Miércoles, 24 de Abril 2024
Jalisco | Centro de Bienestar y Asistencia Jalisco

Más de dos décadas apoyando a madres trabajadoras

Cada centro de asistencia infantil cuenta con tres madres sustitutas, una directora, enfermera, cocinera y nutrióloga

Por: EL INFORMADOR

María Luisa Castro, fundadora del Centro de Bienestar y Asistencia Jalisco.. A. GARCÍA  /

María Luisa Castro, fundadora del Centro de Bienestar y Asistencia Jalisco.. A. GARCÍA /

GUADALAJARA, JALISCO (03/SEP/2010).- María Luisa Castro y Constanza Larios comenzaron un proyecto hace 25 años que sería un gran apoyo para aquellas mujeres madres solteras, o que no contaban con un empleo digno, fueron abandonadas por su pareja o simplemente no tenían un lugar seguro dónde dejar a sus hijos mientras trabajaban.

Aunque no suelen recibir a niños huérfanos, sino que los canalizan a orfanatos, María Luisa recuerda con dolor que tenían en sus inicios a dos niños sin padres que vivían en las calles; con la mirada cristalizada, y llevándose su mano al pecho, cuenta que uno de ellos fue abusado sexualmente en un estacionamiento, por lo que tuvieron que enviarlo de inmediato a un centro especializado.

“Quiero aclarar que no recibimos niños huérfanos, porque es mucho más delicado, y también aclarar que en todos nuestros centros tenemos cuotas pequeñas de recuperación, porque una de nuestras metas es que las mujeres sean dignas, que no les regalemos nada, que sean capaces de pagar por un servicio y exigir por lo que pagan”.

El Centro de Bienestar y Asistencia Jalisco A.C., no es una casa para niños sin padres, sino un hogar que brinda protección, el servicio de alimentación, salud, educación integral, así como apoyo con sus tareas, llevarlos a la escuela y recoger a los pequeños que van a preescolar, bajo un modelo de hogar complementario. Cada plantel cuenta con el siguiente personal: una directora, tres madres sustitutas, una cocinera, una enfermera y una nutrióloga.

“Imagina todo el problema que le quitas a una mamá, ella ya va trabajar tranquila, hasta el trato de ellas hacia sus niños cambia, ya son más cariñosas y maternales, porque ya está contenta, no tienen tantas preocupaciones. Al principio veíamos que les pegaban mucho, y eso ha cambiado”.

La idea central es apoyar a las madres o padres solteros que no tienen dónde dejar a sus hijos mientras trabajan, o que ante esa necesidad tuvieron que realizar actividades que lejos de hacerles felices, les incrementaban el sufrimiento, como la prostitución o hasta la indigencia.
Además, se encontraron con familias desintegradas, lo que ponía a los menores en una situación difícil, sin nadie que los atendiera.

“Empezamos a detectar el principal problema, que eran familias formadas sólo con la mamá o el papá; muchas mujeres de éstas tenían dos o tres hijos de diferente papá y nos empezamos a involucrar con ellas, nos dimos cuenta qué difícil era su vida, qué difícil era que pudieran conseguir un trabajo digno sin una recomendación”, señala María Luisa Castro, una de las fundadoras.

Pero, la atención profesional no es exclusiva para los niños, sino que también atienden a las madres, orientándolas mediante una “escuela para padres”, para guiarlas en la educación de sus hijos, incluso se han visto en la necesidad de alfabetizar a las madres.

Cronología

1985
Compraron una propiedad en la calle Industria #265 e iniciaron con siete niños que cuidaron ellas mismas.

1986
Se creó una nueva guardería en Tabachines, llamada Margarita S. de Arregui.

1993
PROMEXICO les dio en comodato una propiedad en San Isidro Ejidal, también en Zapopan.

1995
Se inició con la construcción de la Escuela Gabriela Mistral, donde se atienden 350 niños ofreciéndoles el servicio de preescolar y educación primaria.

2003
El municipio  de Zapopan entregó en comodato cinco Centros de Atención Infantil: Hogares de Nuevo México, Mesa Colorada Poniente, Húmedo de Nextipac, Prados de Santa Lucía y Jardines del Vergel.

Lupita y Andrea

En el Centro de Bienestar y Asistencia Infantil Jalisco. A.C. hay niños de diferentes edades. Andrea y Lupita tienen 12 y nueve años, respectivamente. Andrea muy pronto ingresará a la secundaria, poco a poco va dejando los rasgos de su niñez para entrar a la pubertad. Un poco tímida, entre sonrisas nerviosas, asegura que el Centro se ha convertido en su hogar, pues pasa ahí la mayor parte del día.

“Me gusta estar aquí, porque convivo con muchos niños, aquí me dan de comer, me llevan a la escuela y ya después mi mamá viene por mí”. Andrea piensa que una vez ingresando a la secundaria tendrá que dejar de asistir al que considera su hogar, pero afirma que le gustaría seguir acudiendo un tiempo más.

Lupita es más pequeña y desenvuelta, ella sin ninguna pena externa que disfruta jugar en el patio, dibujar y estar en el aula con sus amigos, que más que eso, todos conviven como si fueran hermanos.

“Yo aquí me divierto, aquí juego, dibujo y hago mi tarea… tenemos todo”.
Los más pequeños no paran de reír, corren en las aulas, se esconden entre las faldas de sus madres sustitutas y algunos abrazan su juguete favorito, pero todos parecen estar felices en su propia casa.

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