el teléfono. Pero ya la vida en Guadalajara no era igual. Desde aquel episodio, ocurrido hace unas semanas en esta ciudad, Luis y María ya no sienten ni respiran el mismo aire. Se fueron de México.

La voz del experto
Pierden confianza en autoridades locales

Dante Haro Reyes (especialista en seguridad pública).

La baja en las averiguaciones previas por el delito de extorsión telefónica está relacionada con la pérdida de confianza en las autoridades locales y municipales para denunciar el ilícito, en contraste con las autoridades del orden federal.

Dante Haro Reyes, doctor en Derecho por la Facultad de Heidelberg, Alemania, señala un problema en la procuración y administración de justicia en el Poder Judicial y las procuradurías, y explica que en el delito de extorsión, con sus diversas modalidades, los delincuentes cambian el modus operandi de la manera en que mejor les resulte: “Buscan nuevas formas de operar, y ello abona a que no se denuncie tanto porque surge un nuevo tipo de extorsión”.

No obstante, Haro Reyes duda que la cifra real haya decrecido tanto como las denuncias interpuestas ante la Procuraduría estatal, y en ello tiene que ver, además, la cifra negra del delito.

Y recalca que el propio secretario de Seguridad ha aceptado que las autoridades carecen de datos certeros acerca del comportamiento ilícito, pues mientras de 2010 a 2011 el comportamiento de las denuncias ante ministerios públicos locales disminuyeron al pasar de seis mil 335 a cuatro mil 598, las llamadas de auxilio a la Policía Federal crecieron en 136%: de 43 mil a 102 mil. “La disminución que se presume no es tal; ya no están denunciando ante las autoridades locales, sino ante las federales”.

Con base en datos del secretariado ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, Jalisco se ubica dentro de las entidades más conflictivas del país en ese sentido; durante 2011, 53% de las denuncias por extorsión se concentra en el Distrito Federal, Jalisco y San Luis Potosí. Jalisco se coloca en onceavo lugar en incidencia de delitos por extorsión, con 5.6%, cuando la media nacional es de 3.43 por ciento.

Recomendaciones surten efecto

Rogelio Barba Álvarez (profesor del Departamento de Justicia y Derecho de la Universidad de Guadalajara (Cuciénega)).

La gente se ha dado cuenta de que la mayoría de los extorsionadores son reclusos y, “al ver que no representan tanto peligro, ha dejado de denunciar”, opina Rogelio Barba Álvarez, profesor del Departamento de Justicia y Derecho del Cuciénega.

En su opinión, también han sido eficientes las recomendaciones del Gobierno federal para que las personas no hagan caso a este tipo de llamadas. En ese sentido, expresó el académico, hay una gran cifra negra de gente que recibe extorsión telefónica y no denuncia. “A mí ya me pasó y no hice caso ni denuncié. Formo parte de esa cifra negra”, dijo.

Sin embargo, Barba Álvarez cree que la recién aprobada ley contra la extorsión telefónica es un acierto del Legislativo federal, ya que establece medidas que sí son efectivas en la lucha contra este tipo de criminalidad, a diferencia del “inútil” Registro Nacional de Usuarios de Telefonía Móvil (Renaut).

Entre las reformas, el experto destacó la exigencia a las empresas de telefonía móvil para implementar la localización geográfica en los equipos, así como la obligación de los centros penitenciarios para colocar dispositivos que bloqueen las señales de telefonía celular desde el interior.

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